Escudriñando las sendas antiguas en un mundo posmoderno

Por Olga Miranda 

Con mucho respeto dedico este texto a la Comunidad Cristiana Restauración Neza, por enseñarme a perseverar en el Señor Jesús, pese a las adversidades 

¿Llegará algún día la paz al mundo en el que vivimos? ¿Dejará de haber guerras alguna vez?

El conflicto armado entre Rusia y Ucrania no es el único que actualmente se desarrolla en la tierra. Según ‘esglobal’, de la Fundación para las Relaciones Internacionales y el Diálogo Exterior, hay otras diez guerras activas en este 2022.  Son señales de los últimos tiempos. El Señor lo profetizó en Mateo 24: Habrá guerras y rumores de guerras.

Ese mismo capítulo enseña que Israel es el reloj profético para observar las señales y las profecías de los últimos tiempos escritas en la Biblia, las cuales se están cumpliendo ante nuestros ojos. 

Cuando el Señor Jesucristo venga por segunda vez, lo hará como el Mesías de los judíos, entrará en Jerusalén y se sentará sobre el trono de David. Cuando eso suceda, también habrá llegado la paz a Israel. Comenzará una nueva era, que las Sagradas Escrituras llaman el Milenio (el reinado de Cristo por mil años), en que todo el mundo será gobernado desde Jerusalén. Habrá llegado así la paz a todo el planeta Tierra.  

La barca del pueblo de Israel 

En su primeras venida hace dos mil años, el Señor Jesús anduvo entre su pueblo Israel e hizo milagros en abundancia. Veamos una historia narrada por el apóstol Juan, la cual nos enseña a tener fe en Jesús pese a las adversidades. 

En Juan 6:16 dice: “Cuando anochecía, sus discípulos descendieron al mar”.  

Aquí los discípulos estaban sin Jesús y, en este caso, es una figura profética para todo el pueblo de Israel. En esa barca, Jesús, con quien habían tenido una comunión maravillosa, y habían presenciado el milagro de los panes y peces, ya no estaba con ellos. 

Así como los discípulos de pronto estuvieron solos en el barco, del mismo modo, desde su partida, Él echó a Israel al mar de las naciones. 

A continuación dice de los discípulos en el versículo 17: “… entrando en una barca iban cruzando el mar hacia Capernaum. Y había oscurecido, y Jesús todavía no había venido a ellos”. 

Esta es la historia de Israel. La oscuridad que describe representa el tiempo de Israel sin su Mesías, el tiempo en el cual Él no ha regresado a la barca, Jerusalén. El tiempo desde el cual Israel estuvo disperso en el mar de las naciones y una gran oscuridad vino sobre los judíos (desde el año 70 de nuestra era). Recordemos, por ejemplo, el oscuro tiempo de la Edad Media o la época nazi. 

En el versículo 18 dice: “Y se agitaba el mar porque soplaba un gran viento”.  Aquí describe proféticamente la última gran tribulación que vendrá sobre Israel, y cuando el viento del mar de las naciones bajo conducción del anticristo, en odio y violencia, sobrevenga sobre Israel. Pero éste, también, será el momento en que el Mesías habrá de volver. 

Los discípulos se encontraban, con este viento y el fuerte oleaje, en el más grande apuro. 

Pero en el versículo 19 expresa: “Entonces, cuando habían remado como veinticinco o treinta estadios, vieron a Jesús caminando sobre el mar, y acercándose a la barca y tuvieron miedo”. 

Que exacta es la palabra profética, porque como aquí está descrito sucederá con Israel. Jesús volverá y los judíos tendrán temor. ¿Por qué? Porque entonces verán a Áquel que traspasaron y harán a causa de Él un gran lamento.  

 Véase Zac. 12:10: Y derramaré sobre la casa de David, y sobre los moradores de Jerusalén, espíritu de gracia y de oración; y mirarán a mí, a quien traspasaron, y llorarán como se llora por hijo unigénito, afligiéndose por él como quien se aflige por el primogénito”. 

Pero Él les traerá paz, y su temor se convertirá en alegría, tal como está escrito en Juan 6:20, cuando les dice: “¡Yo soy; no temáis!”.  

En el versículo 21 continúa diciendo: “Entonces ellos quisieron recibirle en la barca, y de inmediato la barca llegó a la tierra a donde iban”.  

Aquí ocurrió un milagro en medio de la oscuridad: cuando ellos se sentían solos; y este milagro también sucederá cuando el Señor Jesús vuelva. 

Entonces “todo Israel será salvo” (Ro. 11:26), porque todo el remanente de Israel reconocerá a Jesús como su Mesías y ellos le recibirán en su “barca”. 

Y estarán “en tierra”, como sucedió con los discípulos: inmediatamente antes estaba el viento huracanado y el alto oleaje, entonces le recibieron y ya estuvieron en tierra. 

La terrible tempestad y las amenazantes olas de la gran tribulación serán calmadas por la aparición del Señor Jesús. Israel llegará al sosiego y Jesucristo será el centro de Israel. 

Cuando Cristo vuelva a la tierra, ésta se transformará (Véase Ez. 47:8-10) porque aguas vivas fluirán desde Jerusalén, habrá dos ríos y quien entre a esas aguas vivirá y también habrá sanidad. 

Esto ya se cumple en la Iglesia, en todos aquellos que hemos creído en Cristo Jesús, ya que Él mismo dijo: “El que cree en mí, como dice la Escritura, ríos de agua viva fluirán en su interior”. (Juan 7:38). 

Estimados lectores hay que seguir orando porque pronto se cumplan las promesas del Señor Jesús. Y cuando enfrentemos momentos difíciles, debemos recordar que Él siempre estará con nosotros, porque así lo prometió. 

¡Dios les bendiga! 

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