Escudriñando las sendas antiguas en un mundo posmoderno

La pared que dejaron los romanos

Movimientos cristianos ligan el Muro de las Lamentaciones con el fin del mundo, explica el antropólogo Elio Masferrer

Los judíos están listos para reconstruir la tercera edición del templo de Jerusalén, destruido hace casi dos mil años

Por Olga Miranda Mendiola 

(segunda parte)

De acuerdo con las crónicas de la época, cuando las legiones del general Tito destruyeron el templo de Jerusalén, en el año 71 de nuestra era, dejaron en pie una parte del muro exterior. Tito, quien a la postre sería César, conservó este muro para que los judíos recordaran que el imperio romano había vencido y humillado a Judea. De ahí se cree que nació el nombre de Muro de las Lamentaciones.

Los judíos, sin embargo, atribuyeron la conservación de esa pared a una promesa hecha por el Dios de Israel, según la cual siempre quedaría en pie al menos una parte del sagrado templo, como símbolo de su alianza perpetua con el pueblo elegido. 

Los romanos no destruyeron el primer templo o templo de Salomón, el cual se construyó en el siglo X a. C., pues ese fue arrasado por los babilonios en el 586 antes de nuestra era. Tito y sus huestes atacaron el segundo templo, reconstruido por Esdras y Nehemías a la vuelta del exilio de Babilonia, y remozado por Herodes el Grande. Cada templo judío se mantuvo en pie por unos 400 años.  

Los judíos han rezado frente a este muro durante los últimos dos mil años, creyendo que este es el lugar más sagrado de la Tierra al que tienen acceso, pues no pueden entrar a la Explanada de las Mezquitas, lugar exclusivo de los musulmanes. 

Hoy existe la posibilidad de construir un tercer templo, afirma Elio Masferrer Kan, investigador emérito de la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH), quien considera que, de alguna manera, esa reconstrucción está vinculada con cierta corriente apocalíptica que el judaísmo comparte con el cristianismo. El antropólogo explica que ciertas corrientes del mundo cristiano vinculan la reconstrucción del templo de Jerusalén con el fin del mundo, «visión que es parte de la teología del judaísmo y del cristianismo”. 

“Cuando el presidente (Donald) Trump planteó que iba a trasladar la embajada de Estados Unidos de Tel Aviv a Jerusalén, y además presionó a otros países para trasladar sus embajadas a Jerusalén, generó un conflicto no sólo con los musulmanes, sino con otros grupos. Es un asunto de los cristianos no tanto de los judíos”, detalla el también investigador del INAH. 

Al preguntarle la influencia de la cultura judía en México, desde el punto de vista antropológico, de los judíos mesiánicos y su influencia en el cristianismo, el antropólogo explicó que se trata de dos cosas distintas. «En México, como muchos países del mundo occidental, tienen una gran influencia de un complejo cultural que los antropólogos llamamos la tradición judeo-cristiana. 

«Entiendo que el cristianismo toma muchos elementos del judaísmo. Cuando Pablo plantea eliminar la circuncisión, y de alguna manera argumenta la gran comisión: Id y predicar el Evangelio a todas las naciones, entonces ahí de alguna forma crea otra religión: ya no es el judaísmo.» 

El cristianismo, además, «incorpora elementos de imágenes, figuras, representaciones de seres humanos, y todo ese tipo de cosas que definitivamente no están en la tradición del judaísmo.  Entonces lo que hay que entender es que de alguna manera también el Islam está dentro de las tradiciones abrahámicas: o sea, reconocen a Abraham como profeta; y en el caso de Jesús de Nazaret, ahí viene otra polémica, porque evidentemente los judíos étnicos tradicionales, por decirlo de alguna manera, lo reconocen». 

Expone que los judíos deben asumir que Jesús de Nazaret era un pensador de la época, pero evidentemente no aceptan que sea el Mesías, el Hijo de Dios. «Lo que debemos entender es que una cosa es la influencia del judaísmo como sistema cultural y otra cosa es el aspecto organizativo del judaísmo y del cristianismo”. 

El experto en antropología también detalla que existe otra polémica en el mundo evangélico, los pentecostales y los adventistas del séptimo día, que utilizan más el Antiguo Testamento que el Nuevo Testamento. Incluso hay varias tendencias y corrientes en el cristianismo, por ejemplo, los campesinos alemanes del siglo XVI, que protagonizaron una reforma radical con reparto de tierras, división de los siervos con base en el Antiguo Testamento. De ahí surgen menonitas y anabaptistas, que están en México, que exponen que la tierra se distribuye cada 52 años. 

Masferrer recuerda que, en el caso de México, uno de los secretarios de Emiliano Zapata era Otilio Montaño, un pastor metodista, que redacta Los manifiestos zapatistas junto con un sacerdote católico. Entonces también hay una influencia de esta referencia bíblica en el movimiento zapatista. 

También están los adventistas, que retoman muchos elementos del Antiguo Testamento, incluso las normas Kosher o Kasher que caracterizan a los anaptistas (etiqueta de ciertos productos alimenticios que respetan preceptos de la religión judía, que son considerados puros).  

De los judíos mesiánicos, Masferrer Kan explicó que mantienen ciertos elementos del judaísmo y considerar que Jesús de Nazaret como Mesías. Y hay otro movimiento en el mundo pentecostal que se asumen como neojudíos, por decirlo de alguna manera. Aunque la colectividad judía no los reconoce. «Hay ahí un punto de intención, porque el judaísmo plantea la situación matrilineal: usted tiene que tener una madre judía para ser considerado judío. Entonces los grupos se judaízan, pero sólo los reformados, que aceptan la conversión al judaísmo, pero es un punto en polémica. Es un punto de tensión, y siempre ha pasado ese tipo de cosas, siempre va haber distintas interpretaciones y polémicas en toda la propuesta religiosa”. 

Al preguntarle su opinión sobre el Antiguo y el Nuevo Testamento desde el punto de vista histórico, el investigador Masferrer Kan, respondió:  “En definitiva debemos entender que estos textos tienen historia. Originalmente era una tradición oral que la gente se lo aprendía de memoria y lo repetía, etcétera. Y la comunidad judía de Alejandría decide poner por escrito su tradición oral. Entonces llevó a rabinos a Alejandría, dictaron y ahí está el texto. 

«He leído sobre esto, pero no es mi especialidad entonces en definitiva la Torá, nombre que le dan los judíos al texto sagrado, es resultado de sucesivos momentos históricos, incluso hay una etapa en la que podíamos ver a los primeros judíos del Dios castigador. Luego la visión del Dios castigador se va transformando, va cambiando. 

«Después viene el Nuevo Testamento entonces empieza una etapa de la enseñanza de Jesús de Nazaret. Y también hay otro punto complejo, porque en definitiva en el Concilio de Nicea, a principios del siglo IV, comienza esta era y se decide cuáles son los textos apócrifos y cuáles son los textos canónicos. 

«Podemos decir desde el punto de vista histórico que hay sucesivas recomposiciones, por ejemplo, estos textos. Ahora evidentemente hay incluso otro judaísmo y toda la serie de pensadores clásicos que están en el Talmud. Son lecturas clásicas e interpretaciones, entonces hay constantemente diversas interpretaciones, nuevas lecturas, etcétera.

«Y dentro del cristianismo también hay otra reflexión tienen la patrística. Y esto puede llegar hasta la actualidad, o sea, de alguna manera es vital. El asunto es que el texto es constantemente revisado, consultado, criticado, analizado y surgen nuevas elaboraciones. 

«La otra cosa que identifico como antropólogo es que muchas veces los distintos segmentos de los creyentes eligen una parte de la Biblia y omiten la otra, que no le gusta. Entonces es un trabajo, un tratamiento podríamos decir caprichoso del texto, lo acomodo a mis intereses y experiencias. 

«Entonces como antropólogo e historiador, nosotros somos muy prudentes, porque evidentemente es un texto muy importante para todos los creyentes, pero tampoco podemos soslayar el manejo del texto que suelen hacer los intérpretes de todas las tendencias, de todas las religiones. Por lo tanto, los antropólogos, los historiadores somos respetuosos. Tenemos claro cuál es el proceso histórico de construcción de este texto», concluyó Elio Masferrer. 

El muro que da paz y da guerra

Jerusalén es un lugar santo para varias religiones, donde cada pedazo de pared crea un conflicto

El Muro de las Lamentaciones da identidad al pueblo judío, afirma el antropólogo Elio Masferrer

Por Olga Miranda Mendiola 

(Primera parte) 

La historia del Muro de las Lamentaciones comienza en una modesta montaña: el Monte Moriá. Sobre ella ocurrieron, a lo largo de la historia, eventos constitutivos del pueblo judío. 

El Muro de los Lamentos es un tramo de una de las paredes del Segundo Templo de Jerusalén, que fue destruido en el año 70 de nuestra era. Otro de los nombres con los que se llama es Kotel, término que se puede traducir por “muro” o “pared”. Por eso, la explanada en la que hoy se encuentra el Muro de las Lamentaciones se llama Plaza del Kotel. 

El lugar es un espacio de oración, reflexión y culto religioso muy importante para el judaísmo. El significado del Muro de los Lamentos deriva de otro de los objetos más sagrados para el mundo hebreo, la “Piedra Angular” o “Piedra Fundacional”. 

En la actualidad mucha gente puede ir a visitar este lugar histórico, ¿pero qué significado tiene para los judíos y para la humanidad? 

Elio Masferrer Kan, doctor en Antropología de la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH), describe en entrevista que “el Muro de los Lamentos es lo único que queda del Segundo Templo, entonces de alguna manera la destrucción del templo implicó la diáspora, la expulsión de los judíos de Israel y de alguna forma volver al muro es como reencontrarse con su historia”. 

Explica que, desde el punto de vista histórico, “el punto es conflictivo porque los musulmanes, es decir, la ocupación musulmana posterior a la presencia judía, construyen una mezquita. Entonces ahí estamos hablando del monte del templo o el monte de la mezquita. 

“Es un espacio muy complejo con los musulmanes y también es un punto en conflicto con los propios judíos porque ahí están los ultraortodoxos que no quieren que las mujeres recen junto con los hombres; sin embargo, hay otras posiciones más abiertas del judaísmo que plantean estar juntos en ese lugar”. 

El Muro de las Lamentaciones fue recuperado en la Guerra de los Seis Días en 1967, lo cual transformó el tablero geopolítico de la región. Elio Masferrer dice que éste es identitario para el pueblo judío. 

“El judaísmo es uno de los casos más impresionantes de mantener la identidad étnico-religiosa, o sea, otros pueblos en la historia de la humanidad fueron presionados y desaparecieron o fueron absorbidos por otra sociedad”, describe el investigador emérito. 

Expone que “el Muro era un elemento estratégico en la construcción de la identidad y en la partición de 1948, recordemos que estalló un conflicto armado porque los musulmanes no aceptaban esa partición. Pero con el cese al fuego, el Muro de los Lamentos quedó del lado musulmán, entonces prácticamente estaba prohibido para los judíos ir a rezar al muro. En la Guerra de los Seis Días, en 1967, Israel pudo controlar todo Jerusalén y el territorio, y es ahí donde lo recuperaron y consiguieron tener el control (del Muro)”. 

Sobre qué sentido histórico tiene el muro, Masferrer explicó que “es un punto en conflicto porque de alguna manera es el símbolo de la derrota y entonces es un espacio de lucha constante”. 

También comentó que: “lo que queda de lo que fue el templo evidentemente tiene un valor patrimonial tanto para el judaísmo y también para lo que sería la memoria del mundo musulmán”. 

Destacó que “en cambio el judaísmo mantiene su identidad y lo que se puede ver hoy en día en la comunidad judía vemos que cada año van a Jerusalén. 

“Sin embargo, el Estado de Israel es muy complejo, no podemos olvidar que el 25 por ciento de la población no son judíos, el 24 por ciento son musulmanes y el uno por ciento son cristianos. Me parece importante comentar que es una situación compleja, incluso recientemente un sector de los judíos pactó el gobierno de Israel y pactó con un sector de los musulmanes, o sea, los musulmanes tienen diputados en el Congreso de Israel”, detalló. 

En referencia a las personas que van a hacer oración frente al Muro y escriben sus peticiones en papeles, luego los enrollan y los meten en las hendiduras de la pared, el antropólogo Masferrer precisó que “en el judaísmo no se adoran imágenes sino lo que siguen es la Ley de Dios, entonces hay una serie de elementos simbólicos que representan distintos momentos que están en la prehistoria de los judíos”. 

El especialista en religiones explicó que «los retiran todas las noches, pero hay un nivel de anonimato, o sea, es una costumbre del centro ceremonial: las retiran. Lo mismo pasa en la Basílica de Guadalupe, aquí en México, con las veladoras. Entonces es una costumbre. 

“En Israel podemos decir que está la construcción del templo, la destrucción, la reconstrucción, la destrucción. También el candelabro de los siete brazos, que rememora que no se le agota el aceite de la eucaristía, etcétera. O comer alimentos sin levadura rememorando el éxodo, “la huida”, entonces de alguna manera estos mensajes, estas peticiones son colocadas en el templo. Sería evidentemente el punto más antiguo de la tradición judía”. 

Por Olga Miranda 

Con mucho respeto dedico este texto a la Comunidad Cristiana Restauración Neza, por enseñarme a perseverar en el Señor Jesús, pese a las adversidades 

¿Llegará algún día la paz al mundo en el que vivimos? ¿Dejará de haber guerras alguna vez?

El conflicto armado entre Rusia y Ucrania no es el único que actualmente se desarrolla en la tierra. Según ‘esglobal’, de la Fundación para las Relaciones Internacionales y el Diálogo Exterior, hay otras diez guerras activas en este 2022.  Son señales de los últimos tiempos. El Señor lo profetizó en Mateo 24: Habrá guerras y rumores de guerras.

Ese mismo capítulo enseña que Israel es el reloj profético para observar las señales y las profecías de los últimos tiempos escritas en la Biblia, las cuales se están cumpliendo ante nuestros ojos. 

Cuando el Señor Jesucristo venga por segunda vez, lo hará como el Mesías de los judíos, entrará en Jerusalén y se sentará sobre el trono de David. Cuando eso suceda, también habrá llegado la paz a Israel. Comenzará una nueva era, que las Sagradas Escrituras llaman el Milenio (el reinado de Cristo por mil años), en que todo el mundo será gobernado desde Jerusalén. Habrá llegado así la paz a todo el planeta Tierra.  

La barca del pueblo de Israel 

En su primeras venida hace dos mil años, el Señor Jesús anduvo entre su pueblo Israel e hizo milagros en abundancia. Veamos una historia narrada por el apóstol Juan, la cual nos enseña a tener fe en Jesús pese a las adversidades. 

En Juan 6:16 dice: “Cuando anochecía, sus discípulos descendieron al mar”.  

Aquí los discípulos estaban sin Jesús y, en este caso, es una figura profética para todo el pueblo de Israel. En esa barca, Jesús, con quien habían tenido una comunión maravillosa, y habían presenciado el milagro de los panes y peces, ya no estaba con ellos. 

Así como los discípulos de pronto estuvieron solos en el barco, del mismo modo, desde su partida, Él echó a Israel al mar de las naciones. 

A continuación dice de los discípulos en el versículo 17: “… entrando en una barca iban cruzando el mar hacia Capernaum. Y había oscurecido, y Jesús todavía no había venido a ellos”. 

Esta es la historia de Israel. La oscuridad que describe representa el tiempo de Israel sin su Mesías, el tiempo en el cual Él no ha regresado a la barca, Jerusalén. El tiempo desde el cual Israel estuvo disperso en el mar de las naciones y una gran oscuridad vino sobre los judíos (desde el año 70 de nuestra era). Recordemos, por ejemplo, el oscuro tiempo de la Edad Media o la época nazi. 

En el versículo 18 dice: “Y se agitaba el mar porque soplaba un gran viento”.  Aquí describe proféticamente la última gran tribulación que vendrá sobre Israel, y cuando el viento del mar de las naciones bajo conducción del anticristo, en odio y violencia, sobrevenga sobre Israel. Pero éste, también, será el momento en que el Mesías habrá de volver. 

Los discípulos se encontraban, con este viento y el fuerte oleaje, en el más grande apuro. 

Pero en el versículo 19 expresa: “Entonces, cuando habían remado como veinticinco o treinta estadios, vieron a Jesús caminando sobre el mar, y acercándose a la barca y tuvieron miedo”. 

Que exacta es la palabra profética, porque como aquí está descrito sucederá con Israel. Jesús volverá y los judíos tendrán temor. ¿Por qué? Porque entonces verán a Áquel que traspasaron y harán a causa de Él un gran lamento.  

 Véase Zac. 12:10: Y derramaré sobre la casa de David, y sobre los moradores de Jerusalén, espíritu de gracia y de oración; y mirarán a mí, a quien traspasaron, y llorarán como se llora por hijo unigénito, afligiéndose por él como quien se aflige por el primogénito”. 

Pero Él les traerá paz, y su temor se convertirá en alegría, tal como está escrito en Juan 6:20, cuando les dice: “¡Yo soy; no temáis!”.  

En el versículo 21 continúa diciendo: “Entonces ellos quisieron recibirle en la barca, y de inmediato la barca llegó a la tierra a donde iban”.  

Aquí ocurrió un milagro en medio de la oscuridad: cuando ellos se sentían solos; y este milagro también sucederá cuando el Señor Jesús vuelva. 

Entonces “todo Israel será salvo” (Ro. 11:26), porque todo el remanente de Israel reconocerá a Jesús como su Mesías y ellos le recibirán en su “barca”. 

Y estarán “en tierra”, como sucedió con los discípulos: inmediatamente antes estaba el viento huracanado y el alto oleaje, entonces le recibieron y ya estuvieron en tierra. 

La terrible tempestad y las amenazantes olas de la gran tribulación serán calmadas por la aparición del Señor Jesús. Israel llegará al sosiego y Jesucristo será el centro de Israel. 

Cuando Cristo vuelva a la tierra, ésta se transformará (Véase Ez. 47:8-10) porque aguas vivas fluirán desde Jerusalén, habrá dos ríos y quien entre a esas aguas vivirá y también habrá sanidad. 

Esto ya se cumple en la Iglesia, en todos aquellos que hemos creído en Cristo Jesús, ya que Él mismo dijo: “El que cree en mí, como dice la Escritura, ríos de agua viva fluirán en su interior”. (Juan 7:38). 

Estimados lectores hay que seguir orando porque pronto se cumplan las promesas del Señor Jesús. Y cuando enfrentemos momentos difíciles, debemos recordar que Él siempre estará con nosotros, porque así lo prometió. 

¡Dios les bendiga! 

Cristo en el centro de tu vida

 Por  Olga Miranda 

¿Por qué es importante tener a Dios en nuestro corazón? En la Biblia podemos encontrar diversos ejemplos de personajes que le dieron el primer lugar a Dios y lo pusieron en el centro de su corazón espiritual. 

Amar a Dios y obedecerlo es un acto de fe y esperanza para los que lo conocemos, y aún para los que no lo conocen, pero atraviesan una dificultad en su vida. 

En los últimos dos años hemos sido testigos de cómo la maldad se ha multiplicado, cómo la gente se pasa más tiempo en los celulares o en las computadoras; cómo se añaden enfermedades a las que ya conocíamos y son más recurrentes. Sólo por covid 19 han muerto alrededor de seis millones de personas y se han reportado 532 millones de casos en todo el mundo. A pesar de todo lo que hemos visto y vivido, hay una esperanza para el cristiano, que se extiende a quienes no conocen a Dios. 

Es tiempo de desprendernos de nuestro ego y de todo aquello que nos impide acercarnos a Dios, llámese consumismo, dinero, trabajo, diversiones, idolatría, etcétera. Hay tiempo de gracia todavía por parte de Dios para la humanidad y podemos acudir al Señor Jesús en todo momento. 

La Palabra de Dios dice: “Y por todos murió, para que los que viven, ya no vivan para sí, sino para aquel que murió y resucitó por ellos” (2 Corintios 5:15).  

Imaginemos el Gólgota: Él, allá en la cruz, quien en sí mismo es la vida y todo lo ha creado, derramó su vida en su sangre, si hablamos del Cristo redentor. El poder de su muerte y de su resurrección nos ha liberado de las ataduras de este mundo. 

El Señor Jesús no sólo murió para que nuestros pecados sean perdonados y que lleguemos al cielo y alcancemos un futuro glorioso, sino para que todos aquellos que han llegado a la fe personal en Él, renuncien a una vida para su propio ego. 

¿Qué significa tener a Cristo en el centro de nuestra vida? 

Significa desprendernos de nosotros mismos. El objetivo de nuestro llamamiento lo habremos alcanzado si todo en nuestra vida señala a Jesús. 

Muchas veces dedicamos más tiempo a lo que nos satisface, a comprar cosas, a las redes sociales, a ver películas, asistir al futbol, a ver las telenovelas, ir al trabajo, pero a Dios, cuánto tiempo dedica usted a su devocional personal. La respuesta la sabemos cada uno de nosotros, pero siempre es necesario pasar un tiempo en comunión con el Señor Jesús. 

Las personas deben saber que Cristo, a través de su Espíritu Santo, está morando en nosotros. El apóstol Pablo lo expresó de la siguiente manera: “Conforme a mi anhelo y esperanza: que en nada seré avergonzado; sino que con toda confianza, tanto ahora como siempre, Cristo será exaltado en mi cuerpo, sea por la vida o por la muerte. Porque para mí el vivir es Cristo, y el morir es ganancia” (Fil. 1:20-21). 

¿No deberíamos nosotros también tener este profundo anhelo en el corazón y perseguirlo hasta que todo en nuestra vida señale hacia Cristo? 

La persona que tiene a Jesús en su corazón espiritual le otorga el primer lugar en su vida. También vive íntegramente y no retiene nada para sí, su amor proviene de un corazón íntegro. 

Quien conoce a Jesús tiene una mirada profética para el Señor en los tiempos venideros. El que tiene a Jesús en el centro de su corazón espiritual, siempre hace algo que tiene valor eterno ante Dios. 

La invitación es que busquemos más a Dios, leamos su Palabra, dediquemos tiempo a la oración y servirle en todo lo que podamos. Dios nos ama profundamente. Es necesario volver la mirada a Dios en estos tiempos difíciles. 

¡Dios les bendiga! 

 Segunda parte 

 Por Olga Miranda 

El último y solemne mandamiento dado por nuestro Señor Jesucristo a sus discípulos, antes de ascender a los cielos, fue éste: “Id y doctrinar a todos los gentiles, bautizándoles en el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo: enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado”. (Mateo 28:19) 

Los apóstoles y todos los cristianos consideraron desde entonces que su principal misión en la tierra es la de evangelizar a toda criatura. Iban, por lo tanto, de un lugar a otro, predicando el evangelio y aquellas personas que se arrepentían y recibían la Palabra de Dios en sus corazones, eran bautizadas, y mediante este acto declaraban su fe personal en la obra y persona de Jesucristo. 

¿Qué significa el bautismo? 

La palabra “bautismo” proviene del griego “baptízein” y del latín “baptizare”. Significa sumergir y hace referencia al bautismo de Cristo en el agua. 

El bautismo era administrado por inmersión en agua, significa una plena y eterna consagración  de la persona cuando se bautiza, al servicio y el honor del Padre, quien dio a su Hijo para redención de los pecados de la humanidad. 

Nuestro Señor Jesucristo, lo mismo que la multitud que acudía con Juan Bautista, fue bautizado en el río Jordán. 

El bautismo invita a toda persona que ha creído y tiene fe en Cristo a que confiese y se arrepienta de sus pecados, esto representa un acto de obediencia a Dios.  

¿Cuántos tipos de bautismo hay? 

El bautismo en agua, en Espíritu Santo y fuego. Veamos el siguiente texto. 

Mateo 3:11  

“Yo a la verdad os bautizo en agua para arrepentimiento; pero el que viene tras mí, cuyo calzado yo no soy digno de llevar, es más poderoso que yo; él os bautizará en Espíritu Santo y fuego”. 

Siempre que la Biblia habla de fuego simboliza el juicio purificador y destructor. El llamado bautismo en fuego, con el Espíritu Santo, es un juicio más a fondo sobre el viejo hombre porque el Espíritu Santo, convence de todo pecado.  

San Juan 16:8 

“Y cuando él venga, convencerá al mundo de pecado, de justicia y de juicio”. 

El Espíritu de Dios puede actuar a través de una persona porque Él hace permanentemente su obra mediante el fuego purificador. 

Es decir, cuando el Espíritu Santo regenera al pecador, el bautismo en fuego purifica el alma dando muerte al hombre viejo, lleno de pecado. 

Romanos 6:1-6 

Muertos al pecado porque ya han sido bautizados en Cristo, quien resucitó de los muertos por la gloria del Padre. 

1 ¿Qué, pues, diremos? ¿Perseveraremos en el pecado para que la gracia abunde? 

2 En ninguna manera. Porque los que hemos muerto al pecado, ¿cómo viviremos aún en él? 

3 ¿O no sabéis que todos los que hemos sido bautizados en Cristo Jesús, hemos sido bautizados en su muerte? 

4 Porque somos sepultados juntamente con él para muerte por el bautismo, a fin de que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en vida nueva. 

5 Porque si fuimos plantados juntamente con él en la semejanza de su muerte, así también lo seremos en la de su resurrección; 

6 Sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado juntamente con él, para que el cuerpo del pecado sea destruido, a fin de que no sirvamos más al pecado. 

Con el bautismo en fuego se crea una nueva forma de vivir en el Espíritu. La morada interna del Espíritu continúa purificándonos dándonos poder para darle muerte a las obras pecaminosas de la carne.  

Romanos 8:13 

“Porque si vivís conforme a la carne, moriréis; mas si por el Espíritu hacéis morir las obras de la carne, viviréis”. 

¿Los niños deben bautizarse? 

No, la Biblia cita que cuando Cristo dijo: “Dejad  a los niños venir a mí”, significa que Cristo tomó a los niños en sus brazos y los bendijo, pero no los bautizó. 

Y luego, ¿no tomó nuestro adorable Salvador en sus brazos a los niños que no habían sido bautizados?, declarando que el reino de los cielos es de ellos. (Mateo 19:14). Los niños no tienen pecado, por lo tanto no deben bautizarse cuando son bebés, sino hasta que toman conciencia de sus actos y deciden entregar su vida a Cristo. 

¡Dios les bendiga hermanos! 

Éste es mi Hijo amado

El Bautismo de Jesús (Primera parte

Por Olga Miranda

Mateo 3:13-17 

Cuando Jesús vino para ser bautizado, Juan reconoció en Él una pureza de carácter que nunca había percibido en nadie.

La misma atmósfera de su presencia era santa e inspiraba reverencia entre las multitudes que le había rodeado en el río Jordán. 

Cuando Jesús pidió el bautismo, Juan al observarlo e identificarlo como el Hijo de Dios, quiso negárselo, exclamando: “Yo necesito ser bautizado por ti, ¿y tú vienes a mí?” 

Con firme aunque suave autoridad, Jesús contestó: “Deja ahora; porque así conviene que cumplamos toda justicia”. 

Y Juan, cediendo, condujo al Salvador al agua del Jordán y le sumergió en ella. 

Y Jesús, después de que fue bautizado subió luego del agua; y he aquí los cielos le fueron abiertos, y vio al Espíritu de Dios que descendía como paloma, y venía sobre Él. 

Nunca antes los ángeles habían escuchado semejante oración. Ellos anhelaban llevar a su amado Rey un mensaje de seguridad y consuelo. Pero no; el Padre mismo contestará la petición de su Hijo. Directamente desde el trono de Dios, le manda los rayos de su gloria y se abren los cielos. 

Cuando los cielos se abrieron, el Espíritu de Dios reposó sobre el Salvador. Véase al respecto lo que profetizó Isaías.  

11: 2 “Y reposará sobre él el Espíritu de Jehová; espíritu de sabiduría y de inteligencia, espíritu de consejo y de poder, espíritu de conocimiento y de temor de Jehová”. 

42:1 “He aquí mi siervo, yo le sostendré; mi escogido, en quien mi alma tiene contentamiento; he puesto sobre él mi Espíritu; él traerá justicia a las naciones”. 

61:1 “El Espíritu de Jehová el Señor está sobre mí, porque me ungió Jehová; me ha enviado a predicar buenas nuevas a los abatidos, a vendar a los quebrantados de corazón, a publicar libertad a los cautivos, y a los presos apertura de la cárcel”. 

Y descendió sobre el Señor Jesús, una forma de paloma que representa la luz más pura, emblema adecuado del manso y humilde. 

Juan había quedado profundamente conmovido al ver a Jesús postrarse como suplicante para pedir con lágrimas la aprobación del Padre. Al rodearle la gloria de Dios y oírse la voz del cielo, Juan reconoció la señal que Dios le había prometido. Sabía que era el Redentor del mundo a quien había bautizado. El Espírito Santo descendió sobre él, y extendiendo la mano, señaló a Jesús y exclamó: “He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo”. 

Y las palabras dichas a Jesús a orillas del río Jordán fueron: “Este es mi Hijo amado, en el cual tengo contentamiento”,  que quieren decir el amor del Padre a Cristo Jesús y que abarca a toda la humanidad. 

La gloria de Dios descansó sobre Jesús, y representa una prenda de amor de Dios hacia nosotros. También se puede decir que Jesús fue lleno de poder y gloria divina. Esa luz que cayó desde los portales de los cielos sobre la cabeza del Señor Jesús, caerán sobre nosotros, si le creemos a Él,  porque el amor de Jesús rodea al hombre. 

La voz que habló a Jesús dice a toda alma creyente: “Este es mi Hijo amado, en el cual tengo contentamiento”. 

Amén. 

Por Olga Miranda M 

(Tercera y última parte) 

El árbol sicómoro también es llamado higuera de burro, y es el tipo de árbol sobre el cual subió Zaqueo (Lc. 19), para encontrarse con Jesús. 

El Diccionario Bíblico dice que el sicómoro puede llegar a una altura de hasta 16 metros y alcanza una circunferencia de hasta 10 metros. 

En Lucas 17:6 el Señor Jesús señala un árbol grande de este tipo y dice a sus apóstoles, quienes eran judíos: 

“Entonces el Señor dijo: Si tuvierais fe como un grano de mostaza podríais decir a este sicómoro: Desarráigate y plántate en el mar; y os obedecería”. 

En este texto, el sicómoro es una especie de higuera y, efectivamente, los israelitas fueron desarraigados de su patria y trasplantados al mar, que en la Biblia simboliza las naciones. 

Ése fue el designio de Dios que, aunque fue una desgracia para los judíos, se convirtió en una bendición para los pueblos. Por la predicación de los apóstoles, quienes también eran judíos y, por lo tanto, provenían de la higuera, el Evangelio fue llevado a los gentiles. 

De este desarraigo (desprecio) del Evangelio por parte de los judíos, éste se pudo extender hacia las naciones, de lo cual habla la Biblia en Hechos 13: 46-47: 

“Entonces Pablo y Bernabé, hablando con denuedo, dijeron: A vosotros (los judíos) a la verdad era necesario que se os hablase primero la palabra de Dios; mas puesto que la desecháis, y no os juzgáis dignos de la vida eterna, he aquí nos volvemos a los gentiles. Porque así nos ha llamado el Señor, diciendo: Te he puesto para luz de los gentiles, a fin de que seas para salvación hasta lo último de la tierra”. 

Los apóstoles tuvieron la fe de trasplantar la bendición de Israel al mar de las naciones. Su Mesías nos fue traído a nosotros, los gentiles, como Jesús el Cristo: Señor y Salvador. 

El desarraigo espiritual de Israel tuvo también, como consecuencia del primero, el desarraigo material, textual: en el año 70 después de Cristo, los judíos fueron dispersados por todo el mundo.

El Señor Jesús ya se había referido una vez a esto cuando dijo: “Por tanto os digo, que el reino de Dios será quitado de vosotros, y será dado a gente que produzca los frutos de él” (Mateo 21:43). 

Lo que parecía ser un juicio, resultó ser una derivación de la bendición hacia los gentiles. 

El apóstol Pablo lo confirma en sus palabras a los judíos, cuando explica que, según Isaías 49: 6, es necesario convertirse en salvación y luz para todos los gentiles. Al trasplantarse la “higuera” al mar de las naciones, nosotros llegamos a tener parte de esa bendición y de la savia de salvación de la misma. 

Pablo dice en Romanos 11:11: “¿Han tropezado los de Israel para que cayesen? En ninguna manera; pero por su transgresión vino la salvación a los gentiles…” 

La Palabra Profética de la Biblia promete a la higuera que será restaurada en la tierra de los padres, lo cual está sucediendo desde 1948, y continuará sucediendo hasta su cabal cumplimiento. Y así también vuelve la bendición a su tierra y a su propio pueblo. 

La higuera nuevamente se arraigará y dará frutos. Por eso Pablo continúa diciendo en Romanos 11:12: “Y si su transgresión es la riqueza del mundo, y su defección, la riqueza de los gentiles, ¿cuánto más su plena restauración?” 

Este nuevo arraigamiento de la higuera, Israel, en su tierra para la restauración nacional y espiritual también es enfatizado en Romanos 9:26: “Y en el lugar donde se les dijo: Vosotros no sois pueblo mío, Allí serán llamados hijos del Dios viviente”. 

¿De qué lugar se está hablando aquí? De la tierra de Israel. 

Finalmente todo desemboca en la maravillosa promesa de Miqueas 4:4: “Y se sentará cada uno debajo de su vid y debajo de su higuera, y no habrá quien los amedrente; porque la boca de Jehová de los Ejércitos lo ha hablado”. 

Este sentarse debajo de la vid y de la higuera es una maravillosa imagen de una vida de paz y seguridad. Esto todavía no sucede, pero por parte de Dios Israel será guiado hacia esa realidad, es decir, al Reino de Jesucristo de los mil años. 

Ya en el reinado de Salomón se indicaba que, hacia el milenio, un día habrá paz: 

1 Reyes 4:25 “Y Judá e Israel vivían seguros, cada uno debajo de su parra y debajo de su higuera, desde Dan hasta Beerseba, todos los días de Salomón”. 

Esto se cumplirá de forma perfecta cuando Jesucristo, como el Mesías de Israel, el Hijo de David, regrese a rescatar a su pueblo. Así que oremos que el Señor Jesucristo regrese pronto. Amén. 

¡Dios les bendiga! 

Por Olga Miranda M 

(Segunda parte)

En 2 Reyes 20:5-7 el Señor le dice al profeta Isaías: 

5 Vuelve, y di a Ezequías, príncipe de mi pueblo: Así dice Jehová, el Dios de David tu padre: Yo he oído tu oración, y he visto tus lágrimas; he aquí que yo te sano; al tercer día subirás a la casa de Jehová. 

6 Y añadiré a tus días quince años, y te libraré a ti y a esta ciudad de mano del rey de Asiria; y ampararé esta ciudad por amor a mí mismo, y por amor a David mi siervo. 

7 Y dijo Isaías: Tomad masa de higos. Y tomándola, la pusieron sobre la llaga, y sanó. 

¿Qué aprendemos de esto? 

En primer lugar, la higuera, Israel, está puesta para salvación. Israel es para la humanidad, para todas las naciones, como una venda sanadora de pasta de higos. 

Pero este pueblo no es salvación y bendición sobre la tierra en sí mismo, sino por medio de Aquél que viene de Israel y que se ha convertido en el sacrificio para el mundo: Jesucristo. 

Éste ya era el designio de Dios con Abraham, cuando ÉL le dijo al patriarca: “… y serán benditas en ti todas las familias de la tierra” (Gn. 12:3). 

Jesús es el Salvador del mundo, pero Él salió del mundo del judaísmo. Esto significa que de Israel, Dios  hizo venir, en su hijo Jesucristo, la salvación para el mundo entero. 

Los botánicos describen a la higuera de la siguiente forma: Tiene un tronco torcido y corteza brillante. Israel, en sí mismo, es torcido y rebelde, pero es brillante en y a través de Jesús. Por ejemplo, Moisés, en sí mismo, también era torcido. Pero cuando salía de la presencia de Dios: “… la piel de su rostro resplandecía” (Ex. 34:29). 

Las ramas se extienden en todas las direcciones y tienen hojas quíntuples. Israel se convirtió en salvación para todas las naciones. Primeramente se proclamó el evangelio en Jerusalén, en Samaria y en Judea, pero luego se extendió- desde Israel (la higuera)-, en todas las direcciones, a todos los pueblos. 

Hojas quíntuples: El cinco en la Biblia es el número de la gracia. Una venda quíntuple de higos fue puesta sobre el lugar enfermo en el cuerpo de Ezequías, y él se sanó. Y Jesús tenía cinco heridas, las cuales se convirtieron en salvación para el mundo. 

En Isaías 49:3 está escrito: “Y me dijo: Mi siervo eres tú, oh Israel, porque en ti me gloriaré”. Aquí vemos la identificación de Israel con su hijo más importante, Jesucristo. La higuera, Israel, en combinación con Jesús, el Mesías, se convirtió en la salvación del mundo. 

La futura salvación de Israel 

Vayamos nuevamente al Rey Ezequías, quien ya se enfrentaba a la muerte, pero imploraba con lágrimas, al Señor por su sanidad. (2 Reyes 20: 5-7). 

Así como Ezequías, también Israel se encontraba en gran agonía todavía, porque todas las naciones de la tierra se reunirán en Armagedón, en el tiempo de la gran tribulación, y se levantarán contra Israel para destruirlo completamente. 

Pero, entonces este  pueblo, en agonía, hará como Ezequías y clamará al Señor con sus últimas fuerzas. Dios escuchará su ruego y sanará a su pueblo e Israel otra vez podrá entrar al templo, porque Jesús establecerá el templo del reino milenial. Él vencerá a los enemigos de Israel y protegerá la ciudad de Jerusalén. 

La historia de Ezequías combina con las declaraciones de Dios sobre el futuro de Israel y la venida de Jesús. Así, ya podemos ver en la venda de pasta de higos, por la cual fue restaurada la salud de Ezequías, un paralelo con la higuera restaurada de Mateo 24: «De la higuera aprended la parábola…” 

No sabemos el tiempo exacto de la venida de Jesús para su iglesia, ni el día de la venida para su pueblo Israel. Pero si vemos en nuestros días la restauración de la higuera: Israel es encaminado hacia su sanidad. 

Y el Señor Jesús ha prometido específicamente en Mateo 24: 34-35:  

34 De cierto os digo, que no pasará esta generación hasta que todo esto acontezca. 

35 El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán. 

¡Dios les bendiga! 

Aprended de la higuera

Por Olga Miranda M 

(Primera parte)  

“De la higuera aprended la parábola: Cuando ya su rama está tierna y brotan las hojas, sabéis que el verano está cerca. Así también vosotros, cuando veáis todas estas cosas, conoced que está cerca, a las puertas. De cierto os digo, que no pasará esta generación hasta que todo esto acontezca. El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán”. (Mateo: 24:32-35). 

Estimados lectores: la higuera, juntamente con el olivo, la vid y la zarza (o espino), es una imagen de Israel, o sea, un paralelismo del pueblo judío. Estos cuatro “árboles” son mencionados en un mismo pasaje, en Jueces 9:8-15. Aparte de éstos, la granada también es una descripción del pueblo de Dios. 

El pasaje bíblico quizá más exacto, referido a la higuera como analogía de Israel, lo encontramos en Oseas 9:10, donde Dios el Señor dice:  

“Como uvas en el desierto hallé a Israel; como la fruta temprana de la higuera en su principio vi a vuestros padres…” 

Esto también es lo que expresa Jeremías 24: 3-7:  

“Y me dijo Jehová: ¿Qué ves tú, Jeremías? Y dije: Higos; higos buenos, muy buenos: y malos, muy malos, que de malos no se pueden comer. Y vino a mí palabra de Jehová, diciendo: Así ha dicho Jehová Dios de Israel: Como a estos higos buenos, así miraré a los transportados de Judá, a los cuales eché de este lugar a la tierra de los caldeos, para bien. Porque pondré mis ojos sobre ellos para bien, y los volveré a esta tierra, y los edificaré, y no los destruiré; los plantaré y no los arrancaré.  Y les daré corazón para que me conozcan que yo soy Jehová; y me serán por pueblo, y yo les seré a ellos por Dios; porque se volverán a mí de todo corazón”. 

La higuera contiene una analogía profética de mucho significado, lo cual podemos ver también en los discursos de Jesús acerca del fin de los tiempos: 

“De la higuera aprended la parábola: Cuando ya su rama está tierna y brotan las hojas, sabéis que el verano está cerca. Así también vosotros, cuando veáis todas estas cosas, conoced que está cerca, a las puertas”. (Mateo 24:32-33). 

A continuación, queremos mirar la higuera, Israel, a la luz profética de la Biblia, y preguntarnos qué podemos aprender de la misma: “De la higuera aprended la parábola…” 

¿Dónde aparece, por primera vez, la higuera en la Biblia? 

En Génesis 12 encontramos el llamamiento de Abraham como el primer hebreo: A él le siguieron su hijo Isaac y su nieto Jacob, quien en Génesis 32:28 recibió de parte de Dios el nuevo nombre Israel: “Y le dijo: No se dirá más tu nombre Jacob, sino Israel; porque has luchado con Dios y con los hombres, y has vencido”. Es aquí donde aparece, por primera vez, el nombre de Israel. 

Pero la higuera (Israel) ya aparece en las profundidades proféticas del plan de Dios, en Génesis 3:7: 

“Entonces fueron abiertos los ojos de ambos, y conocieron que estaban desnudos; entonces cosieron hojas de higuera y se hicieron delantales”. 

En este texto encontramos a Israel como higuera, en forma de analogía, es decir, al Israel de la ley, que solamente puede cubrir los pecados. 

Además del árbol de la vida y del árbol del conocimiento (Génesis 2:17), el único árbol del Edén que se menciona es la higuera. 

La higuera se menciona en las primeras páginas de la Biblia junto a los otros incontables árboles creados por Dios en el paraíso, que no son mencionados por nombre, pero esto significa la elección de Israel: “Porque tú eres pueblo santo para Jehová tu Dios; Jehová tu Dios te ha escogido para serle un pueblo especial, más que todos los pueblos que están sobre la tierra” (Dt. 7:6). 

Eva y Adán habían pecado y aunque taparon su desnudez con las hojas de la higuera, no pudieron borrar sus pecados. Para esto se necesitaba un sacrificio de sangre: 

“Y Jehová Dios hizo al hombre y a su mujer túnicas de pieles, y los vistió. (Génesis 3:21). Es decir, Dios sacrificó animales, cuyas pieles usó para tapar la desnudez de los primeros dos seres humanos.  La sangre vertida en esa oportunidad servía para el perdón de pecados. 

¿Qué aprendemos de esto? 

En Hebreos 7:19 dice “…(pues nada perfeccionó la ley), y de la introducción de una mejor esperanza, por la cual nos acercamos a Dios”. 

Pero entonces ¿Cuál es la esperanza mejor que está por encima de la Ley? ¡El sacrificio de Dios, en Jesucristo, en la cruz! 

La higuera, Israel, desde el principio hasta el fin, hace referencia a una salvación mejor, en Jesucristo, el gran sacrificio de la justicia de Dios. 

El autor de la Carta a los Hebreos habla de que el antiguo Israel, en todo su actuar, fue una señal de Cristo; que todos sus sacrificios señalaban al sacrificio perfecto de Jesús en la cruz y que el sumo sacerdote judío era una señal del verdadero, definitivo y eterno sumo sacerdote Jesucristo. 

Por medio del sacrificio de la sangre de Jesús, los pecados son perdonados y quitados. Con respecto a esto, en Hebreos 9:26 dice: 

“De otra manera le hubiera sido necesario padecer muchas veces desde el principio del mundo; pero ahora, en la consumación de los siglos, se presentó una vez para siempre por el sacrificio de sí mismo para quitar de en medio el pecado”. 

Así que estimados lectores todavía hay esperanza aún en estos tiempos difíciles, lo único que tenemos que hacer es dirigirnos al Señor Jesucristo y entregar nuestra vida entera a Él. 

¡Dios les bendiga! 

Dios es el aliento de vida

(Segunda parte) 

Por Miguel Miranda Pérez 

“Entonces Jehová Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz aliento de vida, y fue el hombre un ser viviente”. Génesis 2:7 

Cuando el aliento de vida que se convirtió en el espíritu del hombre, entró en contacto con el cuerpo del hombre, Dios puso el espíritu dentro del armazón que es el hombre interior, Zac. 12:1, “… Jehová, que extiende los cielos y funda la tierra, y forma el espíritu del hombre dentro de él”, es decir, le colocó energía, fortaleza, un viento, un soplo, aliento de vida en su nariz derivado de Dios, que depende de Dios, sólo se emplea para indicar la parte inmaterial  de los hombres, o sea, la parte de la inmortalidad, eso no puede morir porque le pertenece a Dios. 

Dios creó el cuerpo del hombre del barro de la tierra amarilla o rojiza, como de los animales, la expresión antromórfica, y le inspiró y le sopló, ese es el aliento en su nariz. 

Isaías 2:22 “Dejaos del hombre, cuyo aliento está en su nariz…” 

Job 33:4 “El espíritu de Dios me hizo. Y el soplo del Omnipotente me dio vida”. 

Por lo tanto, tiene un espíritu inmortal, un espíritu incorpóreo, de modo que el hombre vino a ser un alma viviente. 

Del mismo modo, se nos dice que Dios formó el espíritu del hombre dentro de él, dentro de su naturaleza, con su poder de creación, de donde a Él se le llama Dios de los espíritus, de toda carne. Núm. 16:22. “Ellos se postraron sobre sus rostros, y dijeron: Dios, Dios de los espíritus de toda carne…”. 

El hombre tiene un ruah, palabra que viene del hebreo y significa “espíritu”, y  un pneuma, que viene del griego que significa “aliento” y spiritus del latín que significa “soplar”. Así formó Dios al ser humano y es racional, sin límite, para la constante aplicación de sus capacidades. 

El pneuma es la parte más noble del hombre y ocupa un área más profunda de su ser, el cuerpo es lo más natural, porque está en un contacto con la materia. 

¿Qué es la tricotomía? 

El espíritu humano comprende tres partes, véase 1 Ts. 5:23. “Y el mismo Dios de paz os santifique por completo; y todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, sea guardado irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo”. 

El ruah o pneuma es la parte mediante la cual nos comunicamos con el Dios eterno e infinito, que así podemos percibir y adorar a las tres personas, Padre, Hijo y Espíritu Santo, como nos habla de nuestra relación con Dios, al espíritu se le llama el elemento que tiene conciencia de Dios. 

Primero, la conciencia es el órgano que discierne, distingue lo bueno y lo malo. Sin embargo, no lo hace por medio de la influencia del conocimiento almacenado en la mente, sino con un espontáneo juicio directo. 

A menudo nuestro razonamiento justifica lo que nuestra conciencia juzga. El trabajo de la conciencia es independiente y directo, pues no se somete a las opiniones del exterior. Si el hombre obra mal, la conciencia levantará su voz acusatoria. 

Segundo, la intuición es el órgano sensitivo del ruah y pneuma humano. Es tan diametralmente diferente del sentido físico y del sentido anímico que se le llama intuición. La intuición conlleva, una sensibilidad directa independiente de cualquier influencia exterior. Ese conocimiento que nos llega sin ninguna ayuda del pensamiento de la emoción o la voluntad es intuitivo. “Sabemos” por medio de nuestra intuición, y nuestra mente nos ayuda a “comprender”. Las revelaciones de Dios y todos los movimientos del Espíritu Santo son perceptibles para el creyente a través de la intuición. 

En consecuencia, un creyente debe tener en cuenta estos dos elementos: la voz de la conciencia y la enseñanza de la intuición. 

Tercero, la comunión es la adoración a Dios, los órganos del alma son incompetentes para adorar a Dios. No podemos percibir a Dios con nuestros pensamientos, sentimientos o intenciones, porque únicamente podemos conocerle directamente en nuestro espíritu. Nuestra adoración a Dios y la comunicación de Dios con nosotros se llevan a cabo directamente en el espíritu humano, tiene lugar en “el hombre interior”. 

Así pues, podemos concluir que estos tres elementos de la conciencia, la intuición y comunión están profundamente interrelacionados y funcionan coordinados.  

Conclusión 

Estimados lectores cada uno de nosotros tanto el hombre como la mujer somos instrumentos, siervos de Dios, todos debemos adorar al Padre, al Hijo, y al Espíritu Santo, o sea, la tricotomía divina, con alabanzas y oraciones. Incluidos los niños, los jóvenes y las señoritas debemos orar con el espíritu del hombre porque tiene una naturaleza divina que Dios puso dentro del cuerpo. 

Debemos estar con armonía, con nuestro ser y cuerpo, alma y espíritu para que tengamos una relación y una comunicación con Dios. De esta forma Dios vendrá a vivir en una habitación que es nuestro cuerpo y en nuestro corazón para siempre. 

(Primera parte)   

Por Miguel Miranda Pérez 

Introducción 

En nuestro bellísimo universo tan inmenso, tan infinito, con sus hermosas expansiones, con sus maravillosas estrellas y soles, todo el ámbito de la cosmología de los grandes cielos, también nuestro Padre Dios creó la tierra dentro del universo. La antropología, como ciencia, es el medio por el cual se puede contemplar primeramente a Jehová de los Ejércitos y, luego, la obra de la creación de Dios en nuestro universo. 

Dios creó la antropología del polvo de la tierra, que es el hombre, lo material e inmaterial. 

Antropología bíblica  

La antropología bíblica penetra más profundamente en los reinos de la moral, lo espiritual y lo eterno. 

La antropología bíblica, puesto que es una inducción y revelación divina, afirma verdades sumamente profundas, en relación con esos aspectos del hombre. 

Dios formó al hombre del polvo de la tierra. Veamos Génesis 2:7. «Entonces Jehová Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz aliento de vida, y fue el hombre un ser viviente». 

Tricotomía de la antropología (hombre) 

La antropología es la rama de la historia natural que trata sobre la especie humana, así es parte de la biología, que es la ciencia de los seres vivos en general. Especialmente hablando del hombre. 

Vamos hablar de la primera tricotomía del ser del hombre material,  y el hombre proviene de la mano de su creador. 

La Palabra de Dios declara que Dios formó el cuerpo del hombre del polvo de la tierra. 

El origen del hombre es de una importancia inmensurable, puesto que de esa respuesta depende la estructura de la antropología. 

La palabra antropos proviene de un vocablo griego que significa hombre. Logía es discurso, tratado o ciencia. 

La palabra cuerpo proviene del hebreo basar, que significa carne. En griego soma que significa cuerpo o sarx

El cuerpo humano está representando por al menos 16 elementos de la tierra.  Entre los que podemos mencionar calcio, carbono, cloro, flúor, hidrógeno, yodo, hierro, potasio, magnesio, sodio, nitrógeno, oxígeno, fósforo, silicona, azufre, manganeso y cal. 

Los minerales vitales son calcio, hierro, potasio, magnesio, sodio, silicona. Todos estos minerales están presentes en el cuerpo humano en forma orgánica, constituyen cerca de seis por ciento del cuerpo. 

El resto del cuerpo está compuesto por agua, carbono y gases, sustancias que están en sus diversas combinaciones, las cuales constituyen -¡oh maravilla de la creación divina!- una gran parte de la tierra. 

El hombre es de la tierra terrenal.  Veamos 1 Corintios 15: 47, 48, 49. «El primer hombre es de la tierra, terrenal; el segundo hombre, que es el Señor, es del cielo. Cual el terrenal, tales también los terrenales; y cual el celestial, tales también los celestiales. Y así como hemos traído la imagen del terrenal, traeremos también la imagen del celestial». 

Nuestra composición humana viene directamente del polvo de la tierra. Nuestro cuerpo procede de nuestros padres terrenales, la palabra carne significa cuerpo y la expresión padres terrenales se refiere de quien heredamos un cuerpo. 

Carne, refiriéndose a la parte blanda del cuerpo humano. Sabemos que está compuesto de carne, huesos y sangre. Toda carne en consecuencia “basar” o “sarx” se refiere a los seres humanos en su totalidad. 

Lo que nace de la carne es carne, así lo retomó y lo afirmó el Rey de Reyes y Señor de Señores, el Príncipe de Príncipes, el Verbo de los Verbos, así lo testificó nuestro Señor Jesucristo. 

¿Qué nace de la carne? Pues carne. El hombre por consiguiente es carne. 

¿De qué o de quién nació? Todo hombre de este mundo ha sido engendrado por padres humanos, por lo consiguiente, Dios de los Ejércitos, el Dios Padre, Jehová nuestro Dios, lo considera que es de carne, por eso el hombre es antropológico. 

Conclusión 

Amables lectores, hemos leído la Palabra de Dios. El cuerpo está compuesto de productos químicos, físicos y minerales, como también de agua y de tierra, sea gris, rojillo, amarilla o de barro o tepetate, etcétera. 

Estamos hechos de todos los elementos de la tierra. Dios formó el molde del lodo de la tierra. De estos elementos de la tierra formó un cuerpo. Dios lo usó para su servicio y también como un elemento del Señor Jesús. Somos terrenales, somos criaturas de Dios, somos hechura de Dios. Por eso concluimos que Dios nos hizo antropológicos. 

Hay un poderoso aviso

El arrebatamiento de la Iglesia 

Por Olga Miranda 

Este 2020 ha sido un año de muchas pruebas para toda la humanidad, incluidos los cristianos. Hemos vivido una crisis mundial en muchos aspectos: desde lo económico, el desempleo, la salud mermada por un virus desconocido -Covid 19- que ha cobrado la vida de muchas personas, así como problemas psicoemocionales; y la tierra ha padecido diversos temblores e inundaciones. 

Esto significa un poderoso aviso de que el Señor Jesucristo pronto volverá por su Iglesia, porque está escrito en la Palabra de Dios y porque así lo prometió a quienes hemos creído en Él. 

La profecía bíblica se está volviendo historia ante nuestros ojos. El señor Jesús nos advirtió: “Por tanto, también vosotros estad preparados; porque el Hijo del Hombre vendrá a la hora que no pensáis”. Mateo 24:44. 

El Señor Jesús vendrá inesperadamente. ¿Estás preparado? La disposición de encontrarse con Jesús en cualquier momento se muestra primeramente en una vida celestial y en una permanente espera de su retorno. 

“Más nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo”. Filipenses 3:20. 

La pregunta para nosotros es: ¿Estás realmente desatado y desligado de las cosas de este  mundo? 

Cuántas veces el apóstol Pablo dijo que deberíamos estar esperando a Cristo. “…Esperando la manifestación de nuestro Señor Jesucristo”. 1 Corintios 1:7. 

“… Así también fue ofrecido una sola vez para llevar los pecados de muchos; y aparecerá por segunda vez sin relación con el pecado, para salvar a los que le esperan”. Hebreos 9:28. 

“…aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo”. Tito 2:13. 

“… y esperar de los cielos a su Hijo”. 1 Tesalonicenses 1:10. 

“Y vosotros sed semejantes a hombres que aguardan a que su señor regrese”. Lucas 12:36. 

El Señor Jesucristo regresará en un instante. Él viene en las nubes y viene por su Iglesia, que se prepara cada día para el encuentro con su Señor.  

Pero, ¿qué sucederá con los que murieron creyendo en el Cristo redentor? 

“Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero”. 1 Tesalonicenses 4:16. 

“He aquí, os digo un misterio: no todos dormiremos; pero todos seremos transformados, en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la final trompeta”. 1 Corintios 15: 51-52 

El gran Maestro vendrá sin previo aviso, así que para los tiempos que estamos viviendo debemos observar las señales proféticas que se están cumpliendo.  

Así como cae la noche y de repente cae un rayo, así llegará el Señor Jesús y entonces la eternidad penetrará en el tiempo, y la consecuencia de este repentino suceso será maravillosa para los hijos de Dios que esperan y aguardan. Por lo tanto, debemos estar preparados para esa transformación, para ese encuentro con el Salvador y tener esa conexión vital con Jesús. 

Del mismo modo, cuanto más luminoso es el rayo, tanto más fuerte y rápidamente viene el trueno. Así el señor Jesús, la luz del mundo, viene para el juicio del mundo; por cierto en la venida de Cristo también viene una separación porque no todos serán arrebatados. 

“Entonces estarán dos en el campo; el uno será tomado, y el otro será dejado. Dos mujeres estarán moliendo en un molino; la una será tomada, y la otra será dejada”. Mateo 24: 40-41 

Así que querido hermano, querida hermana aún es tiempo para buscar a Dios, para creer en el Cristo y pedir perdón por nuestros pecados, hacer oración y esperarlo. Así dice la escritura: 

“Buscad a Jehová mientras puede ser hallado, llamadle en tanto que está cercano”. Isaías 55:6 

Recordemos que cuando el señor Jesús se despidió de sus discípulos, habló mucho sobre su retorno. Generalmente la gente se consuela, cuando tenemos que despedirnos y siempre  decimos: ¡Nos veremos nuevamente! 

Esta es nuestra esperanza viva. Jesús mismo lo dijo: 

“En la casa de mi Padre, muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy pues, a preparar lugar para vosotros. Y si me fuere y os prepararé lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis”. Juan 14: 2-3. 

También prometió que: “También vosotros ahora tenéis tristeza; pero os volveré a ver, y se gozará vuestro corazón, y nadie os quitará vuestro gozo. En aquel día no me preguntaréis nada”. Juan 16: 22-23. 

Hermanos vivamos para Cristo y algún día le veremos a Él como ÉL es. Confiemos en sus promesas y seguir el camino de la santificación, sin la cual nadie verá al Señor Jesús. 

¡Muchas bendiciones para ustedes hermanos! 

¡Cristo viene pronto!  

Por Olga iranda

(Segunda parte) 

Continuemos con la cuarta señal que nos indica que el fin de los tiempos. El Señor Jesús nos dio la señal religiosa. En este tiempo debemos tener especial cuidado con las personas que se dicen cristianas: “Porque vendrán muchos en mi nombre”, dice en Mateo 24:5. 

Cabe destacar la expresión “muchos”, también se refiere a una multitud de falsas doctrinas y falsos Cristos. En un vistazo a la religión del último tiempo, el Señor utiliza en el mismo capítulo tres veces el verbo “engañar”. 

“Mirad que nadie nos engañe (v. 4); y muchos falsos profetas se levantarán, y engañarán a muchos” (V. 11); “porque se levantarán falsos Cristos, y falsos profetas, y harán grandes señales y prodigios; de tal manera que engañarán, si fuere posible, aún a los escogidos. Ya os lo he dicho antes” (V. 24-25). 

El Señor Jesús destacó esto tres veces en el mismo discurso, entonces vemos que precisamente, el engaño religioso en los últimos tomará una gran proporción. 

No es de maravillarse o asombrarse, porque el mismo Satanás se disfraza como ángel de luz. Su ambiente original es la religión. Él es imitador de Dios. Sólo los que andan plenamente en la verdad, oyen la voz del buen pastor y los que no, pues siguen a los falsos maestros. 

En la actualidad debemos estar atentos y ser muy cuidadosos para reconocer una falsa doctrina. Si algún líder religioso, por llamarlo de alguna manera, de cualquier iglesia, congregación o movimiento enseña o predica cosas que vayan en contra de la Palabra de Dios, o en contra de Cristo y su obra redentora, es un falso maestro.  Como ejemplo podemos mencionar: los mormones, los Testigos de Jehová, la Luz del Mundo, Pare de Sufrir que ahora se llama La iglesia Universal, el catolicismo, entre otras.  

La quinta señal que el Señor Jesús nos da es la moral. Dice así la Palabra de Dios: “Porque como en los días antes del diluvio estaban comiendo y bebiendo, casándose y dando en casamiento, hasta el día en que Noé entró en el arca, y no entendieron hasta que vino el diluvio y se los llevó a todos, así será también la venida del Hijo del Hombre”. (Mateo 24:38-39). 

Con respecto a este tema se puede decir mucho sobre la ruina moral de los pueblos en el mundo entero. Hoy se casan y se divorcian, vuelven a casarse o de plano viven bajo la inmoralidad sexual, es decir, forman parejas en amasiato o en concubinato. Pero todo esto está “cristianamente” sancionado. 

También hay un desenfreno en el comer y el beber, sino cuántas veces hemos escuchado en las noticias que desde 1975, la obesidad se ha casi triplicado en todo el mundo.  

Según datos de la Organización Mundial de la Salud, en 2016, más de 1900 millones de adultos de 18 o más años tenían sobrepeso, de los cuales, más de 650 millones eran obesos. En ese mismo año, había más de 340 millones de niños y adolescentes (de 5 a 19 años) con sobrepeso u obesidad. 

En nuestras ciudades hay antros donde se practica el pecado como el de la prostitución y la homosexualidad. Nuestra juventud está contaminada. 

Con respecto a la homosexualidad, retomaremos una noticia que se dio el 21 de octubre de este año en el Vaticano. El papa Francisco aprobó las uniones civiles entre personas del mismo sexo, argumentando que también son hijos de Dios. 

Pero esta noticia va en contra por lo establecido por Dios. En 1 de Corintios 1:9 dice:  

¿No sabéis que los injustos no heredarán el reino de Dios? No erréis; ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los que se echan con varones. 

Es clara la Palabra de Dios. ¿Por qué hacen ese tipo de “argumentos”? Las personas que forman parejas del mismo sexo no pueden procrear hijos y mucho menos formarlos en el seno de una familia. 

El fin no puede estar muy lejos. Hoy estamos como en los tiempos de Noé y la mayoría “… y no entendieron”. Sólo los que buscan y siguen al Señor Jesús, los verdaderos hijos de Dios y que siguen el camino de la santificación, perciben todo esto que acontece en nuestros días gracias al Espíritu Santo. 

Si tú no has tomado en serio el seguir a Jesús hasta el día de hoy, entonces es tiempo de creer en Él y sus grandes promesas, arrepiéntete de tus pecados, confiésalos delante de Dios y pide perdón, porque el Señor Jesús está cerca. 

En sexto lugar vemos la señal de Israel que nos dice: ¡Jesús regresa en breve! En la Biblia, Israel está representado simbólicamente como higuera. El Señor Jesús advirtió: “De la higuera aprended la parábola: Cuando ya su rama está tierna, y brotan las hojas, sabéis que el verano está cerca” (Mateo 24:32). 

Debemos notar que no hay frutos todavía. El pueblo de Israel no se ha convertido. Se aproxima la abominación desoladora, de la que podemos leer en Daniel capítulo 9. 

La amenaza para Israel no son tanto los árabes llenos de odio, aunque ellos están poderosamente armados. La verdadera amenaza para Israel  vendrá de Europa, del restablecido imperio romano, cuando Israel aceptará como mesías el anticristo, cuyo espíritu percibimos ya con gran presión y cuyos pasos resuenan cada vez más. 

El antisemitismo es el medio negativo de unión entre los pueblos, los que de otra forma son desunidos. Los árabes desunidos se unen en el odio contra Israel; representantes de las dos mayores potencias comunistas, Rusia y China, que se odian y están desunidas, han rivalizado en El Cairo con declaraciones antisemitas. 

El nazismo fue vencido y sofocado, más no el antisemitismo. Lo que es real es que el anticristo está en marcha. Él unificará al mundo entero bajo sí mismo, pero el Señor salvará un remanente de Israel. Y justo en el tiempo de mayor necesidad aparecerá el Hijo de Dios, al que rechazaron y traspasaron. La consecuencia de su venida será la conversión nacional de Israel. 

Por último, veremos la séptima señal que el Señor Jesús nos dio. Es la señal espiritual. Tenemos en este tiempo final dos extremos, por un lado, la evangelización mundial como el Señor Jesús lo dijo en Matero 24:14 

“Y será predicado este evangelio del reino en todo el mundo, para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin”. 

Esto actualmente está sucediendo, lo podemos percibir gracias al Espíritu Santo que ha permitido que muchos predicadores lleven el mensaje de Jesús a varias naciones. Todavía hay libertad de culto y pese a la pandemia hay predicaciones y transmisiones en vivo por las redes sociales e internet. 

Sin embargo, podemos percatarnos de otra señal negativa: el enfriamiento del amor. Dice en Mateo 24:12-13 

“Y por haberse multiplicado la maldad, el amor de muchos se enfriará. Mas el que persevere hasta el fin, éste será salvo”. 

Posiblemente muchos hijos de Dios pregunten: ¿Cómo es posible, que por un lado la actividad evangelística mundial aumenta, y por otro, lado el amor se enfría? 

Podemos ver que la cristiandad está cada vez mejor organizada, de hecho, hoy podemos ver, a causa del Covid 19, a través de las redes sociales hay cultos, estudios y predicaciones virtuales. Y en algunos templos se permite a entrada a los cristianos con sus debidas medidas sanitarias. Pero también existe un enfriamiento del amor hacia la humanidad cada día hay numerosos homicidios, suicidios y también una creciente corrupción en todos los ámbitos sociales, políticos y económicos que ha llevado a la quiebra a muchas familias. 

Así que estimados lectores, aún es tiempo de acercase al Dios Eterno, arrepentirnos de todo lo malo que hayamos hecho y buscar de Dios hasta el último día de nuestra vida terrenal. Porque el Señor Jesús viene pronto por su iglesia. 

Dios les bendiga. 

Por Olga Miranda 

(Primera parte) 

En el sermón profético de Jesús encontramos una frase, a la que nosotros en nuestros días deberíamos prestarle más atención, que dice:  “Así también vosotros, cuando veáis todas estas cosas, conoced que está cerca, a las puertas”. (Mateo 24:33) 

El señor Jesús nos dio en Mateo 24, siete señales que anuncian que Él viene pronto. 

  1. La señal política 
  2. La señal biológica 
  3. La señal cósmica 
  4. La señal religiosa 
  5. La señal moral 
  6. La señal de Israel 
  7. La señal espiritual 

Ellas son tan claras e inequívocas que nosotros al leerlas debemos reconocer que la profecía bíblica respecto de la venida del Señor Jesús se está desarrollando hoy delante de nuestros ojos, ya como historia. 

Analicemos primero la señal política. En Mateo 24:6 dice lo siguiente: 

“Y oiréis de guerras y rumores de guerras; mirad que no os turbéis, porque es necesario que todo esto acontezca; pero aún no es el fin”. 

Desde de 1914 fue quitada la paz de la tierra. Las maniobras políticas conducen cada vez más a conflictos belicosos. En todas partes arden las llamas de guerras. Apenas son apagadas en algún sitio cuando arden de nuevo en otro. 

Esto predicó Jesús y también advirtió de otro aspecto político: “Porque se levantará nación contra nación, y reino contra reino”. (Mateo 24:7). 

Vemos hoy un poderoso afán de independencia de los pueblos y la lucha por la concentración económica, política y social que afectan el planeta, por ejemplo: chiitas-sunitas, Estados Unidos-China, Afganistán-Irak, Sudán- Camerún, etc. 

La señal biológica, que el señor Jesús nos ha dado, se desarrolla delante de nuestros ojos. En Mateo 24:7 dice: “… y habrá pestes, y hambres”. A pesar de la ciencia médica tenemos más enfermos que antes. El cáncer, Covid 19, diabetes, hipertensión, obesidad etcétera, y las enfermedades psíquicas: angustia, neurosis, obsesión, entre otras. 

Pero no nada más las enfermedades flagelan a la humanidad sino también el hambre que sufre gran parte de la población mundial. Sólo por mencionar algunos países, la mayoría de África, pero también en la península arábica de Afganistán, Irak, en América Haití y Bolivia. 

En Lucas 21:26, Cristo predijo una enfermedad que ya ha poseído a gran parte de la humanidad, esa enfermedad es el temor, el miedo a gran parte de la humanidad. Así dice el versículo: “… desfalleciendo los hombres por el temor, y la expectación de las cosas que sobrevendrán en la tierra”. 

Lo vemos en la actualidad con la pandemia del  Covid 19, llevamos siete meses y en los periódicos podemos leer en las noticias que muchas personas han sufrido trastornos de temor y ansiedad con respecto a la nueva enfermedad, pero también por su situación financiera o laboral. Asimismo, cambios en los patrones de sueño o alimentación. 

La tercera señal del fin es la señal cósmica. En Mateo 24:7, el Señor Jesús habla de terremotos en diferentes lugares. En este año 2020 se han registrado  sismos en los siguientes países: 24 de enero en Turquía, 23 de junio en México, 23 de febrero en Irán, 18 de mayo en China, 18 de agosto en Filipinas, 17 de julio en Papúa en Nueva Guinea, 22 de julio en Alaska, entre muchos otros países. 

En Lucas 21:25 dice: “Entonces habrá señales en el sol, en la luna y en las estrellas y en la tierra angustia de las gentes, confundidas a causa del bramido del mar y de las olas”. 

Todo esto se está cumpliendo delante de nuestros ojos. En este año hemos tenido cuatro eclipses, tres de luna, uno de sol, faltan dos: uno en noviembre de luna y en diciembre de sol. 

Con las crecientes explosiones solares y los frecuentes terremotos en todo el mundo podemos ver una señal de que pronto viene el Señor Jesús. Como dice la Biblia, “…del bramido del mar y las olas”, esto también debe considerarse como una señal cósmica porque hoy en día vemos en las noticias que han aumentado las inundaciones y los tifones en varias partes del mundo.

Sólo por mencionar un ejemplo el huracán Delta categoría 4 que pasó los estados de Yucatán y Quintana Roo en México y parte de Estados Unidos, causó graves afectaciones en casas y en vías terrestres. 

Con todo lo que hemos visto con nuestros propios ojos en lo que va del año 2020, debemos creer que Cristo viene pronto, que debemos estar atentos velando y orando porque su venida está cerca. 

Dios les bendiga y hasta la próxima semana

 Por Olga Miranda 

“Si en esta vida solamente esperamos en Cristo, somos los más dignos de conmiseración de todos los hombres”. 1 de Corintios 15:19 

Jamás nos habíamos enfrentando a una peste como el Covid 19, la cual ha cobrado la vida de más de 20 millones de personas en el mundo. En México van más de 54 mil muertos a causa de este virus. 

Hoy experimentamos muchos cambios a nivel social. Las familias no pueden abrazarse ni saludarle como antes, porque debemos guardar sana distancia; en política, los países más poderosos económicamente dictan las normas y reglas a seguir a nivel global; en salud pública, nos enfrentamos a un virus desconocido y la vacuna aún está en fase de experimentación. 

Llevamos más de 160 días de pandemia y hemos sido testigos de una gran aflicción y desolación en numerosas familias que han perdido a uno o a varios integrantes. Pero, ¿qué pasa con los que hemos creído en el Señor Jesús como nuestro Salvador? ¿Qué sucede con los cristianos que han fallecido? ¿Cuál es la esperanza del cristiano frente a esta pandemia? 

En esta ocasión quiero compartirles una serie de relatos bíblicos que nos deben dar una luz de esperanza y una fe inquebrantable. 

¡Maranatha! 

“Maranatha” es una palabra aramea que significa ¡Nuestro Señor viene! 

De acuerdo con los relatos bíblicos de los evangelios del Nuevo Testamento nos cuentan que la primera venida del Señor Jesús a la tierra fue en Belén hace más de dos mil años. Desde ese día, el Señor Jesús llegó para siempre, desde el punto de vista de la eternidad, porque para Dios todo es un eterno presente. 

En su primera fase, el Señor Jesús mismo citó en la sinagoga de Nazaret la profecía de Isaías 61: 1 y 2. 

1  “El Espíritu de Jehová el Señor está sobre mí, porque me ungió Jehová; me ha enviado a predicar buenas nuevas a los abatidos, a vendar a los quebrantados de corazón, a publicar libertad a los cautivos, y a los presos apertura de la cárcel; a proclamar el año de la buena voluntad de Jehová…» Aquí el Señor Jesús hizo una pausa y cerró el libro. Así lo relata el evangelio de Lucas 4:20 y 21. 

20 “Y enrollando el libro, lo dio al ministro, y se sentó; y los ojos de todos en la sinagoga estaban fijos en él. Y comenzó a decirles: Hoy se ha cumplido esta Escritura delante de vosotros”. 

Pero el profeta Isaías hace una referencia a la segunda venida de Cristo y lo podemos leer en el versículo 2, donde dice: … “y el día de venganza del Dios nuestro”. Isaías ya lo había visto proféticamente hablando. Habla de un día posterior. 

El día de Cristo comenzó con la venida de Jesús, de la que decimos ser su primera venida aquí a la tierra, pero ante los ojos de Dios, la primera y segunda venida es un todo. 

Nosotros los humanos estamos limitados por el tiempo, siempre hablamos del pasado, del presente y del futuro, pero para Dios no existe el tiempo, porque Dios es eterno. 

Tres hechos importantes para creer en el arrebatamiento de la Iglesia 

Aparte del hecho histórico de la salvación de la humanidad, existen tres hechos que nos indican que pronto volverá el Señor Jesús por su iglesia y que se cumplirán todas sus promesas que dejó para todos aquellos que en Él creen. 

Primer hecho 

El sufrimiento de Cristo no fue un sufrimiento pasivo, sino una poderosa conquista: la  sumisión del príncipe de este mundo, es decir, del diablo que tanto mal ha causado en el mundo. 

El señor Jesús antes de ir al Gólgota dijo en Juan 14:30 “No hablaré ya mucho con vosotros; porque viene el príncipe de este mundo, y él nada tiene en mí”. 

Jesucristo ha vencido al príncipe de este mundo, por su muerte y resurrección. Luego ascendió el cielo con la finalidad de dejarle al mundo un tiempo de gracia para creer (o no) en Él y sus grandes promesas. 

Pero después del sufrimiento de Jesús aún debe revelarse la gloria, como dice en 1 de Pedro 1:11: “… los sufrimientos de Cristo, y las glorias que vendrían tras ellos “, es decir, la gloria de la unión de Jesucristo con su novia, la Iglesia, Así lo expresó en Juan 17:14 “Padre, aquellos que me has dado, quiero que donde yo estoy, también ellos estén conmigo, para que vean mi gloria que me has dado; porque me has amado desde antes de la fundación del mundo”. 

Segundo hecho 

Otro hecho que nos da certeza de que Jesús volverá es su resurrección. La venida del Señor Jesús en las nubes del cielo será la triunfal confirmación, o sea, la consecuencia de su resurrección. El apóstol Pablo coloca el retorno de Jesús en 1 de Ts. 4:14, 16-17 «Porque si creemos que Jesús murió y resucitó, así también traerá Dios con Jesús a los que durmieron en él. Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero. Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor. Por tanto, alentaos los unos a los otros con estas palabras». 

Hay una esperanza para el cristiano en el momento que el Señor Jesús aparezca en las nubes del cielo y los muertos resuciten y nosotros, los que hayamos quedado, seamos transformados; la muerte será completamente ignorada. Con el regreso de Cristo acontecerá el arrebatamiento de la Iglesia de este mundo por medio de un viaje relámpago espiritual. 

Tercer hecho  

Mucha gente se pregunta, pero cómo saber que el Señor Jesús volverá, pues la verdad está en su propia Palabra. El apóstol Pablo lo dice explícitamente en 1 de Ts. 4:15: “Por lo cual os decimos esto en palabra del Señor: que nosotros que vivimos, que habremos quedado hasta la venida del Señor, no precederemos a los que durmieron”. 

Por esta causa es tan importante que nosotros, como hijos de Dios, nos ocupemos con la palabra profética. Sólo debemos estar atentos a las señales de los tiempos y obedecer a Dios. 

 Recordemos que cuando el Señor Jesús resucitó, los discípulos de Emaús, según relata el evangelio de Lucas, estaban tristes y abatidos. De repente iba Jesús con ellos, pero ellos no le reconocieron. ¿Y saben por qué? Porque sus ojos terrenales estaban impedidos de poder reconocerle. Porque aún no tenían un cuerpo glorificado. 

Ellos relataron al extraño cómo su Señor había sido crucificado. ¿Y qué hizo Jesús entonces? Les dijo: sí, pero yo soy el resucitado, aquí estoy.  Veamos el relato en Lucas 24: 25-27 

«Entonces Jesús les dijo: ¡Oh insensatos y tardos de corazón para creer todo lo que los profetas han dicho!  ¿No era necesario que el Cristo padeciera todas estas cosas y entrara en su gloria? Comenzando por Moisés y continuando con todos los profetas, les explicó lo referente a Él en todas las Escrituras». 

Entonces cuando los discípulos le reconocieron, Él desapareció de su vista. Pero saben, estimados lectores, esto fue una prueba fehaciente de que el Cristo resucitado estaba presente, de acuerdo con  estos hechos narrados en los evangelios. Por ello, la exhortación es que le creamos a Jesús y sus promesas. Hoy día tenemos la certidumbre de que Él viene pronto. 

¡Dios les bendiga! 

Epidemias ¿bíblicas?

Por Olga Miranda

Actualmente, en el mundo se vive una pandemia por el llamado coronavirus. Estamos frente a una enfermedad desconocida para la ciencia médica, pero no para Dios. Cada día las cifras de muertos crecen más y pareciera que estamos rebasados en aspectos económicos, políticos, sociales y de salud.

La humanidad debe considerar si ha llegado el tiempo de volver los ojos al cielo y buscar al Creador. Hoy es tiempo de buscar a Dios porque esto que estamos viviendo es parte de las señales del fin de los tiempos. Es importante pedir perdón y perdonar a los que nos han ofendido. Dios es el mismo ayer, hoy y en el futuro.

Las pestilencias según la Biblia

Peste, pestilencia. En el Antiguo Testamento se llama así a cualquier epidemia fatal, generalmente resultado de un juicio divino.

Veamos algunos ejemplos de pestilencia en la Biblia.

Éxodo 5:3

Y ellos dijeron: El Dios de los hebreos nos ha encontrado; iremos, pues, ahora, camino de tres días por el desierto, y ofreceremos sacrificios a Jehová nuestro Dios, para que no venga sobre nosotros con peste o con espada.

Jeremías 14:12

Cuando ayunen, yo no oiré su clamor, y cuando ofrezcan holocausto y ofrenda no lo aceptaré, sino que los consumiré con espada, con hambre y con pestilencia.

2 Reyes 19:35

Y aconteció que aquella misma noche salió el ángel de Jehová, y mató en el campamento de los asirios a ciento ochenta y cinco mil; y cuando se levantaron por la mañana, he aquí que todo era cuerpos de muertos.

Amós 6:9-10

Y acontecerá que si diez hombres quedaren en una casa, morirán. Y un pariente tomará a cada uno, y lo quemará para sacar los huesos de casa; y dirá al que estará en los rincones de la casa: ¿Hay aún alguno contigo? Y dirá: No. Y dirá aquél: Calla, porque no podemos mencionar el nombre de Jehová.

Breve historiografía de las epidemias en México

A lo largo de la historia de nuestro país siempre ha habido muchas enfermedades en diferentes generaciones. Para los indígenas prehispánicos todos los males físicos y sociales eran producto de la voluntad de los dioses hacia el hombre: una maldición o un castigo.

Aquí algunos datos:

1450. “Catarro pestilencial”, debido a bajas temperaturas, que afectaba las vías respiratorias; hoy suponemos que pudo ser influenza de alta mortalidad.

Año 7 tochtli. “Gran pestilencia”, que presupone una de las causas abandono en Tula.

1456. Los aztecas sufrieron de posible difteria.

1496. Xochtlan, Tequantépec y Amaxtlan sufrieron tifo exantemático y enfermedades respiratorias.

A la llegada de los españoles

1520. Viruela. Costó la vida de miles de indígenas, entre ellos Cuitláhuac, hermano de Moctezuma.

1531. Sarampión. Gran mortalidad, pero menor que la viruela. Descenso de la población en Tabasco por viruela, sarampión, catarros, flujos con sangre y fuertes fiebres.

Siglo XVI

1545. “Cocoliztli” (salmonela) síntomas febriles, problemas gastrointestinales, debilidad, dolor abdominal, sangre en la heces. Después de cinco años mató a 80 por ciento de la población (15 millones de personas).

Episodio considerando una de las peores epidemias, después de la peste negra que mató a 25 millones de personas en Europa en el Siglo XIV.

1555. “Dios castigó a la Nueva España con plagas trabajosas: viruela, sarampión, hambre, guerra, opresión, tributos, esclavitud y trabajo en las minas”.

1596. Epidemia mixta de sarampión, paperas y tabardillo.

Enfermedades que los esclavos portaban: diarrea, disentería, neumonía, paludismo, fiebre amarilla, amibiasis, lepra, sífilis y tripanosomiasis.

Siglo XIX

1813. Epidemia de tifo en Cuautitlán. Un total de 3 mil 114 víctimas en siete meses.

1833. Cólera mató a 324 mil personas en todo el país.

1883. Fiebre amarilla en Mazatlán. Desembarcaron 33 enfermos procedentes de Panamá. Murieron 2 mil 541 personas, aproximadamente 16 por ciento de la población estimada.

Siglo XX

1902-1903. La epidemia de la peste negra, de la variedad “Bubónica” se manifiesta en el puerto de Mazatlán. Se presume que el virus lo portaban unos marineros que venían a bordo del vapor Curacao, procedentes de San Francisco California. Se infectaron 824 personas, de las cuales fallecieron 582 (71 por ciento).

Acciones:

– Se desinfectaron 1,399 casas y se incineraron 1,103

– Se aislaron 2,146 personas

– Se eliminaron 13,908 ratas

– Se aplicaron 17,260 dosis de suero Yersin

1918. La llamada gripe española dejó 500 mil muertos en México.

– 1940. Paludismo dejó 24 mil muertes por año hasta finales del siglo. En 2002 se declaró erradicada.

– 1948-1955. Poliomielitis, se registraron 1,100 casos. Se erradicó por medio de la vacunación.

Siglo XXI

2009. Influenza A/H1N1. Virus de origen porcino. La Gloria, Perote, Veracruz.

Presencia de casos en Oaxaca, San Luis Potosí y el Estado de México. La enfermedad se extendió hacia Estados Unidos y Canadá, España, Inglaterra y Nueva Zelanda. Este número siguió creciendo hasta llegar a 74 países el 11 de junio de 2009, día en que la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró, que el mundo se encontraba ante una pandemia.

En total, la OMS reconoció, al final de 2009, casi 16 mil muertes en todo el mundo. En México, al final de diciembre, se habían acumulado casi 70 mil casos confirmados y alrededor de mil muertes.

Págs. WEB

https://www.bibliatodo.com/Diccionario-biblico/peste-pestilencia

Gracias, Padre

Por Abner Chávez

Me han preguntado si los cristianos debemos festejar el Día del Padre.

Hay quien dice que no, por ser ésta una fiesta mundana (como si celebrar el Fin de Año o el Día de la Madre te quitara tu esencia como hijo de Dios).

Otros opinan que sí, porque la Biblia ordena dar gracias a Dios por todo. Se opte por una o por otra, lo primordial es darle gracias al Dios eterno y todopoderoso.

El padre por excelencia es Dios: Padre nuestro, Padre de misericordia, Padre del cielo, Padre de toda bondad, Padre eterno, Padre de las luces, Padre de los espíritus, Padre de toda virtud, Padre amoroso, Padre en lo secreto, Padre de huérfanos, Padre mío, Abba Padre.

Él solo merece toda honra, gloria y alabanza por siempre, amén.

Honra a tu padre

Por Olga Miranda

En México, el Día del Padre es un día perfecto para agradecer a nuestros progenitores, incluidos los abuelos, todo lo que han hecho por nosotros, sus hijos, desde que nacimos y a algunos nos apoyan aun siendo adultos.
Si analizamos lo que dice la Biblia, la figura paterna es muy importante para educar a niños, adolescentes y jóvenes. Una de las principales enseñanzas está a lo largo del libro de Proverbios, en que el autor hace referencia a que el elemento moral y espiritual es esencial para el desarrollo y evolución del ser humano, y en dicha tarea tiene un gran peso la figura del padre.
Veamos algunos ejemplos:
Semejante a Dios
“Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó”. Génesis 1:27.
Adán es el primer hombre que Dios creó. Uno de los significado del nombre Adán, según la etimología en sumerio, es “mi padre”.
“Adán fue el único entre los seres de la tierra creado a la imagen y semejanza de Dios, con razón, con imaginación creativa y con inteligencia superior que le capacitaba para conocer, amar y comunicarse, no tan sólo con los demás seres inferiores, sino también con Dios.
Génesis 12:1-2
Padre de multitudes
“Pero Jehová había dicho a Abram: Vete de tu tierra y de tu parentela, y de la casa de tu padre, a la tierra que te mostraré. Y haré de ti una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y serás bendición”.
Proviene del hebreo (Avraham) y significa «padre de pueblos» o «padre de multitudes».
El patriarca era un hombre justo, descendiente de Sem, nacido en Ur de los caldeos, el cual, aunque vivió en medio de un pueblo idólatra, nunca abandonó el culto al verdadero Dios.

Sacado de las aguas
Exódo 2: 1-2 y 10
“Un varón de la familia de Leví fue y tomó por mujer a una hija de Leví, la que concibió, y dio a luz un hijo; y viéndole que era hermoso, le tuvo escondido tres meses (…) Y cuando el niño creció, ella lo trajo a la hija de Faraón, la cual lo prohijó, y le puso por nombre Moisés, diciendo: Porque de las aguas lo saqué”.
Moisés fue un príncipe egipcio que se convirtió en líder y profeta del pueblo judío, llevándolos de la esclavitud de Egipto a través del Mar Rojo hasta el Monte Sinaí. En esa cumbre, Moisés recibió los Diez Mandamientos, que forman una base importante del Antiguo Testamento.
El esposo de María
“Y Jacob engendró a José, esposo de María, de la cual nació Jesús, quien es llamado Cristo”. Mateo 1:16.
José, marido de María (madre de Jesús), es el mejor ejemplo de padre que da la Biblia, porque muestra cómo es realmente un padre trabajador que ama a su hijo y a su mujer por encima de todas las cosas.
Como hemos visto en estos ejemplos bíblicos, el padre de padre de familia debe seguir la enseñanza hacia sus hijos, basada en la fe en Dios.
Así que, Dios es el padre de todas las cosas y es significativo celebrar a nuestros padres terrenales con la fe cristiana.
¡Felicidades a todos los Padres de familia, hoy en su día!

Castigóme gravemente Jehová, mas no me entregó a la muerte. Con mi voz clamé a Jehová, y él me respondió desde su monte santo. Bendito sea el Señor Dios, el Dios de Israel, el único que hace maravillas.

Por Juan Flores Quevedo

Por este medio voy a contar las maravillas que Dios ha hecho en mi vida. Este es pues mi testimonio y espero que sirva para que más almas lleguen al conocimiento de la Palabra de Dios, y que los enfermos pongan toda su confianza en Jesucristo: Él puede salvarlos, Él puede sanarlos.

Después de un diagnóstico de tres infartos agudos al miocardio, uno superior y otro inferior y otro con anterioridad, provocando una enfermedad trivascular coronaria y una miocardiopatía aguda isquémica, vista dañada, riñones dañados, al igual que los pulmones, perdí la vida. Los médicos decidieron aplicar una reanimación de dos ciclos con éxito, no sabían si viviría, y los médicos llegaron a decir: “no hay nada que hacer”.

El día 14 de agosto del año 2018, llegando a mi trabajo me dice mi compañero ¿te sientes bien?, te ves muy pálido, le contesté ‘me siento un poco mal’. Siendo las 22:30 horas comienzo a sentir un fuerte dolor en mi pecho y en la espalda acompañado de náuseas y mareos, también con un trasudor, le gritó a mi compañero y le digo me siento mal; me levanté de mi lugar me fui al sanitario y me eché agua. El mareo era muy fuerte, enseguida perdí la vista, no mire más; sólo miraba todo en blanco, me desmayé, no sé cuanto tiempo estuve inconsciente.

Cuándo recuperé el conocimiento, seguía sin mirar nada, quería levantarme pero no tenía fuerzas. Comencé a clamar a Dios, oraba y le pedía ayuda al Señor, me encontraba solo, sin nadie que me pudiera auxiliar; las veces que quise levantarme, caí al piso, después de un buen rato entró mi compañero y me decía qué te paso, ¿te puedes levantar? Sólo movía mi cabeza y le decía que no, como pudo me levantó, y fue por ayuda; me recostaron en unas sillas como pude le marqué a mi familia, pero nadie me contestaba. Seguía orando, clámandole a Dios que no me dejara, que me ayudara. Pasaron cinco horas. para esto le pedí a mi compañero que pidiera un taxi o una ambulancia, ya que yo sentía que me moría.

Llegó el transporte, me sacaron cargando de la oficina hasta la calle; me llevaron al hospital de Villa de las Flores, en el Estado de México. Llegamos a Urgencias, pasé a solicitar apoyo, pero no había ningún médico, como a los diez minutos llegó mi esposa. Me preguntó ¿qué te pasó? y le respondo ‘no sé, ayúdame, me siento muy mal’, le gritó al médico pidiendo ayuda, me pasan y le digo a la doctora mi molestia. En ese momento ella me responde:  usted viene en shock hipobulémico, pase a que le hagan un electro cardiograma. Llega un médico quien da la indicación que me pasen a reanimación, ya que mi corazón está muy mal. Me ponen un catéter blando al corazón en mi brazo izquierdo, sólo escuchaba que a mi esposa le decían ‘está muy grave, prepárese para cualquier noticia’.
El día 15 de agosto por la mañana, un doctor da la indicación de trasladarme al Centro Médico Nacional de Altas Especialidades de La Raza, en la Ciudad de México, ya que ellos no podían hacer más. Al llegar al hospital de La Raza, me pasan a hemodinamia, para un un cateterismo cardíaco, me intuban debido a la gravedad con que llegué, me dice una doctora ‘lo vamos a dormir’. No supe más de mí.

El día 16 de agosto perdí la vida. Mi cuerpo no tenía signos vitales, a lo que los médicos decidieron darme una reanimación con dos ciclos. No sabían si viviría. Después quedé en coma; todo el tiempo que estuve inconsciente yo veía dos grupos de personas: unas vestidas de negro y otras de color blanco. Se me acercó una persona con una lengua como de víbora y me decía ¡qué quieres! se burlaba y me mostraba a las personas de negro sirviendo a Satanás. El grupo de blanco oraba, clamaba a Jesucristo, pedían por todos los problemas a nivel mundial, pero en los dos grupos había líderes religiosos engañando a la gente, líderes practicando la brujería, hechicería, otros robando, involucrados en el narcotráfico, engañando al pueblo de Dios. Después volvía la persona y me decía ¡qué quieres!,  yo le respondía, le decía: servir a mi Dios, que es Jesucristo; se burlaba y me decía ‘qué decidiste’. Yo le dije tres veces: Jesucristo te reprenda. Satanás corrió diciendo, no sirve para nosotros. En ese momento sentía que mi cuerpo se quemaba y sólo clamaba a Dios, le pedía perdón, le pedía su ayuda, que no me abandonara.

Volví a quedarme inconsciente hasta después de 21 días. El Señor Jesucristo mostró su poder. Cuando desperté, miraba a mi hija llorando y ella me decía: ‘ya no cierres tus ojos, vámonos a casa, quiero orar contigo, papá; ya despertaste, ya no cierres tus ojos’.

Vinieron los médicos y decían: sigue muy mal, sus riñones no trabajan, sus pulmones están muy mal, al parecer no tiene daño cerebral. Se acercó una doctora diciendo: usted es un milagro. El proceso que usted vivió fue muy difícil, no entendemos cómo con un corazón tan dañado, con los riñones dañados y sus pulmones mal, usted siga vivo. A lo que yo respondí: soy un milagro de Dios y estoy vivo por el poder de Jesucristo, por su misericordia, por su gracia.

Después de varios días, la misma doctora me informa que mis riñones ya están trabajando normal y mis pulmones están bien. Me repetía: no sé en que Dios crea usted, pero es un milagro. Le respondí: ¡creo en un Dios vivo y su nombre es Jesucristo!

Estimados lectores: le doy gracias a Dios porque aún me tiene con vida y con mi lengua confieso que Jesucristo es el verdadero Dios, y ¡está vivo! que su nombre sea bendito, sea exaltado por toda la eternidad. Estimados lectores, aún hay tiempo para pedir perdón. Si usted está enfermo, confíe en Jesucristo; si usted es un ministro encargado de una asociación religiosa y está envuelto en malas prácticas, aún hay tiempo de arrepentirse, Jesucristo tiene poder, Él quiere perdonar todos los pecados, Él quiere una Iglesia limpia; el tiempo de la gracia está por terminar, pidamos perdón a nuestro Señor Jesucristo y Él obrará en nuestras vidas y en su Iglesia. Que el Señor Jesucristo les bendiga.

¿Pandemia o pecado?

Por Juan Elías Vázquez

Cuando la influenza se hallaba en su pico más alto, en 2009, un columnista de un importante diario capitalino comparaba la epidemia mexicana con las plagas de Egipto. Las nuestras, decía el periodista, han sido muchas más de diez: influenza, obesidad, terremotos, inundaciones, sequías, adicciones, pobreza, ignorancia, corrupción, cacicazgos, partidos políticos, crisis económicas, narcotráfico, ejecuciones, inseguridad, ilegalidad, ambulantaje, etcétera. Desde esta perspectiva, nuestro cuadro “epidemiológico” hace ver a Egipto como una caricatura de nación en crisis. ¡Mucho cuidado con esta clase de comparaciones! Porque al Faraón y a su pueblo la peste les llegó por causa de su desobediencia y rebeldía ante el Todopoderoso. Lo que le está pasando a México y al mundo, por lo tanto, podríamos pensar, es consecuencia de su pecado delante de Dios.

Al grado de descomposición institucional en el país hay que añadir lo que a los ojos bíblicos significa la transgresión de la ley divina, como por ejemplo la legalización del aborto o de los matrimonios homosexuales o la permisión para portar ciertas cantidades de droga. Adquirir un perfil moderno y democrático le ha salido caro al país.

¿Será, entonces, que nuestro alcance de prevaricación (“quebrantamiento de una ley”) delante del Señor ha acarreado nuestros males? Cuesta trabajo aceptarlo, por lo menos en nuestra casa. Es muy fácil afirmar que Dios ha castigado duramente al continente asiático (con tsunamis, gripe aviar, etcétera) debido a su idolatría y a la corrupción de sus costumbres y hábitos alimenticios. Pero… ¿y a nosotros?

Vivimos una época de incredulidad y sospecha. Muchas personas medianamente educadas consideran que creer en Dios no sólo es una pérdida de tiempo, sino que también implica un retroceso intelectual. Con ligereza aducen: “Es que soy agnóstico”, como si eso los volviera superiores. No creer y sospechar van de la mano. Por eso, bajo ningún concepto “racional”, nos podemos atrever a afirmar que las pestes que estamos padeciendo son castigo de Dios.

Pero el cristiano verdadero sabe que esto que vivimos con el Covid 19 es consecuencia del alto nivel de descomposición social, moral y ética de nuestra nación, que corroe desde los estratos más altos hasta los inferiores; consecuencias lógicas de una estructura corrompida y carente de solidaridad con las clases más desfavorecidas. ¿Y los fenómenos naturales? Signo de los tiempos, fruto de políticas ineficientes en materia de planeación ecológica; resultado del consumo ávido e irracional de los recursos no renovables.

Cualquier otra explicación lógica es aceptable, menos atribuir nuestras desgracias y pasiones doloridas en estos terribles tiempos al juicio Divino. Quien afirme cosa semejante, pobre ingenuo, es oído con una risita condescendiente y recibido con una palmadita en la espalda: “Ya está bien, muchacho(a), te creemos, no te sulfures”.

¿Será que el cristianismo histórico ya no cabe en este mundo rebasado por la historia?

¿Por qué creemos que la Biblia es la Palabra de Dios?

Por Olga Miranda

Muchas personas se preguntan quién escribió la Biblia. ¿La ciencia puede ayudarnos a responder esas dudas?

Existen muchas ciencias que estudian nuestro mundo, como biología, antropología, astronomía, historia, matemáticas, medicina, arqueología, etcétera.

La antropología es la ciencia que estudia al ser humano de forma integral. El antropocentrismo es una doctrina que considera al hombre como centro del universo. El hombre, al sentirse el centro del universo siempre ha buscado explicaciones en la naturaleza sobre un ser superior, porque siempre se ha hecho preguntas existenciales: ¿De dónde vengo? ¿Quién me creó? ¿Hacia dónde voy?

Ahora analizaremos el punto vista antropológico, porque hay evidencias científicas de la existencia de la Palabra de Dios.

La antropología analiza tanto los aspectos físicos como las manifestaciones socioculturales de distintos grupos y en distintos periodos.

Principales ramas de la antropología:

  1. Antropología biológica o física. Se encarga de entender cómo los seres humanos nos hemos adaptado a diferentes entornos.
  2. Antropología cultural o etnología. Explora cómo la gente de diferentes lugares vive y entiende el mundo.
  3. Antropología lingüística. Las distintas formas de establecer comunicación que existen entre los seres humanos.
  4. Arqueología. Analiza los objetos, materiales, herramientas y construcciones que la gente ha hecho a lo largo de la historia y en distintos lugares.

Arqueología en Israel.

Los rollos de Qumrán o manuscritos de las Escrituras      

Entre 1947 y 1956 se hallaron miles de fragmentos de manuscritos en pergamino y papiro en once cuevas del desierto de Qumrán, hoy Cisjordania, Palestina, cercano al mar Muerto.

Un joven beduino por casualidad los encontró en unas cuevas. El pastor no tenía idea de lo que había encontrado al ir por una cabra extraviada. Los manuscritos se guardaban en forma de rollo y se habían depositado  en el interior de tinajas para preservarlos. En aquellos mismos años se llevaron a cabo excavaciones arqueológicas en Qumrán, un conjunto de ruinas ubicado a 35 kilómetros al este de Jerusalén.

La colección de rollos ha proporcionado mucho material que facilita la reconstrucción de la historia textual del Antiguo Testamento. Entre ellos se encuentran textos de Samuel, Levíticos, Salmos y otros.

Ruinas de Jericó

Jericó es hoy por hoy un oasis verde gracias a sus fuentes de agua potable en el Valle del Jordán, a unos 30 kilómetros al este de Jerusalén, a 7 Km. al oeste del río Jordán, a 10 Km. al norte del mar Muerto. La ciudad de Jericó es la más antigua del mundo y data de unos 10 mil años.

Esta antigua urbe fue derruida y reconstruida hasta 23 veces, según los historiadores, con el paso de grandes figuras como Alejandro Magno, Herodes el Grande o los grandes califas árabes o turcos.

Existe un texto que refiere a esta ciudad en Josué 6:26. “En aquel tiempo hizo Josué un juramento, diciendo: Maldito delante de Jehová el hombre que se levantare y reedificare esta ciudad de Jericó. Sobre su primogénito eche los cimientos de ella, y sobre su hijo menor asiente sus puertas”.

El poder de esta maldición iba a herir con todo ímpetu a Hiel de Bet-el, cuando reconstruyó Jericó, que pertenecía en aquel entonces al reino de Israel.

Tumba del rey David

La Tumba del rey David está situada en el Monte Sión, a las afueras de las Murallas de la Ciudad Vieja de Jerusalén.

David fue rey de los israelitas, quien de joven luchó contra el gigante Goliat, compuso muchos de los Salmos y fue padre de Salomón.

1 Reyes 2:10. “Y Durmió David con sus padres, y fue sepultado en su ciudad”.

La ciudad de David se le decía a la parte que David había conquistado de los jebuseos. En aquel entonces, Sión estaba donde hoy se encuentra la tumba de David, afuera de los muros de la ciudad.

Una mención de las sepulturas de David que nos puede ayudar se encuentra en Nehemías 3: 13-16, donde se describe la construcción de los muros de la ciudad y se enumera como marcas de ubicación las puertas del Valle, del Muladar, del Manantial, como también el estanque de Siloé, el jardín de Rey y las escalinatas que desciende de la Ciudad de David.

Muro de las lamentaciones

El muro o pared era muy común en tiempos bíblicos, y era levantado para proteger las viñas y los campos cultivados para rodear las casas y las ciudades. (Véase  Génesis 49:22, Isaías 5:5, 9, Deuteronomio 3:5).

En el Antiguo Testamento, los muros de Jerusalén tenían torres y puertas. En tiempos de guerra, los arqueros disparaban desde las torres  y desde los muros echaban piedras sobre los atacantes.

El lugar más sagrado para los judíos en la Jerusalén moderna es el Muro de las Lamentaciones. Creen que formaba parte de los cimientos del Templo de Salomón y que encerraba el Lugar Santísimo.

Arquitectónicamente, el Muro de las Lamentaciones se eleva unos 17 a 18 metros por encima de una explanada que mide 27 metros de largo y está ubicada entre el área del templo y la ciudad propiamente dicha.

El 6 de junio de 1967, (en la llamada Guerra de los Seis Días) cuando el ejército israelí recapturaba la antigua Jerusalén, su primera acción fue tomar el Monte del Templo e inmediatamente  después dirigirse hacia esta muralla occidental.

El primer soldado israelí dijo: ¡Puedo ver el muro occidental!, entonces sus compañeros corrieron para tocar y besar las sagradas piedras. Otros al llegar al muro lloraron tal como su pueblo lo había hecho durante tantos siglos. Posteriormente, hicieron una oración en hebreo y tocaron el shofar.

Después llegaron hasta el lugar el general Moshe Dayan, el primer ministro Eshokol y otros miembros del gabinete y se regocijaron en el Muro de las Lamentaciones. Casi dos mil años pasaron para que Israel volviera a tener este muro bajo su dominio. Se cumplió así una de las profecías bíblicas y el mundo fue testigo.

La piedra del sacrificio

Se cree que el altar del holocausto en el templo de Salomón fue levantado sobre la roca de Moriah, lugar donde Dios ordenó y detuvo el sacrificio de Isaac. Hoy en día, éste ocupa el centro de la mezquita árabe, conocida como la Cúpula de la Roca.

De acuerdo con el historiador judío del primer siglo D.C. Josefo Flavio, el templo se encontraba sobre el punto más alto del monte.

El autor de la Biblia

Dios es el autor de las Sagradas Escrituras. Las verdades reveladas por Dios que  contienen las Sagradas Escrituras se consignaron por inspiración del Espíritu Santo.

Dios ha inspirado a los autores humanos en los libros sagrados. Esos hombres usaron todas sus facultades y talentos, pero inspirados por Dios. Los escritores usaron su propio idioma para que toda la humanidad pudiera conocer a Dios.

2 Timoteo 3:16 “Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia”.

La Biblia es útil para enseñar, es decir, para enseñar la voluntad de Dios y creer en Jesucristo hasta que Él venga; para redargüir, para convencer a los hombres de la verdad. Para corregir, es decir, para restaurar las cosas y poner en orden las ideas erróneas y para instruir en justicia, quiere decir para comunicar todo el conocimiento acerca de Dios y educar a la humanidad.

 

Maestros, según la Biblia

Por Olga Miranda

Ahora que en algunos países se festejó el Día del Maestro esta semana, parece pertinente hacer un reconocimiento a quienes se dedican a esta noble labor, sobre todos a los que la Biblia nos enseña que Dios instituyó.

Maestro es un término que se refiere a un experto en un tema o materia. Es una persona que enseña, dedica su profesión a la docencia o brinda enseñanza a través de su ejemplo de alguna forma determinada.

Veamos algunos ejemplos en el Antiguo Testamento.

Éxodo 36:4  “Tanto, que vinieron todos los maestros que hacían toda la obra del santuario, cada uno de la obra que hacía”.

Nos relatan que eran personas que sabían hacer diversos trabajos y eran expertos por eso iban y hacían su obra.

2 Crónicas 2:7   “Envíame, pues, ahora un hombre hábil que sepa trabajar en oro, en plata, en bronce, en hierro, en púrpura, en grana y en azul, y que sepa esculpir con los maestros que están conmigo en Judá y en Jerusalén, los cuales dispuso mi padre”.

Era una persona de gran ingeniosidad, capaz de plantear y dirigir y estar al frente de los otros maestros. 

Eclesiastés 12:11: Las palabras de los sabios son como aguijones; y como clavos hincados son las de los maestros de las congregaciones, dadas por un pastor”.

Las palabras de los sabios son doctrinas de fe, ilustradas por el lenguaje adecuado, son como aguijones; y como clavos hincados son las de los maestros de las congregaciones, los “maestros de conjuntos”, los que hicieron las mejores colecciones de esta clase, el tema de los cuales era de la naturaleza más sublime.

Isaías 30:20  “Bien que os dará el Señor pan de congoja y agua de angustia, con todo, tus maestros nunca más te serán quitados, sino que tus ojos verán a tus maestros”.

En este texto,  podemos leer que por los castigos llegarán a reconocer a Dios. El profeta habla de la conversión del pueblo. Los nombres de “maestro” y “doctor” son colectivos y designan a los profetas que, en los bellos días prometidos a Judá, no serán más ultrajados ni perseguidos ni obligados a esconderse, sino que publicarán con alta voz y abiertamente los divinos oráculos. Evidentemente no será excluido Cristo, El Doctor por excelencia.

Isaías 55:4  «He aquí, que yo lo di por testigo a los pueblos, por jefe y por maestro a las naciones».

En este pasaje menciona un testigo, caudillo y maestro. Son actividades que nos ilustran sobre la múltiple misión del Mesías, véase Apocalipsis 1.

Jesucristo el Maestro divino

“Vosotros me llamáis Maestro, y Señor; y decís bien, porque lo soy.”  Juan 13:13

Similar a “Rabí” y “Mar”, títulos muy comunes entre los doctores hebreos. Este doble título sólo se les concedía a los maestros más reconocidos.

El divino Maestro Jesucristo es el Camino, la Verdad y la Vida. Es el ejemplo de toda virtud. Es la luz del camino y la enseñanza que nos hace conocer al Padre, que nos da la sabiduría de las cosas celestiales, que nos da la ciencia de las cosas de Dios, es la fuente de toda bendición y gracia.

El Maestro divino es el camino: no sólo por haber indicado a las personas la senda que conduce al cielo y une al Padre celestial, sino por haberse hecho carne y morir en la cruz por todos nuestros pecados. Es nuestro modelo a seguir.

Jesús Maestro es la verdad porque nos predicó y nos enseñó la verdad sobre la vida eterna para quienes creemos en Él.

Jesús Maestro es la vida: no sólo por habernos merecido la gracia con su oración y su gran sacrificio; sino porque  restaura y eleva toda las personas cuando se arrepienten de sus pecados. Jesús es la vida en abundancia porque está presente hasta el fin de nuestros días terrenales. En Cristo quedamos constituidos en herederos suyos y tenemos ganado el cielo.

Los maestros en el Nuevo Testamento

El Señor constituyó, entre otros ministerios, el de los maestros, según Efesios 4:11. Él estableció diversas funciones en su Iglesia, la dotó de funcionarios adecuados para capacitarlos para su trabajo, les dio dones convenientes.

Veamos algunos ejemplos de esta importante labor de los maestros.

“Entonces levantándose en el concilio un fariseo llamado Gamaliel, doctor de la ley, venerado de todo el pueblo, mandó que sacasen fuera por un momento a los apóstoles”. Hechos 5:34

Gamaliel, distinguido como rabino, el anciano, presidente del concilio, fue maestro  de Pablo.

2 Timoteo 1:5   “Tu abuela Loida y tu madre Eunice confiaron sinceramente en Dios; y cuando me acuerdo de ti, me siento seguro de que también tú tienes esa misma confianza”.

En Hechos 16:1 se nos informa que Pablo llegó a Derbe y a Listra; y he aquí había allí cierto discípulo llamado Timoteo, hijo de una mujer judía creyente; pero de padre griego.

Al mencionar a la abuela, la madre y el hijo, el apóstol Pablo pasa por alto a su padre, lo que sugiere o que era inconverso o que había fallecido.

Loida, la abuela, parece haberse convertido primero al cristianismo, ella instruyó a su hija Eunice y ambas a Timoteo en la fe cristiana. Tuvieron el papel de maestras.

Santiago 3:1   “Hermanos míos, no os hagáis maestros muchos de vosotros, sabiendo que recibiremos mayor condenación”.

No toméis la actitud de maestros porque muchos desean serlo tienen que aprender más. Había muchos maestros o rabinos entre los judíos que pretendían tener la verdad y arrastraban alumnos tras de sí.

2 Pedro 2:1 “Pero hubo también falsos profetas entre el pueblo, como habrá entre vosotros falsos maestros, que introducirán encubiertamente herejías destructoras, y aun negarán al Señor que los rescató, atrayendo sobre sí mismos destrucción repentina”.

En este texto nos explica que también hay falsos profetas y maestros que traerán doctrinas destructivas y pervertirán  a muchos. Pero que por fin serán destruidos por los juicios de Dios.

Mujeres elegidas por Dios

Por Olga Miranda

Dedico este texto con amor, respeto y admiración a mi madre, Irma Mendiola Vera, y a mi entrañable hermana y amiga Leticia Montes San Agustín

En el Antiguo Testamento y en el Nuevo Testamento hay muchas madres santas que se dedicaron al servicio de Dios.

“Madre” es un apelativo que aparece en la Biblia, no sólo en su sentido propio y estricto, sino también en el sentido amplio y metafórico.

La primera madre fue Eva. Primera mujer, esposa de Adán, quien la llamó: “Madre de todos los vivientes”, (Génesis 3:20). Fue madre de Caín y Abel (Génesis 4:1-2).

Sara, mujer de Abraham (Génesis 17:15-16) y madre del hijo de la promesa, Isaac. Sara, aunque ya estaba entrada en años, abandonó todo para vivir el resto de su vida en tiendas de campaña. Ella permaneció siempre al lado de su esposo, Abraham, apoyándolo. Sara creyó a Dios, y con 90 años, vio realizado su sueño de tener un hijo. Dios llenó su corazón de alegría.

De Rebeca, dice la Escritura que era muy hermosa y con una gran sencillez. (Génesis 24:18). Fue matriarca bíblica y esposa de Isaac, de quien dio a luz a los gemelos Esaú y Jacob. (Génesis 25: 20-26).

Raquel, hija menor de Labán. Hermana de Lea que también fue esposa de Jacob y prima hermana de Jacob, de quien llegó a ser la esposa preferida. (Génesis 29:10, 11). Fue madre de José y Benjamín (Génesis 35:24).

Rut, mujer moabita, pero se ganó un lugar entre el pueblo de Dios por su dedicación a Dios (Rut 1:6). Rut era trabajadora y respetuosa. Conquistó el corazón de Booz y engendró a Obed, padre de Isai, y por tanto, es bisabuelo de David. (Rut 4:22).

Ana, esposa de Elcana y madre del juez y profeta Samuel. Pidió a Dios un hijo (1 Samuel 1:20). Dios se lo concedió y cuando el niño tenía muy pocos años, ella lo dedicó al servicio del Señor (1 de Samuel 2: 1- 10.)

Betsabé fue esposa de Urías, soldado heteo del ejército del rey David. Éste, atraído por su hermosura, la sedujo; (2 Samuel 11), luego hizo que Urías muriera en batalla y la tomó por esposa. En la vejez de David, Betsabé se alió con Natán para conseguir la elevación de su hijo Salomón al trono. 1 Reyes 1: 5-40).

Hemos visto algunos ejemplo de grandes mujeres que Dios eligió y fueron madres con un propósito divino.

«Mujer virtuosa, ¿quién la hallará? Porque su estima sobrepasa largamente a la de las piedras preciosas». Proverbios 31:10

En el Nuevo Testamento hubo una mujer bienaventurada, que se llamó María.

María, nombre que ha sido interpretado de diversas maneras, según la raíz semítica de la cual se deriva. Las varias posibilidades son: “rolliza”, “niña deseada”, “la que ama o es amada de Dios”, y la “amada”.

Madre de Jesús, según las narraciones de la infancia de Jesús en los libros de Mateo y Lucas.

María. una doncella joven de Nazaret y desposada con José, recibe el anunció angelical del nacimiento virginal de Jesús.

En Lucas 1:26-38, es donde se le anuncia a María que Dios le ha conferido una gracia y bendición al escogerla como madre del Mesías.

¡Feliz Día de las Madres a todas nuestras queridas hermanas en la fe!

Por Olga Miranda

2 Corintios 9:8: “Y Dios es poderoso como para que abunde en ustedes toda gracia, para que siempre y en toda circunstancia tengan todo lo necesario, y abunde en ustedes toda buena obra”.

¿Qué es una recesión económica?

Una recesión es un decrecimiento de la actividad económica durante un tiempo. Las recesiones se caracterizan por el empeoramiento de la economía durante al menos dos trimestres consecutivos. Suelen conllevar una disminución del consumo, de la inversión y de la producción de bienes y servicios. Lo cual provoca, a su vez, que se despidan trabajadores y, por tanto, aumente el desempleo.

Una de las principales causas de la recesión suele ser la superproducción acontecida los años anteriores cuando hay crecimiento económico y el aumento de los precios. El aumento de precios se da, principalmente, en las materias primas, los índices bursátiles y las viviendas.

En los últimos tres meses hemos escuchado o leído acerca de la desaceleración mundial en el crecimiento.

La tasa de crecimiento mundial ha ido cayendo desde un 4.5% en el periodo 2000-2007, que terminó en una Gran Recesión en 2008 de la que todavía hoy no se ha recuperado.

El World Economic Outlook (WEO) del Fondo Monetario Internacional de 2019, redactado por Gita Gopinath, directora del departamento de estudios económicos del FMI y profesora de la Universidad de Harvard, predice una caída del crecimiento en los próximos años que afectará al 70% de la economía mundial.

Países en alerta de recesión

Hong Kong, luego de muchas de protestas ciudadanas que han azotado la economía de la ciudad, ha entrado en una “recesión técnica”, con industrias como el turismo y el comercio minorista especialmente afectadas por la agitación en curso.

El Reino Unido, con su actual incertidumbre sobre dejar la Unión Europea (y todavía no se vislumbra un final), ha visto cómo su economía se contrae recientemente por primera vez desde 2012, y un Brexit sin acuerdo podría llevarlo a una recesión.

Alemania, la economía más grande de la Unión Europea, está preparada para caer en una recesión gracias a una disminución continua en su sector manufacturero, así como a las ventas mundiales de automóviles mediocres.

Italia, la cuarta economía más grande de la Unión Europea, estuvo en una recesión técnica durante la segunda mitad de 2018 y se ha enfrentado a continuos problemas económicos debido a la débil productividad, el alto desempleo, la enorme deuda y la agitación política.

La economía de China también continuó desacelerándose en medio de la guerra comercial, aunque aún no se acerca a una recesión: el FMI (Fondo Monetario Internacional) pronosticó un crecimiento de solo 5.8% para la segunda economía más grande del mundo en 2020, por debajo del 6.6% en 2018 y el 6.1% previsto en 2019.

 Otras economías altamente estresadas en todo el mundo incluyen Turquía, Argentina, Irán, México y Brasil, entre otros.

El caso México

México está en la antesala de una recesión económica, debido a la fragilidad de las finanzas públicas ante el impacto que pudiera representar internamente el Covid-19.

César Salazar, investigador del Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM, comentó que «la recesión es inminente. Necesitamos conocer los datos completos del primer trimestre de este año, pero el antecedente es un estancamiento. Para los primeros meses de 2020 no se ven indicios de que la caída se haya revertido”.

El Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF) redujo su pronóstico de crecimiento para México en 2020, al pasar de 0.9 a 0.6%, ante la debilidad de las finanzas públicas y el impacto que pudiera tener en ellas el Covid-19, y alertó que la economía nacional podría caer hasta un 3.5% en los próximos meses.

Que dice la Biblia de nuestras finanzas

La Biblia enseña que debemos confiar en Dios pese a todas las adversidades que podamos enfrentar mientras estemos aquí en esta vida terrenal.

Dios sabe todo lo que está pasando en nuestro mundo. También sabe lo que ha de venir. Él lo ha orquestado todo para que se cumplan sus propósitos eternos, redentores y para glorificarse a Sí mismo.

Dios se preocupa de cómo las circunstancias adversas afectan las vidas de sus hijos.

Las crisis pueden brindar oportunidades para que el pueblo de Dios  florezca espiritualmente y guíe a otros hacia Cristo, quien es nuestra única Roca y esperanza—no sólo en el tiempo presente, sino por toda la eternidad.

En el libro de Jeremías 17:7-8 dice:

“Pero bendito el hombre que confía en mí, que soy el Señor, y que en mí pone su confianza. Ese hombre es como un árbol plantado junto a los arroyos; echa sus raíces junto a las corrientes, y no se da cuenta cuando llega el calor; sus hojas siempre están verdes, y en los años de sequía no se marchita ni deja de dar fruto”.

Confiemos en Dios hoy, mientras los países más poderosos económicamente están preocupados por sus pérdidas millonarias en las bolsas de valores.

1a Timoteo 6:10

“Porque raíz de todos los males es el amor al dinero, el cual codiciando algunos, se extraviaron de la fe, y fueron traspasados de muchos dolores”.

Nosotros debemos confiar plenamente en Dios porque nunca nos ha dejado sin alimentos, sin vestido, sin casa, etc.

Filipenses 4:19

«Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús».

Regocíjate en el Señor. No dejes que el enemigo te robe la alegría a pesar de lo que está pasando en el mundo o de tu situación financiera personal.

Si lo tenemos a Él, somos ricos, tenemos todo lo que necesitamos, y tenemos razones para alegrarnos.

Habacuc 3:17-18

“Aunque la higuera no florezca, Ni en las vides haya frutos, Aunque falte el producto del olivo, Y los labrados no den mantenimiento, Y las ovejas sean quitadas de la majada, Y no haya vacas en los corrales; Con todo, yo me alegraré en Jehová, Y me gozaré en el Dios de mi salvación”.

 Fuentes: 

https://www.forbes.com.mx/estos-son-los-paises-al-borde-de-la-recesion-hacia-2020/https://www.forbes.com.mx/estos-son-los-paises-al-borde-de-la-recesion-hacia-2020/

https://economipedia.com/definiciones/recesion-economica.html

https://www.24-horas.mx/2020/03/18/mexico-va-paso-a-paso-hacia-una-recesion-advierten-los-expertos/

https://es.kcm.org/ayuda-practica/finanzas/aplica/18-versiculos-biblicos-que-pueden-cambiar-tus-finanzas/

https://www.avivanuestroscorazones.com/articles/esperanza-en-tiempos-inciertos/

Olga Miranda

¿Por qué hay tantas enfermedades infecciosas en este siglo?

Primero, el señor Jesús advirtió que las pestes vendrían como una de las señales previas a su regreso a la Tierra. En el libro de Mateo 24: 6-8 dice:Y oiréis de guerras y rumores de guerras; mirad que no os turbéis, porque es necesario que todo esto acontezca; pero aún no es el fin. Porque se levantará nación contra nación, y reino contra reino; y habrá pestes, y hambres, y terremotos en diferentes lugares. Y todo esto será principio de dolores”.

Jesús advirtió que todo esto pasaría antes de que É venga por su Iglesia. Todo se tiene que cumplir. Para quienes hemos creído en Cristo, nuestra esperanza es esperar en Él. Si morimos por causa de alguna enfermedad, como ésta, porque estamos expuestos a cualquier tipo de enfermedad, que sea con la fe puesta en el Señor Jesús.

Segundo, desde el principio de la humanidad, la dureza del corazón del ser humano siempre ha sido una constante. El Padre Eterno es permanentemente compasivo con la humanidad. Porque aunque siguen siendo incrédulos, pecadores, egoístas y malos, Él siempre nos da una oportunidad.

Hoy en el siglo XXI, la gente ha vuelto la espalda a Dios, la falta de fe, respeto, amor, valores es parte del comportamiento del ser humano. No hay temor de Dios en las personas. A lo malo le llaman bueno, actúan con maldad. Pocas personas leen la Biblia, y cuando suceden fenómenos como el que ahora estamos viviendo, como es el coronavirus en China y su propagación, los científicos buscan respuestas, vacunas, la gente se asusta y no saben qué hacer ante una posible epidemia.

El miedo y el pánico son parte del comportamiento humano ante el bombardeo de noticias sobre las enfermedades. Pero debemos confiar y esperar en el Señor Jesucristo como dice el libro de los Hebreos 12:2Puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios”.

Las señales del regreso de Cristo se están cumpliendo. Ya lo estamos viendo, hay más enfermedades causadas por microorganismos, virus, bacterias, y la ciencia médica nada puede hacer. La respuesta está en Dios, que creó el universo y al ser humano.

Brotes virales

A lo largo de los últimos 30 años, el número de brotes virales se ha incrementado y las enfermedades infecciosas de rápida propagación -como el actual coronavirus en China- se están volviendo cada vez más comunes. Pero, ¿por qué?

Es un hecho evidente que hay muchas más personas en este planeta que nunca antes -la población global es de 7.700 millones y continúa en ascenso- y también estamos viviendo cada vez más cerca los unos de los otros.

El coronavirus, que surgió en Wuhan, China, parece ser transmitido entre los humanos por las gotitas despedidas cuando las personas tosen o estornudan. El virus puede sobrevivir por corto tiempo fuera del cuerpo, así que el emisor y el receptor deben estar relativamente cerca para que se produzca el contagio.

Desde que la creación del mundo siempre han existido los microorganismos; de hecho, son tan vastos como el universo. La labor y el esfuerzo combinados de muchos científicos, a lo largo de unos 200 años de historia, dio como resultado el surgimiento de la microbiología, la ciencia que estudia estos pequeños seres de la naturaleza.

El contagio de las enfermedades

La epidemiología es la rama de la medicina que estudia la propagación de las enfermedades y se inició mucho antes de que se aplicara el término «enfermedad contagiosa» por los aún desconocidos agentes causantes de las infecciones.

En la antigüedad, los hebreos consideraban a las enfermedades infecciosas como un castigo proveniente de Dios. El Antiguo Testamento ordenaba separar a personas con ciertas enfermedades contagiosas. Ordenaba que las personas con lepra debían ser aisladas y los artículos y materiales que se utilizaban durante su enfermedad eran enterrados o quemados.

¿Y qué debemos hacer? La oración es fundamental para pedir la sanidad de los enfermos, reconociendo que todo depende de la voluntad de Dios. Debemos confiar y esperar en el Señor Jesucristo y en su misericordia. Y no está de más seguir las indicaciones de las autoridades de Salud. Si lo hacemos sin pánico, sin miedo, con fe en las promesas de nuestro Señor Jesucristo, podremos salir adelante.

Entre las medidas preventivas que recomienda el sector salud son:

Lavado frecuente de manos.

Uso de gel antibacterial y/o con base de alcohol.

Estornudo de etiqueta, es decir, en el ángulo interno del brazo.

No tocar la cara, la nariz, la boca y los ojos con las manos sucias.

Limpiar y desinfectar superficies de uso común en casa y oficina.

Quedarse en casa cuando se tienen padecimientos respiratorios.

Si se tiene alguno de los siguientes síntomas: fiebre alta, dolor de cabeza y/o garganta,  tos y escurrimiento nasal, se debe acudir al médico.

Por Olga Miranda

¿Dónde está Dios cuando enfermamos? ¿Dónde está Dios cuando estamos en crisis económica? ¿Dónde está Dios cuando nuestra familia nos abandona en momentos difíciles? ¿Por qué tenemos que pasar por pruebas? ¿Qué podemos hacer si atravesamos una crisis? ¿Por qué debemos ser moldeados por Dios?

Cuando gozamos de buena salud todo marcha bien en nuestra vida. Vamos a donde queremos. Disfrutamos de nuestro trabajo, de nuestra familia. Hacemos nuestras actividades cotidianas. Y a veces nos olvidamos de Dios. No vamos al templo a dar gracias por todo lo recibido.

Pero seamos como seamos en nuestra condición humana, Dios nos ama. Nunca hace acepción de personas. Es permanente y sólo espera que le entreguemos nuestro corazón y le alabemos y sirvamos.

Hace seis meses sufrí una caída y tuve una fractura de tobillo que me llevó al hospital. En muchos años de mi vida jamás había estado hospitalizada. Al principio tuve miedo, angustia y desolación. El dolor era intenso. Sabía que era algo delicado. Desde mi ingreso lo único que pude llevarme fue una pequeña Biblia que tengo. Cada día que pasé ahí, leía los libros de los Salmos y el evangelio de San Mateo, clamaba a Dios por mi salud y por los médicos que me iba a tratar.

Es ahí cuando nos damos cuenta de lo frágiles que somos y que en cualquier momento podemos perecer. Durante esos días aprendí muchas lecciones. En medio de tanto dolor físico aprendí a confiar en Dios a pesar de las circunstancias que viví. En mi mente y en mi corazón quedó grabado un texto de libro de Jeremías 31:3: “Jehová se manifestó a mí hace ya mucho tiempo, diciendo: Con amor eterno te he amado; por tanto, te prolongué mi misericordia”.

Pasaron varios días, éramos muchos los enfermos y no tenía médico asignado. En México hay un déficit en infraestructura hospitalaria en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), y en el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE). La capacidad hospitalaria instalada es insuficiente para tantos enfermos. Los médicos trabajan a marchas forzadas y con escasos recursos materiales.  Me revisaron dos médicos de ortopedia, pero ninguno de los dos me atendió debido a que había más enfermos fracturados que habían llegado antes.

Cada día que pasaba clamaba a Dios porque tuve que esperar mi turno para que me atendieran. En esos días, también aprendí que mis padres son los seres más valiosos que Dios me dio, porque pensaba mucho en ellos, y lo que sufrieron al verme enferma. Sólo rogaba a Dios que tuviera misericordia de mí y que perdonar mis pecados, porque aunque seamos cristianos cometemos errores, siempre hay que ponerse a cuentas con Dios en todo tiempo.

Hasta que Dios me hizo sentir en mi corazón que no estaba sola, que Dios me había amado y me ama con amor eterno, que ahí en el hospital sin saber cuál iba ser mi futuro, Dios estuvo conmigo y con todos los enfermos que estábamos en aquel momento.

Después leí ese pasaje bíblico del libro de Marcos 2, cuando Jesús sanó un paralítico.

9 ¿Qué es más fácil, decir al paralítico: Tus pecados te son perdonados, o decirle: Levántate, toma tu lecho y anda?

10 Pues para que sepáis que el Hijo del Hombre tiene potestad en la tierra para perdonar pecados (dijo al paralítico):

11 A ti te digo: Levántate, toma tu lecho, y vete a tu casa.

Durante este desierto por el que atravesé, aprendí a creer con todo mi corazón en las promesas que tiene Dios para quienes hemos creído en el Señor Jesucristo como Salvador nuestro.

Era necesario, Dios nos moldea como dice el libro de Isaías 64:8

8 Ahora pues, Jehová, tú eres nuestro padre; nosotros barro, y tú el que nos formaste; así que obra de tus manos somos todos nosotros.

Si queremos ser hijos de Dios también debemos aceptar su corrección, nos ayuda a ser la clase de personas que quiere que seamos. A veces no lo entendemos y humanamente actuamos mal o hacemos muchas preguntas. Pero Dios en su infinita misericordia nos llama a ser servidores de Él, a dar testimonio en pleno siglo XXI que Él es eterno.  Que nunca nos deja a quienes hemos creído en el Señor Jesús que sigue sanando a todos los enfermos.

Después de unos días, llegó el médico de ortopedia que me intervino quirúrgicamente, pasé momentos difíciles, pero también comprendí que el mejor médico del mundo es Dios, que pone medios idóneos para que los enfermos sanemos.

También estoy convencida que Dios escuchó todas las oraciones que hicieron los pastores de mi congregación del Templo Evangélico “Bethel”, así como de cada hermano, hermana y mi familia que fraternalmente me ayudaron en mis momentos de angustia y dolor.

Durante mi recuperación, el Padre de misericordia, el Dios poderoso tocó el corazón de muchas hermanas de mi iglesia para ayudarnos a mis padres y a mí. Nos apoyaron con comida, con sus visitas a mi casa, con sus oraciones.

Pasé por muchos procesos en los que aprendí a cuidar mi cuerpo, luego fui a rehabilitación y siempre encomendé mi enfermedad a Dios, quería volver a caminar. Después de cinco meses, así como el Señor Jesús levantó a los paralíticos, me levantó a mí y volví a caminar. Dios había restaurado por completo mi tobillo. Sentí una enorme alegría y con lágrimas agradecí a Dios todo su amor y el que me haya dado la oportunidad de estar de pie, y de volver a caminar.

La gran lección que me dejó este accidente fue enorme y comprendí que mis pies deben estar, como dice el apóstol Pablo en el libro de Efesios 6:15

y calzados los pies con el apresto del evangelio de la paz.

Con mucho agradecimiento en mi corazón, escribo este testimonio para honrar y glorificar el nombre de Dios.  También para que sirva de esperanza, de fe y perseverancia para los hermanos en Cristo y para aquellos que han de creer en Jesucristo.

Filipenses 2:9-11

10 para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra;

11 y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre.

Agradezco también el apoyo brindado a los médicos y enfermeras, así como a mis primos, tías y amigos que incondicionalmente estuvieron conmigo. Dios les bendiga.

El adolescente de voluntad firme

Magnolia

Hola mis amados:

Esta etapa de la vida de los jóvenes es muy importante, por tal razón debemos preparar al niño para cuando llegue a estos años, como padres debemos tener una buena relación con nuestros hijos y asi brindarles la confianza que necesitan, convertirnos en amigos, confidentes y sobre todo brindarles mucho amor, apoyo y ayuda en los momentos críticos.

 EL ADOLESCENTE DE VOLUNTAD FIRME
Alva Vargas de Contreras

¿Qué es la adolescencia? Creo firmemente que es un tiempo especial y de cambios tanto para el muchacho (a) como para la familia. Es un tiempo de transición, de cambios físicos y emocionales, de emoción, de dolor, de rechazo, de aspiraciones, de ilusiones, de decisiones. Ante tal situación, ¿cómo enfrentarse con el adolescente de voluntad firme?

El adolescente necesita desesperadamente que se le respete
TRÁTELO CON RESPETO. Debido a los cambios rápidos que experimenta el adolescente, a la inseguridad personal y los sentimientos de inferioridad, a las burlas de sus compañeros, etc., su autoestima se ve atacada en nuestra cultura, además en esta etapa de su vida los adolescentes son quebrantados y desilusionados, y por lo tanto necesita desesperadamente un amigo que lo trate con verdadero respeto.

Es necesario ganar su confianza y respeto y al final ellos desearán conocer al Dios en quien creemos.

Exprese en palabras los conflictos y restablezca los límites de conducta
Frente a situaciones donde es necesario explicar al adolescente por qué hacer o no hacer esto o lo otro, a éste se le hace imposible razonar, en cambio reacciona a las fuerzas emocionales, sociales y químicas que las causan. En estos casos es posible que el muchacho esté confundido por el resentimiento y la hostilidad que tanto se han convertido en parte de su personalidad, y es allí donde ellos necesitan el amoroso respaldo de los padres que puedan explicarle la normalidad de esa excitación que experimenta y ayudarle a desahogar la tensión acumulada.

Vincule el comportamiento de sus hijos con consecuencias deseables o indeseables
Como padres no podemos enfrascarnos en batallas verbales con los hijos. No discutir con ellos. No someterlos a continuas amenazas, acusaciones y expresiones insultantes. Castigarle físicamente, es imprudente. Se puede usar las circunstancias como no permitirles usar el carro, no ir a la playa, o impedir ciertos privilegios como el uso del teléfono, la radio o la TV por algún tiempo. Se puede también apelar a la razón, a la cooperación y a la lealtad familiar. Vincular el comportamiento de los hijos con consecuencias deseables o indeseables.

Prepare al niño para la adolescencia
Criemos niños seguros de sí mismos. Es necesario prepararlos adecuadamente para las presiones sociales, y los cambios físicos que los esperan cuando arriben a la pubertad, dedicándoles bastante tiempo para conversar sobre las experiencias y acontecimientos que se aproximan. Es necesario documentarse y prepararse para dar la mejor ayuda posible al niño.

Aguante a sus hijos con mano abierta
Existe un error común que cometen los padres de adolescentes mayores (17 y 19 años), negarse a garantizarles la independencia y la madurez que requieren, de tal manera que los obligamos a hacer una de dos cosas que son destructoras: pasivamente aceptan nuestra sobreprotección y permanecen como niños dependientes cuando son adultos, o se rebelan llenos de ira y rechazan nuestro control e intervención. Es necesario que los padres den libertad a sus hijos, que les permitan cometer errores y aprender de sus propios fracasos cuando todavía son bastante jóvenes. Un adolescente no puede entrar a la edad adulta hasta que nosotros le dejamos libre de nuestro cuidado protector.

Necesitamos enseñarles que Jesús es todo lo que buscan
Tenemos que introducirlos al Cristo de la Biblia y no nuestra propia versión de Él. Mostrarles cómo Dios de forma sobrenatural trabaja en sus vidas por medio de Su Espíritu, cómo se comunica con ellos, cómo los protege, cómo los sana, cómo estar en comunión con Él.

Mover a Jesús de las tradiciones muertas en la vida de los adolescentes a un lugar excitante en sus vidas.

Publicado en Cristianos Poéticos

Creciendo cada día

Imposible atravesar la vida…
Sin que un trabajo salga mal hecho,
Sin que una amistad cause decepción,
Sin padecer algún quebranto de salud,
Sin que nadie de la familia fallezca,
Sin que un amor nos abandone…
Sin equivocarse en un negocio.

Ese es el costo de vivir.

Sin embargo… Lo importante no es lo que suceda, sino cómo reaccionamos ante la situación.

Si te pones a coleccionar heridas eternamente sangrantes, vivirás como un pájaro herido incapaz de volver a volar.

Uno crece cuando no hay vacío de esperanza, ni debilitamiento de voluntad, ni pérdida de fe.

Uno crece al aceptar la realidad y al tener el aplomo de vivirla.
Crece cuando acepta su destino, y tiene voluntad de trabajar para cambiarlo.
Uno crece asimilando y aprendiendo de lo que deja detrás…
Construyendo y proyectando lo que tiene por delante.
Crece cuando se supera, se valora, y da frutos.
Cuando abre camino dejando huellas, Asimilando experiencias…
¡Y siembra raíces!

Uno crece cuando se impone metas,
Sin importarle comentarios negativos, ni prejuicios,
Cuando da ejemplos sin importarle burlas, ni desdenes…
Cuando se es fuerte por carácter, sostenido por formación,
Sensible por temperamento…
¡Y humano por nacimiento!

Cuando enfrenta el invierno aunque pierda las hojas, recoge flores aunque tengan espinas y marca camino aunque se levante el polvo.

Uno crece ayudando a sus semejantes, conociéndose a sí mismo y dándole a la vida más de lo que recibe…

Uno crece cuando se planta para no retroceder…
Cuando se defiende como águila para no dejar de volar…
Cuando se clava como ancla en el mar y se ilumina como estrella.
Entonces… Uno Crece

El sabio oirá y crecerá en conocimiento, y el inteligente adquirirá habilidad.
Proverbios 1:5.

Entonces los humildes crecerán en alegría en el Señor, y aún los más pobres de los hombres se gozarán en el Santo de Israel.
Isaiás 29:19.

Así como crecen las plantas en medio de aguaceros, fuertes vientos, plagas y un sin fin de cosas, podemos obtener después las frutas o vegetales que consumimos o poder fabricar un mueble de un roble de muchos años, en nuestra vida también debe haber momentos críticos, duros y con fe y la ayuda del Señor podemos salir adelante, así que no dejemos de crecer.

Los amo y bendigo en Jesucristo.
Magnolia

Publicado en Cristianos Poéticos

Aquilino Ortega Luna

A lo largo de estos años has recorrido muchos caminos sin salida, has vivido tus tormentas y muchas veces pensaste abandonarlo todo y darle la espalda a Dios.

Más el amor del Señor estuvo allí fiel, en todos y cada uno de tus días de lágrimas y de preguntas sin respuestas. Lo peor ya pasó.

Cada momento que abrigaste la decisión de rendirte, Dios usó situaciones inexplicables, una persona, una señal en el cielo o una simple canción que te llenaba de esperanza y renovaba tu confianza, para recordarte que nunca deja de amarte.

Si antes el Señor no te abandonó a tu suerte mucho menos ahora cuando estás a punto de alcanzar la otra orilla y de llegar a puerto seguro.

Dios es fiel en todo momento. En su infinito y gran amor Él ha permanecido fiel desde el principio del tiempo. La fidelidad de Dios es eterna y perfecta.

El amor de Dios hacia ti está por sobre los cielos y su fidelidad por encima de las nubes.

Más allá de lo que alcanza tu mirada, más infinita que el universo es la fidelidad que tu Dios tiene por ti.

Con amor eterno te amó el Señor y para siempre te extendió su misericordia.

Lo que viene para tu vida a partir de hoy te hará comprender que el amor de Dios va más allá de tus errores y fracasos y que a pesar de lo que hayas hecho en el pasado, todavía hay lugar para ti al abrigo del Altísimo y bajo la sombra del Omnipotente.

“Mantengamos firme; sin fluctuar, la profesión de nuestra esperanza, porque fiel es el que prometió”. (Hebreos 10:23).

Tal vez el 2016 no fue el mejor año de tu vida, pero si fue el mejor tiempo para conocer a Jehová tal y como él es, para alabarlo con el corazón aún en medio de la prueba.

El Señor te llamó en el momento justo, te sostuvo y decidió protegerte y convertirte en una luz para las naciones.

Dios te ama y muestra su fidelidad no en la ausencia de problemas, sino aún en la presencia y compañía de ellos.

El Señor es quien abre camino en medio del mar y una senda entre aguas impetuosas.

Lo que Dios hace acaso alguien podrá impedirlo. Atrévete a soñar y a creer que las ventanas de los cielos se abren para ti hoy, por mandato divino. Lo peor de la tormenta ya pasó.

Hoy el Señor te regala un arco iris para recordarte que el sigue siendo fiel.

Tomado de Facebook

Alguien me enseñó…

A ser una mujer consciente del privilegio de la vida.
A responder con ello a los talentos que Dios me ha dado.
A ser feliz, siendo yo misma conforme a mi vocación y a mis sueños.
A tener el coraje de ser libre para elegir mis caminos, venciendo mis temores y asumiendo las consecuencias de mis actos.
A tener alegría para construir mi felicidad.
A tener éxitos, pero también fracasos, que me recuerden mi condición humana, la grandeza de Dios y el peligro de la soberbia.
A sentirme completa, a amarme y a reconocer que soy única, irrepetible e irremplazable, y que valgo por  lo que soy, no por lo que tengo.
A querer el presente, elegir el futuro y trabajar para conseguirlo.
A recordar el pasado, pero no vivir en el ayer; a soñar en el futuro sin despreciar el presente.
A perdonarme mis errores, mis culpas y mis caídas.
A tener el suficiente valor para pedir perdón y a perdonar a otros, olvidándome de los rencores.
A renacer cada día.
A sentir que Dios vive en mí y agradecerle su infinito amor, Su entrega incondicional y su presencia.
A dejar de sobrevivir y atreverme a vivir.
A ser mujer completa, no sustituto, menos objeto, a saber querer, saber decir sí pero también no.
A hacer de cada día, un día especial para los demás y para mí.
A entender que, como ella, se puede ser buena hija, hermana, esposa, guía y amiga.

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El hecho de que cada día conocemos más es bueno tenerlo en claro cada día, porque si somos accesible a que nos enseñen podemos crecer, ser más sabias y poder compartir ese conocimiento con quien no lo posee, así que dispongamos el corazón en todo momento a atesorar esa riqueza y podemos aportar mucho a la sociedad.

Los amo y bendigo en Jesucristo.

MAGNOLIA

Publicado en Cristianos Poéticos