Los mejores años de la vida
Olga Mendiola
A mi abuela Juana Pérez
Ella se llama Juanita. A sus casi 80 años vive recordando los momentos más bellos de su vida. Algunos fueron felices, otros tristes y unos pocos muy crueles, pero siempre convencida de que los retos más difíciles de la vida suceden por una causa y que la mayoría tienen solución. Siempre recuerda al que fue su esposo por más de 50 años y a sus cinco hijos, quienes ahora, con el paso de los años, también se han convertido en abuelos.
Dice que la soledad es ahora su compañera, pues pasa la mayor parte del tiempo en su casa sin salir a la calle y esperando a que alguno de sus hijos o nietos regresen, porque la mayoría trabajan o estudian.
Con el paso de los años, las enfermedades han llegado a su vida, algunas para acompañarla permanentemente. Cada día la aquejan diversos dolores y piensa que vivir tantos años representa es un privilegio, porque ha sido testigo de muchas transformaciones en comunidad y en su país.
Su pueblo es tradicional y apacible como suele ser la provincia mexicana. Todos los días, desde muy temprano, se oyen las campanadas de la parroquia principal, invitando a levantarse a todo el pueblo para iniciar sus actividades.
Cada mañana se levanta y observa la puesta de sol. Ahí sentada, en el patio de su casa, agradece a Dios la bendición de la vida y con la mirada puesta en lontananza comenta que espera la muerte con paciencia, sin miedo y convencida de que Dios nunca muere y Él es su esperanza.
Como ella, millones de personas han dejado atrás la juventud y luego la adultez, y han dejado en la construcción de este país los mejores años de su vida. Aunque no todos los adultos en plenitud, de la tercera edad o viejitos, como antes se les decía sin eufemismos, son tan afortunados como Juanita, porque algunos de ellos son olvidados por su gente, excluidos, enfermos, solos, desatendidos y hasta maltratados.
Una población que envejece
Hace 40 años México era un país de jóvenes. Ahora estamos en camino de ser una nación de la tercera edad. Según el Consejo Nacional de Población, en 2010 habrá 9.9 millones de adultos mayores, 15 millones en 2020 y poco más de 22 millones en 2030; de modo que este grupo de la población incrementará su presencia a 8.9%, 12.5% y 17.5% respectivamente del total de la población.
Dentro de este grupo, los mayores de 70 años suman ya 3.5 millones y se prevé que alcanzarán 4.4 millones en 2010, 6.5 millones en 2020 y 10.2 millones en 2030.
Se prevé que para 2030 México tendrá una edad media de 37 años y de poco menos de 43 en 2050. Por su parte, la esperanza de vida seguirá en aumento, al pasar de 75.2 años en 2004 a 76.6 en 2010, 78.5 años en 2020 y 79.8 en 2030. Se estima que a partir del año 2034 la proporción se invertirá, de manera que en la sociedad habrá más personas de la tercera edad que menores de quince años.
Enfermedades crónicas
La medicina moderna atraviesa “la época más trascendente de su historia”, ya que tiene el reto de atender las nuevas enfermedades crónicas de una población mundial cada vez más vieja, ante lo cual no tiene experiencia, aseguró Julio Sotelo Morales, titular de la Comisión Coordinadora de los Institutos Nacionales de Salud y Hospitales de Alta Especialidad.
El especialista aseguró que, por primera vez en la historia de la humanidad, comienza a haber más población vieja que jóvenes, por lo que la ciencia médica enfrentará algunos problemas.
En ese sentido, David Kershenobich Stalnikowitz, investigador del Departamento de Medicina Experimental de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México, refirió que actualmente en el país una de cada 20 personas tiene más de 65 años, pero en 2050 la cifra se incrementará, pues uno de cada cuatro habitantes rebasará esa edad.
Sotelo Morales subrayó que en el contexto actual, y entre más avanzan los desarrollos científicos en la materia, la medicina enfrenta retos que no sólo atañen a los médicos, sino a toda la sociedad y a otras disciplinas del conocimiento.
Por ello, resaltó que serán las universidades las responsables de propiciar la articulación entre todas las áreas y disciplinas del conocimiento, a fin de brindar beneficios a la sociedad y promover la definición de “una nueva agenda” en la que se analicen inclusive los ámbitos de la investigación biomédica.
Causas de muerte
Las principales causas de muerte de los adultos mayores son, para el caso de los varones, las cardiovasculares (28.6%), las de tipo crónico degenerativas (15.5%) y la diabetes mellitus (11.6%). Entre las mujeres, las enfermedades cardiovasculares ocupan el primer lugar (28.6%), seguidas de las crónico-degenerativas (16.5%) y la diabetes mellitus (15.7%).
Uno de los aspectos relevantes de las condiciones de vida de este sector de la población, es el relacionado con la salud. Entre la población de adultos mayores, aproximadamente 11% de la población de 60 años o más sufre alguna discapacidad, principalmente de tipo motriz (55.1 %), visual (30.5 %) o auditiva (21.0 %). En este sentido, un adulto mayor en buenas condiciones de salud a los 60 años pasará 13% del resto de su vida con alguna discapacidad, en tanto que uno de 70 años lo hará 18%.
Trabajo y familia
La participación económica de los adultos mayores se mantiene en niveles relativamente bajos. Más de una tercera parte (36.2%) se mantienen activos económicamente. Es notorio el diferencial que se da entre hombres y mujeres, ya que ellos tienen tasas de actividad de 58.1%, mientras que las mujeres sólo alcanzan 17.7%.
En el ámbito familiar, las personas con sesenta o más años residen predominantemente en hogares de tipo familiar. Sin embargo, es la etapa del ciclo de vida en que se pueden apreciar el mayor número de hogares no familiares, principalmente de personas que viven solas. Cerca de una de cada diez personas de 60 años o más reside sola, mientras que en el resto de las etapas del ciclo de vida el máximo valor que se alcanza es de 3.3% (45-59 años).
Lo anterior está estrechamente relacionado con la incidencia de la viudez entre los adultos mayores, la cual se aproxima a 29%, y con la salida de los hijos del hogar. Esto resulta de gran relevancia si se considera que uno de los aspectos más relacionados con el bienestar en las edades avanzadas es la calidad de la integración de los adultos mayores a distintos grupos de pertenencia, como lo son las personas con que se comparte la residencia. Dicho grupo es, en la mayoría de los casos, la fuente principal de intercambios afectivos y de apoyo material y económico.
De los 22.3 millones de hogares en el país, 4.2 millones (18.7%) están encabezados por una persona de 60 años o más. Durante la tercera edad se alcanzan las mayores tasas de jefatura femenina, con valores próximos a 33%, comparado con la media nacional de 25%. El tamaño promedio de los hogares liderados por adultos mayores es de 3.6 miembros (4.0 integrantes en el caso de la jefatura masculina y 3.0 en los dirigidos por mujeres).
El envejecimiento de la población en un fenómeno por el que tarde o temprano atravesarán todas las naciones. Europa es la región más envejecida con 20.6% de su población con 60 años o más de edad, seguida por Norteamérica, 16.6%, y Oceanía, 13.7%. Los países con mayor proporción de adultos mayores son Japón (25.5%), Italia (24.5%), Alemania (24.3%), Grecia (23.7%), Suecia (23.7%), Canadá (17.7%), Uruguay (17.6%), Australia (17.2%), Nueva Zelanda (16.4 %) y Cuba (15.3 %).
Publicado en La Voz del Amado, Año 2, Núm. 15, diciembre 2008 – enero 2009.