Escudriñando las sendas antiguas en un mundo posmoderno

Archivo para May, 2012

Los verdaderos 300

David Wilkerson

«Llegó Gedeón al Jordán y lo pasaron él y los trescientos hombres que traía consigo, cansados, pero todavía persiguiendo a los de Madián.” (Jueces 8:4, RV1995).

Jueces 7:1 nos dice que Gedeón y sus 32,000 hombres estaban a punto de iniciar la guerra en contra de los madianitas, quienes contaban con más de 100,000 soldados. Esta no sería una batalla muy pareja.

Dios le dijo a Gedeón y a sus hombres, “Ahora, pues, haz pregonar esto a oídos del pueblo: Quien tema y se estremezca, que madrugue y regrese a su casa desde el monte de Galaad.”(ver Jueces 7:3).

Observemos que 22,000 hombres abandonaron la tropa y solamente quedaron 10,000. Y Dios le dijo a Gedeón, “Aún son demasiados; llévalos a beber agua y allí los pondré a prueba. Del que yo te diga: “Vaya este contigo”, irá contigo; pero de cualquiera que yo te diga: “Que éste no vaya contigo”, el tal no irá. (Jueces 7:4, RV1995)

Por lo tanto, ¡ahora solamente serían 300 contra 100,000!

Entrada la noche y con únicamente 300 soldados, Gedeón ingresó al campamentos de los madianitas y escuchó a dos soldados madianitas hablar. Un soldado le decía al otro, “—He tenido un sueño: Veía un pan de cebada que rodaba hasta el campamento de Madián. Llegó a la tienda y la golpeó de tal manera que cayó; la trastornó de arriba abajo y la tienda cayó. Su compañero respondió: —Esto no representa otra cosa sino la espada de Gedeón hijo de Joás, varón de Israel. Dios ha entregado en sus manos a los madianitas con todo el campamento.” (7:13-14).

¡Aquéllo que Gedeón escuchó alentó su alma y él empezó a creer que podía ganar la batalla! ¿Cuál fue su reacción?

“Cuando Gedeón oyó el relato del sueño y su interpretación, adoró. (7:15). ¡Gedeón empezó a alabar! El propósito de Dios al llevarnos a un lugar de victoria en medio de nuestro abatimiento, en medio de nuestro dolor, es provocar en nosotros el exaltar y adorar a Jesucristo.

Dios no quiere solamente obtener la victoria en su vida al auxiliarle con sus finanzas, al ayudarle con su matrimonio. Por supuesto que Él lo ayudará con todas estas cosas, pero lo que Dios realmente anhela es que su pueblo lo adore a Él.

Chequee su bienestar espiritual

John Ortberg

Es saludable que cada cierto tiempo usted se haga un examen médico para que pueda tener un panorama real de su estado de salud. Muchas veces creemos que nuestra salud está de cierta manera, pero después de un examen minucioso, nos damos cuenta de cómo estamos verdaderamente. No sólo es bueno hacerse un examen físico sino también un examen espiritual, para saber cómo estamos espiritualmente en comparación a Jesús.

En el libro de John Ortberg «La vida que siempre has querido» vemos una gran cantidad de áreas que podemos examinar para ver si pasamos bien nuestro chequeo de bienestar espiritual

1) ¿Soy espiritualmente «inauténtico»? Jesús no pudo haberlo dicho mejor cuando dijo «¡Ay de ustedes! Limpian el exterior del vaso y del plato, pero por dentro están llenos de robo y de desenfreno». La meta de la persona espiritualmente inauténtica es parecer espiritual cuando en realidad no lo es. Por ejemplo, una persona puede esforzarse tanto por parecer espiritual frente a otros que se convierte en un impedimento para sí mismo en su vida espiritual. Esto es cierto no solo en las personas que tratan de engañar a otros sino también en las que tratan de engañarse a sí mismas. Los cristianos buscan convertirse en un letrero de cartón que se mira bien; pero una vez que alguien lo examina, no hay valor en él. Ortberg lo pone de esta manera: «Con frecuencia pasamos más tiempo tratando de hacer que las personas nos consideren personas amorosas que amando en verdad a las personas».

2) ¿Me estoy volviendo amigo de criticar, excluyente u orgulloso? Jesús lo dijo de esta manera «Ellos aman el lugar de honor en los banquetes y los primeros asientos en las sinagogas». El orgullo se convierte en un problema para la persona que está tomando seriamente el crecimiento espiritual. Cada vez que empezamos a buscar virtud en nuestras vidas empezamos a preguntarnos por qué lo otros no están haciendo lo mismo. La pregunta es, ¿estamos dejando que nuestro corazón se llene de un orgullo escondido vestido de espiritualidad? El orgullo se refleja comúnmente en el intento de categorizar a las personas que son diferentes a nosotros. «Aquel es uno de los infieles», «aquel es uno de los espiritualmente embotados», «aquel es uno de los que tiene creencias incorrectas», etc. El separar a otros nos hace parecer superiores.

3) ¿Me estoy volviendo más accesible? «Ellos aman, que la gente los salude en las plazas y los llame Rabí». En el tiempo en que el evangelio fue escrito, los Rabíes tenían la noción equivocada de que su espiritualidad les requería tomar distancia de las personas. Es interesante que Jesús, el hombre más espiritual que ha existido fue también el hombre más accesible que ha existido. Había algo en Su personalidad que atraía a las personas. Tomando el ejemplo de Jesús podemos decir que la espiritualidad es accesible. Por lo tanto, si las personas no nos encuentran accesibles nos urge preguntarnos qué nivel tiene nuestra espiritualidad.

4) ¿Me estoy cansando de buscar mi crecimiento espiritual? «Atan cargas pesadas las ponen sobre la espalda de los demás». Algo que siempre me ha traído confusión es oír cómo muchos enseñan que la búsqueda de Dios debe ser solitaria, aburrida y dura. La verdad es que he escuchado a muchas personas enseñar sobre disciplina espiritual y tampoco me gustaría inscribirme para ese viaje. Es sorprendente que haya alguien que quiera hacerlo. Si estamos sirviendo a Dios y llegando a conocer la creación o el universo y explorando las profundidades de Su amor y carácter, estas cosas deberían ser para nosotros la cosas más emocionantes del mundo. Si estamos cansados todo el tiempo entonces debe ser porque estamos haciendo algo mal.

5) ¿Estoy midiendo mi vida de formas superficiales? En el libro Ortberg se da un ejemplo de cómo respondemos cuando nos preguntan acerca de ¿cómo esta nuestra vida espiritual? Usualmente la primera cosa que viene a nuestra mente es alguna clase de actividad cristiana como la lectura bíblica, la oración diaria, la escritura en nuestro diario. Si usted ha estado leyendo su Biblia dirá que bien, pero sino dirá que mal. Imagínese que le digo que volveré a preguntarle en unos días más. Lo más probable es que usted se asegure de leer su Biblia porque sabe que le volveré a preguntar. Piense en la acción. ¿Esta acción lo lleva más cerca de Dios o solo es una cosa más que usted marca en su lista de cosas por hacer? Leer la Biblia, orar y escribir su devocional diario son importantes pero deben ser hechos a partir de que amamos pasar tiempo con nuestro Padre. Cuando tenemos un motivo equivocado convertimos la bendición en una carga.

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Jóvenes abandonan la Iglesia después de los 15 años

Acontecer Cristiano Net

Un estudio concluyó que casi tres de cada cinco jóvenes cristianos (59%) se desconectan de la vida de la iglesia, ya sea permanentemente o por un largo periodo, después de cumplir 15 años. Los encuestados estuvieron activos en una iglesia cristiana durante sus años de adolescencia.
La investigación fue realiza por el Grupo Barnael que le tomó cinco años llevar adelante este estudio.
El primer mito que los investigadores miraron a través del estudio fue la idea de que David Kinnaman, quien dirigió la investigación, concluyó que “la mayoría de la gente pierde su fe cuando salen de la escuela secundaria”. La realidad del problema de la deserción no se trata de un enorme éxodo de jóvenes de la fe cristiana. De hecho, se trata de las diversas formas en que los jóvenes se desconectan de su camino espiritual.
Kinnaman identifica tres tipos de abandonos: pródigos, los nómadas y los exiliados. El más común de estas tres personas son nómadas, o los jóvenes cristianos que andan lejos de la iglesia institucional, y aún así se llaman cristianos. El estudio encontró que aproximadamente cuatro de cada 10 jóvenes cristianos caen en esta categoría.
Sobre este particular, el sociólogo Bradley Wright, dijo: “Es difícil saber cómo evaluar una estadística de un 59 por ciento de abandono. “Esto depende en gran medida de como es que se define el “no asistir regularmente a la iglesia”, dijo.
Los jóvenes abandonan la iglesia más temprano, permaneciendo alejados, y si vuelven, son menos propensos a ver la iglesia como una parte a largo plazo de su vida”.
Sin embargo, Wright asegura que los jóvenes que abandonan la fe han sido una preocupación desde hace siglos, no sólo en el último par de años. Es la naturaleza de los jóvenes diferenciarse de sus mayores, y es la naturaleza de los mayores molestarse por ello. El problema de los jóvenes que abandonan la iglesia no es único para esta generación”.
Otros mitos de Kinnaman estudiados incluyen la idea de que hoy en día los “veinteañeros” son bíblicamente analfabetos y sus experiencias universitarias los llevan a alejarse de su fe. Al comparar la fe de los jóvenes cristianos y la práctica de la fe (de 18 a 29) con la práctica de los cristianos mayores de 30, los investigadores dijeron que surgieron muy pocas diferencias entre ambos grupos.
El estudio mostró que en la comunidad cristiana, las diferencias teológicas entre las generaciones no son tan pronunciadas como tendría que ser. Los jóvenes cristianos carecen de conocimiento bíblico, pero solo en menor medida.

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Sabiduría de hombres o poder de Dios

El mensaje de Pablo, el Apóstol de los Gentiles (parte 12)

Juan Elías Vázquez

PRIMERA EPISTOLA DEL APOSTOL SAN PABLO A LOS CORINTIOS

 CAPITULO 2

Es de hacer notar, que la Palabra de Dios no es de inspiración humana ni es fruto de la sabiduría de los hombres. Pablo manifiesta a esta iglesia, fascinada al parecer por la retórica de los hombres ilustres del mundo griego, que no ha venido él con ese tipo de “excelencia de palabras o de sabiduría”.

Versículo 1. Así que, hermanos, cuando fui a vosotros para anunciaros el testimonio de Dios, no fui con excelencia de palabras o de sabiduría.

Versículo 2. Pues me propuse no saber entre vosotros cosa alguna sino a Jesucristo y a éste crucificado.

Pablo ya les había hecho ver a los corintios que entre ellos no abundaban los sabios ni los poderosos (1:26). Esta es una de las razones por las cuales Pablo les escribe acerca de Cristo con palabras sencillas y diáfanas. La otra razón estriba principalmente en la claridad, pues el contenido de las Cartas paulinas está dirigido a conversos de todas las clases sociales y niveles culturales, e históricos. Aun así, las Cartas de Pablo no son de fácil lectura y comprensión, si bien esto se debe a la falta de firmeza espiritual y a la inconstancia, como bien explica san Pedro (2ª Pe 3:16). Por último, Pablo señala con diligencia el precioso objetivo que guarda el mensaje evangélico: presentar a Cristo y a éste crucificado.

Versículo 3. Y estuve entre vosotros con debilidad, y mucho temor y temblor.

El Apóstol era muy precavido a la hora de mostrarse delante de sus hijos en la fe. Entendemos que no era un hombre arrogante, que viniera con aires de suficiencia al estilo de los filósofos o funcionarios políticos de su tiempo. Al contrario, se mostraba humilde; “temblaba” ante la más mínima idea de creerse superior a sus hermanos. Su “debilidad” era real y no fingida. Todo cuanto sabía, había realizado y visto era por la obra y la gracia del Espíritu Santo que moraba en él. Sin esa fortaleza, lo sabía muy bien, Pablo no era nada. Pablo sabía mucho, había realizado grandes maravillas y atestiguado cosas indescriptibles; y, sin embargo, vivía como si nada de esto hubiera hecho o visto.

Versículo 4. Y ni mi palabra ni mi predicación fue con palabras persuasivas de humana sabiduría, sino con demostración del Espíritu y de poder.

El gran poder que respalda el mensaje del Evangelio, expuesto con claridad y sencillez por san Pablo, es suficiente para demostrar su veracidad y alcances espirituales. No hace falta retorcer el lenguaje al estilo de los sofistas clásicos ni adornar el discurso con elevada retórica para volverlo persuasivo.

Versículo 5. Para que vuestra fe no esté fundada en la sabiduría de los hombres, sino en el poder de Dios.

Los judíos buscaban la prueba de la verdad en señales prodigiosas; los griegos, en tanto, iban detrás de aquellos hombres que los deleitaban con palabras persuasivas (“palabreros”, según vemos en Hechos 17: 18-19). Tanto unos como otros fundaban su sabiduría o en la capacidad del “milagrero” o en el conocimiento humano. Pablo echa un cimiento duradero: “que vuestra fe esté fundada en el poder de Dios”.

Versículo 6. Sin embargo, hablamos sabiduría entre los que han alcanzado madurez; y sabiduría, no de este siglo, ni de los príncipes de este siglo, que perecen.

No debemos creer, sin embargo, que la sabiduría que desciende de lo alto pueda ser plenamente comprendida por un cristiano fluctuante o inmaduro. La fe cristiana fundada en el poder de Dios es el resultado de una vida de sometimiento a la fortaleza divina y de renuncia a los métodos que utiliza la razón para llegar a la verdad. Un cristiano inconstante es por consecuencia un creyente fluctuante. Como no permanece en los atrios de Jehová “para inquirir en su templo” (ver Salmo 27:4), fácilmente vacila para un lado y otro, movido de viento de toda doctrina. La sabiduría de Cristo permanece; la que sostienen los hombres es vanidad pura: en la mañana aparece, y al llegar la tarde es sustituida o desvirtuada por otra verdad aparente.

Versículo 7. Mas hablamos sabiduría de Dios en misterio, la sabiduría oculta, la cual Dios predestinó antes de los siglos para nuestra gloria.

“¡Un momento!”, parece decir Pablo. Esta sabiduría, revelada por voluntad de Dios a los débiles y pequeños, es un conocimiento que excede a cualquier ciencia terrena. Locura -por su insondable profundidad- para el mundo, esta sabiduría oculta ha sido desvelada para los hijos de Cristo; plenamente revelada, para que el cristiano auténtico no ignore la existencia de un legado previsto por Dios desde antes de la fundación de los siglos.

Versículo 8. La que ninguno de los príncipes de este siglo conoció; porque si la hubieran conocido, nunca habrían crucificado al Señor de gloria.

Hay hombres que sin poseer esta sabiduría se atreven a citar e incluso a interpretar algún pasaje de las Sagradas Escrituras. El resultado es catastrófico, lamentable, desde el punto de vista espiritual. Hablan de lo que no conocen. El más pequeño de los sabios de Cristo es dueño de un conocimiento inaccesible para el más sabio de los hombres.

Versículo 9. Antes bien, como está escrito: Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, ni han subido en corazón de hombre, son las que Dios ha preparado para los que le aman.

El desconocimiento del hombre por desgracia seguirá pesando sobre su cabeza, pues no sólo pierde la gran oportunidad de conocer la gracia de Cristo en esta vida, también su ser se perderá de bendiciones futuras, así como de atestiguar en el cielo una obra magnífica nunca antes vista (Ref.: Isaías: 64:4; 65:17).

Versículo 10. Pero Dios nos las reveló a nosotros por el Espíritu; porque el Espíritu todo lo escudriña, aun lo profundo de Dios.

¿Quién conoció a Dios o quién puede examinar su carácter? De Dios conocemos lo que él ha querido revelarnos. Gracias a que el Espíritu de Cristo mora en el creyente, el creyente puede conocer cosas nunca vistas ni oídas. Por el Espíritu, el hijo de Dios puede conocer por revelación incluso “lo profundo de Dios”. Pablo lo explica de esta manera:

Versículo 11. Porque, ¿Quién de los hombres sabe las cosas del hombre, sino el espíritu del hombre que está en él? Así tampoco nadie conoció las cosas de Dios, sino el Espíritu de Dios.

Versículo 12. Y nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo, sino el Espíritu que proviene de Dios, para que sepamos lo que Dios nos ha concedido.

El hombre de este mundo sabe las cosas que son de este mundo y las defiende y las disfruta. Ignora y rechaza, por tanto, las que provienen de lo alto del cielo de Dios. Por medio de su Espíritu, Dios nos anticipa las bendiciones de su gloria y nos revela también, como por medio de una pantalla, lo que ya nos ha concedido; mismo, que vivimos como si ya lo tuviéramos.

Versículo 13. Lo cual también hablamos, no con palabras enseñadas por sabiduría humana, sino con las que enseña el Espíritu, acomodando lo espiritual con lo espiritual.

El gran propósito de esta parte de la Carta es resaltar el aprendizaje superlativo que se obtiene de una enseñanza cuyas bases han sido reglamentadas desde las alturas de Dios. Una sabiduría, que si bien resulta absurda o incomprensible para los sabios de este siglo, representa un conocimiento que excede las capacidades del hombre. Si lo espiritual no se acomoda con lo espiritual, el resultado puede ser la herejía o la perdición de los faltos de entendimiento y los inconstantes.

Versículo 14. Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente.

El hombre natural o de este mundo puede llegar a pensar que la eternidad con Dios es una especie de fábula o, como opinaba el filosofo británico Bertrand Russel, una cobardía para paliar nuestra intrascendencia. Es decir, que el fin del hombre sea la nada. Discernir espiritualmente representa un ejercicio del corazón y la mente que sólo un cristiano lleno del Espíritu de Dios puede llevar a cabo.

Versículo 15. En cambio el espiritual juzga todas las cosas; pero él no es juzgado de nadie.

Alcanzar el grado de “espiritual” ha llegado a ser un acto desestimado en muchas denominaciones. Pablo, en cambio, pone de manifiesto las inmensas ventajas que el ser espiritual adquiere en el ejercicio pleno de su status. Dicho de otra forma: es estrictamente necesario que el cristiano sea lleno del Espíritu de Dios, pues mediante esta condición adquiere una sabiduría inigualable que le permite incluso juzgar las cosas del mundo sin que el mundo sea capaz de juzgarle a él.

Versículo 16. Porque, ¿Quién conoció la mente del Señor? ¿Quién le instruirá? Mas nosotros tenemos la mente de Cristo.

He aquí la razón preponderante, el mundo no puede juzgar al hijo de Dios pleno en el Espíritu, pues ¿Quién conoció la mente de Cristo o quién podrá ensenarle a él? Y nosotros, dijo el apóstol, tenemos la mente de Cristo.

FIN DEL CAPITULO 2.

Dios odia el divorcio

Isabel Velázquez

Ilustración: Gregorio

Los datos oficiales dados a conocer por el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI) el pasado 14 de febrero, considerado como el Día del Amor y la Amistad, indican que en México los matrimonios disminuyeron 1.5 por ciento, mientras que los divorcios aumentaron 3.2 por ciento en 2006, en comparación con el año anterior.

De acuerdo con las estadísticas oficiales de los juzgados civiles del país, durante todo 2006 se registraron 586 mil 978 matrimonios, cifra menor en 1.5 por ciento a los de 2005, cuando sumaron 595 mil 713. En cuanto a los divorcios, se realizaron 72 mil 396 en 2006 y 70 mil 184 en 2005, con un aumento de 3.2 por ciento.

Lo anterior debería poner en estado de alerta a la sociedad, y en especial al pueblo cristiano, porque se trata de cifras oficiales que no incluyen las separaciones de las llamadas uniones libres u otro tipo de convivencia equivalente al matrimonio.

Otros datos oficiales corroboran la tendencia demográfica a evitar el matrimonio a temprana edad y a posponer la llegada de los hijos. Por ejemplo, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo 2007, en México la población de 12 años o más ascendía a 80.5 millones, de los cuales 37.9 millones son hombres y 42.6 millones mujeres. De las personas en este rango de edad, 38 de cada 100 son solteras; 54 viven en pareja –casadas o en unión consensual– y ocho están separadas, divorciadas o viudas.

La población soltera del país se compone por 50.1 por ciento de mujeres y 49.9 por ciento de varones. De las personas solas, 54 por ciento son viudas, 32.5 por ciento separadas y 13.5 por ciento divorciadas.

Otros datos nos dan una idea de lo que pasa en la sociedad mexicana: la edad promedio al momento de contraer matrimonio en los hombres fue de 27.8 años por 25 de las mujeres. En 2006, la tasa bruta de nupcialidad (matrimonios por mil habitantes) en el país fue de 5.6. De cada 100 hombres que se casaron, 96 trabajaban al momento de contraer nupcias; de ellos, 57.2 por ciento era empleado; 14.7 por ciento jornalero o peón y 13 por ciento obrero, entre otros. En contraste, de cada 100 mujeres casadas, 41 trabajaban, en su mayoría como empleadas (77.2 por ciento).

Radiografía del divorcio

Acerca de las separaciones, el organismo informó que en 2006, por cada 100 enlaces realizados en el país hubo 12.3 divorcios; en 2000 la relación fue de 7.4 y en 1971 de 3.2. ¡En seis años creció más el porcentaje de separaciones que en las tres anteriores décadas!

Para 2006, 15 estados superan la proporción nacional. Los que tienen los valores más altos son: Baja California (29.9 divorcios por cada 100 matrimonios), Chihuahua (26.4) y Colima (23.6); en contraste, las de proporciones menores son Oaxaca (2.3), Tlaxcala (2.8) y Guerrero (5.1).

La edad promedio de los hombres al momento de divorciarse fue de 37.6 años y de las mujeres de 34.9 años. Los estados que registran las edades de mayor promedio para ambos sexos son Morelos, con 40.4 años los hombres y 37.2 años las mujeres; el Distrito Federal y San Luis Potosí, ambos con 39.2 y 36.7 años, respectivamente.

De las parejas casadas que se divorciaron en 2006, la unión de casi la mitad tuvo una duración de 10 años o más (49.5 por ciento), seguida de quienes estuvieron casados cinco años o menos (31 por ciento) y las que permanecieron unidas de seis a nueve años (19.2 por ciento).

El anterior dato, de que los matrimonios se disuelven luego de una década de convivencia, debería ponernos a pensar que ellos buscaron no separarse al primer disgusto, sino que procuraron resolver sus diferencias, lo cual al final resultó infructuoso.

De los hombres que se divorciaron, 22.5 por ciento declaró tener secundaria; 19.3 por ciento preparatoria y 19.1 por ciento estudios superiores; en el caso de las mujeres, las proporciones fueron de 23.3 por ciento, 17.8 por ciento y 17.2 por ciento, respectivamente.

¿Divorcio entre cristianos?

No hay cifras oficiales respecto de divorcios entre el pueblo cristiano. Lo que se sabe es que en muchas congregaciones cada vez es más frecuente este problema.

El divorcio se puede definir como la disolución oficial de un pacto establecido ante una autoridad. El fin perseguido es quedar en libertad de los derechos y las obligaciones adquiridas a la firma del contrato conyugal.

De acuerdo con el doctor Salvador Cárdenas, en México no siempre se permitió el divorcio. Durante mucho tiempo habían ciertas circunstancias de índole religioso que imperaban en el contexto social e impedían que el divorcio se pudiera obtener legalmente.

Fue hasta 1870 que se establecieron en el Código Civil las siete causas legales que podrían justificar la procedencia legal del divorcio: el adulterio de alguno de los cónyuges; la propuesta del esposo para prostituir a la esposa; incitación o la violencia hacia alguno de los cónyuges para que éste cometa un delito; la corrupción de la esposa o el marido hacia los hijos; el abandono del domicilio conyugal sin causa justificada; la crueldad y la acusación falsa hecha por un cónyuge hacia el otro.

Algunas de esas causales se han modificado, como el tiempo fijado para el abandono de hogar, y se han agregado otras, como la del mutuo consentimiento y la bigamia.

¿Queremos agradar a Dios?

Es muy conocido el pasaje del Nuevo Testamento en el que los fariseos cuestionan al Señor Jesucristo respecto del divorcio y la respuesta del Hijo de Dios. El plan original del Padre, les dijo, era hacer familias unidas por amor. Varón y hembra los creó. Y los religiosos de aquel tiempo preguntaron: ¿Por qué pues, mandó Moisés  dar carta de divorcio y permitió repudiar a la mujer? El Divino Maestro respondió: Por la dureza de vuestros corazones, mas al principio no fue así.

Pero hay otro pasaje más claro, en cuanto al divorcio. En Malaquías capítulo 2, el Espíritu Santo, el autor de la Biblia, especifica: “¿No hizo Él uno, habiendo en Él abundancia de espíritu? ¿Y por qué uno? Porque buscaba una descendencia para Dios. Guardaos, pues, en vuestro espíritu, y no seas desleales con la mujer de vuestra juventud. Porque Jehová el Dios de Israel ha dicho que Él aborrece el repudio, y al que cubre de iniquidad su vestido, dijo Jehová de los Ejércitos. Guardaos, pues, en vuestro espíritu, y no seais desleales”.

El propósito del matrimonio es formar una descendencia, una simiente santa, cuyo propósito es conformar entre todas las familias un pueblo santo, adquirido por Dios, donde el divorcio no está entre sus planes.

Dios, en cambio, ha provisto un camino distinto para la humanidad: el amor. Pero no esa clase de amor que se vincula con las relaciones sexuales o la atracción carnal, sino el amor que une: es sufrido, benigno, sin envidia, sin jactancia y sin vanidad. Un amor que no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita y no guarda rencor. Un vínculo matrimonial que todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera y todo lo soporta. Con estas características en el matrimonio, ¿habrá algo que pueda disolverlo?

Publicado en La Voz del Amado, Año I, Número 9, marzo de 2008.

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Cáncer en el cuerpo

Editorial

Las cifras oficiales sobre el divorcio son contundentes. En 2006, por cada 100 enlaces realizados en el país hubo 12.3 rupturas del contrato matrimonial; en 2000 la relación fue de 7.4 y en 1971 de 3.2. En seis años creció más el porcentaje de separaciones que en los treinta años anteriores. Esta tendencia, probablemente mundial, nos habla de una sociedad viviendo a contracorriente de la voluntad de Dios.

A los que están fuera, dice el Apóstol de los Gentiles, Dios juzgará. El problema es que este cáncer parece invadir al cuerpo de Cristo. Nadie tiene cifras de cuántos divorcios se han dado entre el pueblo cristiano, pero todos conocemos de algún caso. El plan divino era crear familias estables de donde naciera una simiente santa, un pueblo escogido, real sacerdocio. Sin embargo, muchos matrimonios parecen no entenderlo.

La moda en el mundo es la separación. Si no funciona la relación, intentemos otra. A ver qué sale. Pero el llamado de Dios a su Iglesia es a la fidelidad. Como está escrito en el libro del profeta Oseas: “Te desposaré conmigo para siempre, te desposaré conmigo en justicia, juicio, benignidad y misericordia. Y te desposaré conmigo en fidelidad. Y conocerás a Jehová”.

Publicado en La Voz del Amado, Año I, Número 9, marzo de 2008.

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Un error en el cielo

Pastor Jaime Batista Cortés

Cierta vez, le pregunté a Ramesh, un maestro de la India:
– ¿Por qué existen personas que salen fácilmente de los problemas más complicados, mientras que otras sufren por problemas muy pequeños,  ahogadas en un vaso de agua?

Él simplemente sonrió y me contó una historia, irreal pero muy ilustrativa.

Había una vez un sujeto que vivió amorosamente toda su vida. Cuando murió, todo el mundo dijo que se iría al cielo, pues un hombre tan bondadoso como él, debía ir al Paraíso. En esa época, el cielo todavía no tenía un buen programa de recepción de almas. El ángel que lo recibió le dio una mirada rápida a las fichas que tenía sobre el mostrador, y como no vio el nombre de el sujeto en la lista, lo orientó para ir al infierno.

En el infierno nadie exige credencial o invitación, pues cualquiera que llega es invitado a entrar. Así que el sujeto entró y se fue quedando. Unos días después, Lucifer llegó furioso a las puertas del Paraíso para pedir explicaciones:

– ¡Esto es un sabotaje! Nunca me imaginé que fueses capaz de una bajeza semejante! ¡Esto que hacen es puro terrorismo!

Sin saber el motivo de tanta furia, muy sorprendido, san Pedro le preguntó a Lucifer:

– No te entiendo, ¿de qué me hablas?

Lucifer, trastornado, le gritó:

– Tú me enviaste a ese sujeto al infierno y ahora él está haciendo un verdadero desastre. Él llegó escuchando a las personas, mirándolas a los ojos, conversando con ellas, y ahora todo el mundo está dialogando, abrazándose, y besándose.

¡El Infierno está insoportable, parece el Paraíso! ¡Pedro, por favor, agarra a ese sujeto y tráelo para acá!

Cuando Ramesh terminó de contar esta historia me miró cariñosamente y me dijo:

– Vive con tanto amor en el corazón, que si por error fueses a parar al infierno, el mismo demonio te lleve de vuelta al Paraíso.

Hasta ahí la ficción. Veamos ahora algo real.

Los problemas forman parte de nuestra vida, pero no dejes que ellos te transformen en una persona amargada. La crisis siempre sucederá y a veces no tendrás opción. Tu vida está sensacional y de repente puedes descubrir que un ser querido está enfermo, que la política económica del país cambió y que infinitas posibilidades de preocupación aparecen. En las crisis no puedes elegir, pero sí puedes elegir la manera de enfrentarlas. Y al final, cuando los problemas sean resueltos, más que sentir orgullo por haber encontrado la solución, tendrás orgullo de tener dentro de tu corazón a nuestro Señor Jesucristo sosteniéndote de la mano y guiándote por la senda correcta para salir de los problemas.

«Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame. Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí, éste la salvará. Pues ¿qué aprovecha al hombre, si gana todo el mundo, y se destruye o se pierde a sí mismo? Porque el que se avergonzare de mí y de mis palabras, de éste se avergonzará el Hijo del Hombre cuando venga en su gloria, y en la del Padre, y de los santos ángeles. Pero os digo en verdad, que hay algunos de los qué están aquí, que no gustarán la muerte hasta que vean el reino de Dios»

Lucas 9:23-27

Publicado en Cristianos Poéticos.

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Evangélica evita ser violada con la Biblia

Acontecer Cristiano 

En una ciudad brasileña, Maria Sílvia Pereira, una mujer evangélica de 32 años de edad, estaba siendo asaltada por un hombre llamado Josival Firmino da Silva, de 30 años, quien bajo la influencia del alcohol y las drogas, además de exigirle dinero a la víctima trató de abusar sexuamente de ella.

La mujer, quien dijo ser evangélica, decidió tomar la Biblia que estaba en la cabecera de su cama y comenzó a leer pasajes de las Sagradas Escrituras para que el atacante se calmara.

En un momento de distracción, la mujer salió de la habitación lo más rápido que pudo hacia la calle en busca de ayuda.

El Batallón de la Policía (BPE por sus siglas en portugués) encontraron al ladrón en la casa de al lado donde vive su hermano. El hombre estaba sentado contando el dinero que había robado a la víctima.

Josivaldo fue conducido a la Central de la Policía Civil del barrio Prado, por los delitos de intento de violación, allanamiento de morada y robo. El caso fue noticia en abril pasado en el periódico Tribuna Hoje, que señaló: “la mano de Dios impidió un acto vil y deshonroso”.

Rociar siete veces la sangre

  David Wilkerson

En el Antiguo Testamento se narra que una vez al año el sumo sacerdote entraba al Lugar Santísimo para hacer la expiación, que significa “reconciliación.” Este acto se refiere a limpiar todos los pecados del pueblo para poder ser reconciliados y tener comunión nuevamente con el Padre celestial.

El sacerdote entraba al Lugar Santísimo con incienso, con carbones encendidos provenientes del altar, y un contenedor con sangre de un buey crucificado. Dentro del Lugar Santísimo había un arca que contaba con un propiciatorio en su parte superior, sitio donde Dios había prometido “habitar” –era Su misma presencia.

Después de purificarse a sí mismo en una elaborada ceremonia, el sacerdote entraba al Lugar Santísimo con gran reverencia y temor. Este arrojaba el incienso en el fuego causando un aroma y humo que ascendían. Lo anterior representaban las oraciones de Cristo intercediendo por Su pueblo. Posteriormente, el sacerdote sumergía su dedo en la sangre y la rociaba siete veces sobre el propiciatorio.

“Tomará luego de la sangre del becerro y la rociará con su dedo en el lado oriental del propiciatorio, y delante del propiciatorio esparcirá con su dedo siete veces de aquella sangre.” (Levítico 16:14).

Cuando la sangre era rociada en el propiciatorio, el perdón de todos los pecados era culminado y todos los pecados pasados eran cubiertos. Cuando el sumo sacerdote salía del Lugar Santísimo, el pueblo sabía que Dios había aceptado el sacrificio y que sus pecados habían sido perdonados. ¡Pese a todos sus errores, Israel nunca dudó!

Amados, nosotros también tenemos por la eternidad a un Sumo Sacerdote  –Jesús, nuestro Señor, nuestro Sumo Sacerdote. Jesús llevó su propia sangre al propiciatorio –a la presencia de Dios, al Lugar Santísimo– y la presentó para la remisión de todos los pecados, de todos los creyentes, por la eternidad.

Las Escrituras dicen: “y no por sangre de machos cabríos ni de becerros, sino por su propia sangre, entró una vez para siempre en el Lugar santísimo, habiendo obtenido eterna redención.” (Hebreos 9:12).

Jesús llevó su propia sangre al cielo por nosotros y ésta no es guardada como monumento conmemorativo. Su sangre es para ser rociada sobre todo aquel que viene a Él en fe.

Debemos proclamar la victoria sin dudar

¿Qué espera Dios una vez que hemos sido rociados con la sangre de Jesús? ¿Estamos obligados a hacer algo por haber sido rociados? ¡Sí lo estamos! Si hemos sido rociados con la sangre de Jesús, estamos encomendados a dos cosas:
 Debemos caminar en paz y sin duda alguna.

Cuando Moisés roció la sangre sobre los pecadores israelitas, ellos nunca dudaron de haber sido perdonados y aceptados por Dios. Ellos confiaron en ese rocío.

Hoy, la sangre que ha sido rociada sobre nosotros no proviene de bueyes, cabras, borregos sino de Cristo, el Cordero de Dios. Sin embargo, nosotros aún tenemos dudas y mayores temores que los israelitas.

Martín Lutero dijo que era blasfemia tomar de regreso todos los pecados que le fueron entregados a Cristo, y yo estoy de acuerdo con él. Es un sacrilegio absoluto el andar en temor, culpa y condenación. Nosotros no debemos decir, “La Biblia dice que por fe yo he sido limpiado, justificado y protegido del poder de Satanás, no obstante yo no puedo creer que tal cosa tan gloriosa sea posible.”

2. Nosotros debemos alabar a Dios con un corazón agradecido y sin dudar.

Nosotros somos encomendados a darle gracias a Dios con alabanzas por la preciosa sangre de Jesús:
“Y no sólo esto, sino que también nos gloriamos en Dios por el Señor nuestro Jesucristo, por quien hemos recibido ahora la reconciliación.” (Romanos 5:11).

“Alegraos en Jehová y gozaos, justos; ¡cantad con júbilo todos vosotros los rectos de corazón!” (Salmo 32:11).
“Bienaventurado el pueblo que sabe aclamarte; andará, Jehová, a la luz de tu rostro.” (Salmo 89:15).
“En gran manera me gozaré en Jehová, mi alma se alegrará en mi Dios, porque me vistió con vestiduras de salvación, me rodeó de manto de justicia, como a novio me atavió y como a novia adornada con sus joyas.” (Isaías 61:10).

Proclamé la victoria de la sangre de Jesús sobre su vida y empiece a adorarle ahora mismo por la promesa de aquel gran día de redención.

Llamar bueno a lo malo

Juan Elías Vázquez

Sin duda, el panorama político de México se ha diversificado. Desde que el “presidencialismo” terminó su era hegemónica, con el abatimiento de 70 años de supremacía priista, concluyó también una época de decisiones unilaterales, asumidas por un solo hombre, partido o fracción política. En la actualidad, sin una mayoría en el Congreso mexicano, no es posible ya imponer a rajatabla reforma o ley alguna. Para que una iniciativa de ley o reforma estructural sea aprobada, es necesaria una impecable labor de cabildeo o convencimiento emprendida por los interesados. Lo que sin duda también representa un avance en el camino hacia la tan llevada y traída democracia moderna. Pero que también pervierte las buenas intenciones de las reformas, debido a los intereses contraídos por quienes buscan aprobación y los que la conceden.

Ese estira y afloja ha escenificado “cruentas” batallas entre los legisladores opositores, lo que, asimismo, nos pone al nivel de las democracias más adelantadas del planeta, que cuando no logran el consenso por medio del diálogo y la negociación arreglan las diferencias a golpes.

A ambas fracciones –si es que solamente son dos– se les ha etiquetado como de derecha e izquierda. La izquierda mexicana (o lo que queda de ella), tradicionalmente marginada y vilipendiada, ha logrado por fin hacer sonar fuerte su voz en el escenario político. Y lo ha hecho con estruendo, consiguiendo la aprobación, en el Distrito Federal, por ejemplo, de la iniciativa de ley que despenaliza el aborto en las primeras 12 semanas de gestación (lo que desaprueba, según la agencia Mitofsky –3 de enero de 2008–, más de 70% de los encuestados en varios estados del país), y recientemente la que aprueba la ortotanasia, o el bien morir. Aunque dentro de los temas pendientes que la izquierda guarda bajo la manga está el derecho a la adquisición de una nueva identidad sexual o la transexualidad.

Desde el punto de vista del discurso políticamente correcto, los esfuerzos ya no para consolidar, sino al menos para mantener un estado de “normalidad”, son percibidos con suspicacia. Entendiendo como normalidad el hecho de que un hombre sea un hombre y una mujer sea mujer, sin más, o que la mujer alumbre al hijo que guarda en su vientre. Asumir esta posición lo etiqueta a uno como conservador o ultraderechista; como un retrógrado enemigo de las minorías.

Los cristianos evangélicos no podemos olvidar que, aunque hemos crecido en número, seguimos siendo una minoría religiosa, cuyo derecho a congregarse y a existir está amparado por la Carta Magna de nuestro país. Nuestra Doctrina y ética moral nos prohíbe discriminar (negar el acceso a la Iglesia) por razones de color, raza, creencias o preferencias sexuales.

De ahí entonces, que los cristianos podríamos, con cierta facilidad, vernos naufragar en la avalancha de información que acarrea la modernidad. Porque, por un lado, convenimos en que la Biblia reprueba que a lo malo se le llame bueno, y establece que a los homicidas y afeminados sin arrepentimiento les espera una condenación eterna; pero, por otro, no tendríamos razón alguna en desear un Estado intolerante hacia las minorías, hacia esas minorías, porque invariablemente terminaríamos en las –ya olvidadas por muchos de nosotros– persecuciones religiosas.

A los hijos de Dios nos queda la certeza –magnífica certeza– de las enseñanzas de la Biblia, la cual, como versa el salmo, es “lámpara a nuestros pies” (Sal 119:105), misma que nos exhorta a no imitar a quienes hacen “cosas dignas de muerte” y menos aún consentir a los que las hacen (Ro 1:32).

Publicado en La Voz del Amado, Año I, Número 8, enero de 2008.

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Generación 12 estrena Avívanos

Canzion

Un año después del lanzamiento de su más reciente álbum, la banda colombiana Generación 12 estrena el corte promocional «Avívanos», primer sencillo que se desprende de su nueva grabación, «Despierta mi corazón», que estará en las tiendas y en formato digital para su compra a mediados de mayo.

«Avívanos»  sigue la tradición rítmica de Generación 12: es un corte de alabanza pop/rock con predominancia de las voces. La letra es una declaración de confianza en Dios, a la vez que es una oración por tener nuevamente el fuego de Dios en el alma. Lorena Castellanos, líder de la banda, comentó sobre«Avívanos»«Se escribió con la finalidad de pedirle a Dios que vuelva a traer el fuego por Él. También hay un sentimiento de felicidad… decimos “Todos vamos a cantar,  a saltar y a gritar:¡Avívanos…!” Esperamos que traiga  ese sentir a cada iglesia que pueda tocar esta canción».

«Avívanos» es parte de «Despierta mi corazón», la nueva producción en CD y DVD de Generación 12, bajo la producción de Julián Gamba, Lorena Castellanos y Anthony Catacoli, grabada en vivo en Bogotá, Colombia. «Despierta mi corazón» se estrenará internacionalmente el martes 15 de mayo, mientras que la promoción de «Avívanos» comienza esta semana en radios.

Tras concentrarse en  la producción de su nuevo material, Generación 12estará de gira por Ecuador y en el verano por los Estados Unidos y Venezuela.

A partir del 15 de mayo Generación 12 publicará tutoriales y los acordes de todas la canciones en su página de Internet. www.generacion12.net

Promesas divinas para épocas difíciles

Magnolia

Hola mis amados:

Saber que el Señor esta a nuestro lado en todo momento, que no nos dejara ni desamparará jamás, que Él ha prometido ser Fiel y lo ha cumplido a cabalidad es una bendición maravillosa, por eso debemos tener la total convicción de esto, porque los infieles somos nosotros y no Él, por tanto si vivimos por fe, le agradamos, es que Él nos la ha dado para que mostremos que le tenemos.

PROMESAS DIVINAS PARA ÉPOCAS DIFÍCILES
Ps. Diego Arbeláez

«Invócame en el día de la angustia; te libraré y tú me honrarás» (Salmos 50:15).
El Señor no siempre ilumina la oscuridad pero si nos guía a través de ella. En la hora de tinieblas, Cristo es mi luz. En la hora de mi caída lamentable, El es mi perdón. En la hora de debilidad, Cristo es mi fuerza, y en la hora de sol y de canciones, El es mi alegría. La siguiente promesa que el Señor hizo a Su pueblo Israel bien puedo aplicarla a mi vida también:

«Cuando pasares por las aguas, Yo estaré contigo; y por los ríos, no te anegarán. Cuando pasares por el fuego, no te quemarás, ni la llama arderá en ti. Así dice el Señor que abre camino en el mar, y senda en las aguas impetuosas… otra vez abriré camino en el desierto y fuentes en la tierra estéril» (Is. 43).

Yo veo aquí cuatro tipos de circunstancias en las que el Señor me promete su ayuda. Puedo contar con su bendición cuando pase por:

Las aguas: Es decir, por circunstancias escalofriantes.

El fuego: Se refiere a circunstancias atormentadoras.

El mar: Señala las circunstancias rudas y tempestuosas.

El desierto: Estas son las circunstancias solitarias y tristes.

En mis caminos no hay puentes; forzosamente he de pasar por las aguas y sentir el ímpetu de los ríos.

Pero en la inundación, la presencia de Dios es mejor que una barca. Seré probado, más saldré victorioso, porque el mismo Dios, más poderoso que las muchas aguas, estará conmigo. Las tristezas de la vida pueden llegar a su colmo, pero el Señor me presta su ayuda adecuada según mis necesidades.

Mis enemigos pueden sembrar mi camino de peligros: Persecuciones crueles, que para mi son como un horno ardiente. Entonces, andaré sobre el fuego. Si Dios está conmigo, no me quemaré; ni siquiera se percibirá en mí el olor del fuego. Yo puedo lograr más con Dios en una hora que en toda la vida sin El.

Dios simpatiza con el que sufre. Tengo fe. No estoy solo. Dios está conmigo. Pronto la oscuridad que me rodea desaparecerá y me veré envuelto como en el despertar de un nuevo día. Entonces prorrumpiré en bendiciones, alabanzas y aleluyas.

Arrojaré al cesto de los papeles inútiles mis desengaños y mis esperanzas fallidas. No pienso en todo el dolor, sino en la belleza que aún queda. Si me siento deprimido cantaré. Si me siento triste reiré. Si me siento enfermo, redoblaré mi trabajo. Si siento miedo, me lanzaré adelante. Si me siento inferior, vestiré mis mejores ropas. Si me siento inseguro, haré una afirmación de fe en alta voz, tal como dice la Biblia : «… diga el débil: fuerte soy» (Joel 3:10). Si siento pobreza, pensaré en riquezas futuras. Si me siento incompetente, recordaré éxitos pasados.

Quieta y calladamente, el Buen Pastor se acerca a mí en este momento. En Su presencia tengo todo cuanto voy a necesitar. El extiende amorosamente Sus manos, las posa sobre mi atormentada frente y me habla. Escucho, Su mensaje me llega a través de un hermoso poema de David que revela lo que es el Señor para una persona abatida. Oigo:

«El Señor es mi pastor, nada me faltará. En lugares de delicados pastos me hará descansar. Junto a aguas de reposo me pastoreará. Confortará mi alma; me guiará por sendas de justicia por amor de su nombre. Aunque ande en valle de sombra de muerte no temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo…» (Sal. 23).

Otra hermosa promesa para mi camino la encuentro en Éxodo 33:14 y dice: «Mi rostro irá contigo y te haré descansar».

¡Preciosa promesa! ¡Que yo tenga suficiente fe para apropiármela! A veces tendré que salir de mi tierra porque no tengo aquí ciudad permanente. Con frecuencia sucede que cuando me siento más feliz en un lugar, soy repentinamente llevado a otra parte. Para este mal tengo un antídoto seguro:

«El Señor me acompañará. Su rostro es Su favor, Su presencia, cuidado y poder que siempre estará conmigo en cada paso de mi vida. Esto significa más de lo que dice; porque realmente El lo es todo. Si Dios está conmigo, poseo el cielo y la tierra. Entonces puedo decir: «¡Ven conmigo, Señor y envíame adonde te plazca!» Una vez que entiendo que Dios esta interesado en mí, la soledad es imposible.

«Yo no sé las respuestas, pero conozco al Señor que sí las sabe»

Sabiendo que Dios es maravilloso y que nadie nos ama como Él, vivamos con gozo y obedeciendo Su palabra, además, nadie nos puede cuidar, guardar y velar por nuestras vidas como Él, así que merece toda gratitud, Honra y Alabanza, que nuestra vida sea una ofrenda para que Él perciba como olor fragante.

Los amo y bendigo en Jesucristo.

MAGNOLIA

Publicado en Cristianos Poéticos

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Las FARC aterrorizan a cristianos

NoticiaCristiana.com

Según el sitio web de Puertas Abiertas, los cristianos de Caquetá en Colombia se han enfrentado a muchos ataques de las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia) como bombardeos, robo de animales y ahora les están impidiendo las reuniones de adoración y oración.

La región está dominada por la guerrilla no sólo por promover el comercio ilegal de drogas, sino por aterrorizar a la población y no sólo a los civiles, sino también al gobierno.

Fuentes del ministerio Open Doors aseguran que las vidas de los cristianos en toda la región que es cada vez más difícil, por lo que están evitando los cultos, incluso en los hogares, los militantes no dejan que se abran nuevas iglesias.

En enero, la casa de un cristiano fue allanada por guerrilleros fuertemente armados, luego la policía llegó y el hombre fue arrestado e investigado por el gobierno. Cuando comprobó que el cristiano no tenía ninguna relación fue soltado. Además, las FARC reclutan jóvenes y por tal motivo esto tiene preocupado a los padres que no quieren perder a sus hijos.

Corintios: luces y sombras

El mensaje de Pablo, el Apóstol de los Gentiles (parte 11)

Juan Elías Vázquez

PRIMERA EPISTOLA DEL APOSTOL SAN PABLO A LOS CORINTIOS

Fechas de las Cartas comentadas hasta el momento en este blog:

  • 1ª Tesalonicenses: año 51 d. C.
  • 2ª Tesalonicenses: Un poco después de la primera Carta.
  • 1ª Corintios: año 54 d. C. Al final de los tres años de residencia de Pablo en Éfeso (Hech 20:31; 1ª Cor 16:5-8).

El propósito:

Esta misiva pone un énfasis importante en la conducta que la nueva criatura en Cristo debe observar. Los corintios habían comunicado antes a Pablo acerca de algunas dudas con respecto al matrimonio y las materias primas, como la carne,  ofrecidas a los ídolos. No obstante, el apóstol también les advierte y enseña con respecto a las divisiones dolorosas que, según había escuchado Pablo, aquejaban a esta iglesia, contiendas y hasta un posible caso de incesto tolerado en el seno de la congregación. Contrario al caso de los Gálatas o los Colosenses, los corintios no habían albergado problemas de herejías o devaneos doctrinales (judaizantes o gnósticos, por ejemplo); el problema de los corintios tenía que ver con el goce de la carne y con una especial, e incorrecta, admiración por la sabiduría de este mundo. Los cristianos de esta parte de la tierra, influenciada poderosamente por la cultura helénica, aún manifestaban debilidad por el culto a la personalidad y el cuerpo, y se deleitaban puerilmente en los dones llamados carismáticos (don de lenguas, milagros).

 

PRIMER CAPITULO:

Versículo 1. Pablo, llamado a ser apóstol de Jesucristo por la voluntad de Dios, y el hermano Sòstenes.

Pablo defiende su apostolado. Su ministerio no es por voluntad humana ni es una especie de cesión dinástica. Todo lo que es Pablo, lo es por la santa gracia de Jesucristo. Por su gracia somos lo que somos en Cristo.

Versículo 2. A la iglesia de Dios que está en Corinto, a los santificados en Cristo Jesús, llamados a ser santos con todos los que en cualquier lugar invocan el nombre de nuestro Señor Jesucristo, Señor de ellos y nuestro:

Con referencia a este versículo, Scofield comenta: “El más débil, ignorante y falible entre los cristianos tiene en la gracia precisamente las mismas relaciones que disfruta el más ilustre de los santos. Toda la obra subsecuente de Dios en favor del cristiano, la aplicación de la Palabra a la conducta y a la conciencia (Jn. 17:17; Ef. 5:26), el castigo divino y paternal (1ª Cor 11:32; He 12:10), el ministerio del Espíritu (Ef. 4:11, 12), las pruebas y problemas en el camino (1ª Pe 4:12, 13), y la final transformación cuando Cristo venga, todo esto tiene por objeto conformar el carácter del creyente con su exaltada posición en Cristo. El cristiano crece en gracia, no hacia la gracia”.

Versículo 3. Gracia y paz a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo.

Versículo 4. Gracias doy a mi Dios siempre por vosotros, por la gracia de Dios que os fue dada en Cristo Jesús.

Versículo 5. Porque en todas las cosas fuisteis enriquecidos en él, en toda palabra y en toda ciencia.

Versículo 6. Así como el testimonio acerca de Cristo Jesús ha sido confirmado en vosotros.

Versículo 7. De tal manera que nada os falta en ningún don, esperando la manifestación de nuestro Señor Jesucristo.

Versículo 8. El cual también os confirmará hasta el fin, para que seáis irreprensibles en el día de nuestro Señor Jesucristo.

Versículo 9. Fiel es Dios, por el cual fuisteis llamados a la comunión con su Hijo Jesucristo nuestro Señor.

Con relación a este conjunto de versículos, otra vez leemos a Scofield: “Los vs. 2-9, en contraste con vs. 10-13, ilustran una distinción que se hace constantemente en las Epístolas entre la posición que el creyente tiene en Cristo Jesús en la familia de Dios, y su conducta o condición actual”. Nosotros opinamos, en concordancia con el autor citado, que la nueva criatura en Cristo ha sido llamada para ser considerada como “santa”, por la gracia recibida de Dios y Cristo, y con ella todos los que en cualquier lugar invocan el nombre de nuestro Señor Jesucristo. El cristiano ha sido santificado o “apartado” para el servicio de Dios, y en ello no cuenta la condición o conducta actual del ser redimido. Debe considerarse además, que la santificación supone un proceso gradual, evolutivo. Pues Pablo no hizo distinción; no comentó: “Los que se portan bien son llamados santos”. Esta aclaración es pertinente tomando en cuenta la conducta escandalosa en que habían caído varios de los hermanos de Corinto, cometiendo pecados que ni aun entre los gentiles se nombraban. A pesar de ello, Pablo les llama santos.

Versículo 10. Os ruego, pues, hermanos, por el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que habléis todos una misma cosa, y que no haya entre vosotros divisiones, sino que estéis perfectamente unidos en una misma mente y en un mismo parecer.

Pablo entra en materia. Les conmina dulcemente a dejar atrás las divisiones que ya han comenzado a causar un efecto pernicioso en la iglesia de Corinto. El sentir y el pensar deben constituir parte de un mismo corazón, de una mente cristiana y por tanto colectiva.

 

Versículo 11. Porque he sido informado acerca de vosotros, hermanos míos, por los de Cloe, que hay entre vosotros contiendas.

La preocupación del apóstol vertida en el versículo anterior se debe a estos informes. Pablo hace bien en mencionar la fuente de esos informes, no les hace creer a los corintios que ha adivinado ni escribe “por ahí me dijeron”. ¿Por qué razón contendían los hermanos corintios?

Versículo 12. Quiero decir, que cada uno de vosotros dice: Yo soy de Pablo, y yo de Apolos; y yo de Cefas; y yo de Cristo.

En una iglesia bien comprometida no es válido ni siquiera recalcar: “yo soy de Cristo”. Tener que declararlo manifiesta que existe un grave problema de unidad confesional. Aparentemente, los corintios pensaban que debían su obediencia o fidelidad a aquellos siervos de Dios de quienes habían recibido los sacramentos o una enseñanza poderosa. Como si la vida comunitaria pudiera escindirse en “escuelas” al estilo pagano. “Yo soy de Apolos, porque me persuade su método de exposición de la Palabra”; o “de Pedro, porque su prestigio como columna de la Iglesia le da lustre a mi condición congregacional”, etcétera.

Versículo 13. ¿Acaso está dividido Cristo? ¿Fue crucificado Pablo por vosotros? ¿O fuisteis bautizados en el nombre de Pablo?

Los corintios divisionarios estaban muy cerca de traspasar los límites de la simple admiración o conformidad. Decir “yo soy de Pablo” significaba también confesar “por Pablo me he salvado” o todavía más grave: “Pablo es mi salvador”, o “el único digno de administrarme los sacramentos”. El apóstol percibe con claridad el riesgo y detiene este impulso corrosivo. La persona de Cristo no está partida en pedacitos como para que los corintios quisieran dividir en facciones la iglesia. Pablo no tuvo ningún mérito en la salvación de la iglesia ni redimió con su sangre a los pecadores como para merecer que en su nombre pudiera obrarse alguna salvación. El Cuerpo de Cristo es indivisible y el bautismo en el nombre de Jesús es el único válido.

Versículo 14. Doy gracias a Dios que a ninguno de vosotros he bautizado, sino a Crispo y a Gayo.

Con la excepción de los dos hermanos mencionados, Pablo no había bautizado a ninguno más de entre los corintios. Pablo no había sido enviado a bautizar, como él mismo lo dice enseguida, sino a predicar las buenas nuevas. Sin embargo, el siervo de Dios debió haberse detenido en hacerlo, en parte también, para no despertar celos o herir alguna susceptibilidad.

Versículo 15. Para que ninguno diga que fuisteis bautizados en mi nombre.

Esta declaración zanja asimismo por anticipado cualquier polémica que pudiera suscitarse por preferir, por ejemplo, que un ministro en especifico sea el que administre el bautismo; o la herejía conocida como el donatismo, surgida en la Edad Media, que proclamaba la invalidez de los sacramentos que administraron los sacerdotes ordenados por los obispos que habían claudicado (entregando los libros sagrados a los magistrados del emperador Diocleciano) ante la persecución imperial. Agustín de Hipona, por entonces campeón de la ortodoxia cristiana, afirmó el fundamento cristológico al determinar: que la Iglesia no ejerce un poder (potestas) sino un servicio (ministerium) en materia de sacramentos.

Versículo 16. También bauticé a la familia de Estéfanas; de los demás, no sé si he bautizado a algún otro.

Versículo 17. Pues no me envió Cristo a bautizar, sino a predicar el evangelio; no con sabiduría de palabras, para que no se haga vana la cruz de Cristo.

Pablo evitaba realizar aquellas funciones que pudieran distraerle innecesariamente de su principal ministerio: la predicación del santo evangelio. Si había ministros ordenados para administrar el bautismo, que ellos lo hicieran. El apóstol dedica la totalidad de su ser a la predicación. No en su nombre ni con palabras de ornato ni áridas disquisiciones filosóficas; al contrario, predicaba con claridad y sencillez, con el propósito de hacer brillar la verdad de “la palabra de la cruz”.

Versículo 18. Porque la palabra de la cruz es locura a los que se pierden; pero a los que se salvan, esto es a nosotros, es poder de Dios.

La palabra de la cruz es, por definición, un absurdo; un símbolo de perdición para el mundo romano y para la ley mosaica. En cambio, la muerte de Cristo en la cruz significa para el ser redimido el medio por el cual la justicia de Dios hizo salvo al creyente. Tertuliano, un padre de la Iglesia, exclamó, con toda razón: “¡Creo, porque es absurdo!”.

Versículo 19. Pues está escrito: Destruiré la sabiduría de los sabios. Y desecharé el entendimiento de los entendidos.

La “locura de la cruz” representa, pues, un misterio para este mundo. La sabiduría y el entendimiento humanos son incapaces de asimilar la humillación de Dios en Cristo, así como el hecho de que Dios haya permitido la vergüenza y muerte de su Hijo amado. Y que por esa muerte sacrificial, de un precio tan elevado, hayan sido comprados los hijos de los hombres, tan insignificantes y venidos a menos. Pablo utiliza las palabras de Isaías (29:14) para fundamentar el enaltecimiento de los creyentes y la ruina paulatina de los poderosos de la tierra.

Versículo 20. ¿Dónde está el sabio? ¿Dónde está el escriba? ¿Dónde está el disputador de este siglo? ¿No ha enloquecido Dios la sabiduría del mundo?

De “lo necio del mundo escogió Dios, para avergonzar a los sabios, y lo débil del mundo escogió Dios para avergonzar a lo fuerte”, dice Pablo en el versículo 27 de este capítulo. Los corintios debían entender que su pertenencia al Cuerpo de Cristo se iba a desarrollar bajo normas esencialmente diferentes a las que regían en el mundo griego. Los cristianos no podían sentirse subyugados por la elocuencia de la retórica o a través de ofertas materiales deslumbrantes. Los cristianos de Corinto debían reconocer que entre ellos no abundaban los sabios, según la ciencia mundana, ni los ricos. Dios deshizo “lo que es” escogiendo “lo que no es”, según los estándares de este mundo. Porque es un hecho que en el reino de los cielos lo derecho del mundo está torcido.

Versículo 21. Pues ya que en la sabiduría de Dios, el mundo no conoció a Dios mediante la sabiduría, agradó a Dios salvar a los creyentes por la locura de la predicación.

Toda la sabiduría del mundo no es suficiente para descubrir la existencia de Dios ni mucho menos para lograr entrar en el reino celestial. Ni los atenienses con toda su sabiduría filosófica fueron capaces de conocer a Dios, lo más que pudieron declarar fue debe existir un dios no-conocido. Pablo, mediante la “locura de la predicación”, reveló que el Deo ignoto que medio vislumbraron los de Atenas, era el Dios que él les predicaba.

Versículo 22. Porque los judíos piden señales, y los griegos buscan sabiduría.

La Palabra divina es el legado eterno de Dios para el creyente. Trasciende su propio tiempo y espacio para seguir impactando el corazón de los que habían de creer posteriormente. Pues aún existen cristianos que dicen: “si Dios me muestra tal o cual milagro entonces ya no tendré dudas de su poder”. O también, “si Dios me sana –o sana a mi hijo, mi esposa, etc.-, le serviré con toda mi alma”. Es reprobable buscar a Dios a través de la sabiduría o la ciencia, como lo es también buscarlo mediante un pensamiento falsamente piadoso.

Versículo 23. Pero nosotros predicamos a Cristo crucificado, para los judíos ciertamente tropezadero, y para los gentiles locura.

Pablo parece decir: “Nosotros creemos firmemente en ese Cristo descalificado por el pensamiento sensato de esta tierra. Los judíos no pueden creer que Dios tenga un Hijo, menos aún que su Padre haya dejado a los paganos que lo asesinaran; en lo que respecta a los gentiles, Dios debía preferir como hijos suyos a los ciudadanos más brillantes de este mundo”.

Versículo 24. Mas para los llamados, así judíos como griegos, Cristo poder de Dios, y sabiduría de Dios.

No hay acepción de personas para Dios. Judíos y griegos han sido redimidos por Cristo y traídos al conocimiento de Dios. La más grande sabiduría y el poder más omnímodo de la tierra, palidecen delante del poder y la ciencia de Dios:

Versículo 25. Porque lo insensato de Dios es más sabio que los hombres, y lo débil de Dios es más fuerte que los hombres.

No hay punto de comparación entre el cielo y la tierra; entre los designios de Dios y las determinaciones de los hombres. Lo más pequeño de Dios no cabe en todo el universo.

Versículo 26. Pues mirad, hermanos, vuestra vocación, que no sois muchos sabios según la carne, ni muchos poderosos, ni muchos nobles.

Versículo 27. Sino que lo necio del mundo escogió Dios para avergonzar a los sabios; y lo débil del mundo escogió Dios, para avergonzar a lo fuerte.

Conforme la Iglesia crecía en número y el cristianismo se iba extendiendo por todo el mundo, se iban sumando creyentes de todas las condiciones sociales, así como no pocas personas de reconocida inteligencia. Esta circunstancia histórica, y hasta teológica, no debe modificar en lo más mínimo el concepto bíblico: No importa que tan rico, sabio o poderoso sea un cristiano, su obra y diademas deben ser arrojadas constantemente a los pies de Cristo, de manera que lo único que siempre reluzca sea la alteza Divina.

Versículo 28. Y lo vil del mundo y lo menospreciado escogió Dios, y lo que no es, para deshacer lo que es.

No debía quedar ninguna duda a los corintios: El fuerte, el osado, confía en la fortaleza de su mano y en las piernas de sus caballos. Esa gallardía que es aplaudida en el mundo, representa un obstáculo para el creyente. El cristiano no puede decir “es por mi espada o mi fuerza”; o “Dios escogió a mi nación por ser la más poderosa de la tierra”.

Versículo 29. A fin de que nadie se jacte en su presencia.

Versículo 30. Mas por él estáis vosotros, en Cristo Jesús, el cual nos ha sido hecho por Dios sabiduría, justificación, santificación y redención.

A cambio del reconocimiento de la sabiduría y la alteza divina, Dios nos ha dado en Cristo todas las fortalezas de las cuales carece el mundo vano.

Versículo 31. Para que, como está escrito, el que se gloríe, gloríese en el Señor.

FIN DEL CAPITULO 1.

La horca

Marbella Caribe

En el Medio Oriente existió un hombre muy rico que poseía muchos bienes, una gran estancia, mucho ganado e innumerables empleados. Tenía solamente un hijo, su único heredero. Lo que más le gustaba al hijo era hacer fiestas, estar con sus amigos y ser adulado por ellos.

El amoroso padre siempre le advertía al joven acerca de sus amigos, que sólo estarían a su lado mientras él tuviese algo qué ofrecerles; después, lo abandonarían.

Un día, el padre, ya muy avanzado en edad, ordenó a sus empleados que construyeran un pequeño establo. Una vez construido, el anciano preparó una horca y, junto a ella, una placa con la siguiente frase escrita:

“Para que nunca desprecies las palabras de tu padre”.

Más tarde, llamó a su hijo, lo llevó hasta el establo y le dijo: “Hijo mío, yo ya estoy viejo. Cuando yo muera, tú te encargarás de todo lo que es mío…

“Pero, ¿sabes? Yo ya sé cual será tu futuro. Vas a dejar la estancia en manos de los empleados y poco a poco vas a gastar todo el dinero con tus amigos. Venderás todos los bienes para sustentarte y, cuando no tengas más nada, tus amigos se apartarán uno por uno de ti. Sólo entonces te arrepentirás amargamente por no haberme escuchado. Fue por esto que construí esta horca.

“¡Esta horca es para ti!»

“Quiero que me prometas que si sucede lo que yo te dije, te ahorcarás aquí en ella.”

El joven se rió, y pensó que esto era realmente absurdo, pero para no contradecir a su anciano padre, le prometió que así lo haría, pensando que eso jamás sucedería.

El tiempo pasó, y una mañana, el padre murió. Su hijo se hizo cargo de todo.

Pero tal y como el anciano padre había previsto, el joven gastó todo, vendió los bienes, perdió a sus amigos y hasta la propia dignidad.

Desesperado y afligido, comenzó a reflexionar sobre su vida y vio que había sido un tonto.

Entonces se acordó de las palabras de su padre y comenzó a decirse: “¡Ah, padre mío..! Si yo hubiese escuchado tus consejos…  Pero ahora es demasiado tarde.”

Apesadumbrado, entre lágrimas, el joven levantó la vista y entonces el establo apareció delante de sus ojos. Con pasos lentos, se dirigió hasta allá. Al entrar, vio la horca y la placa llena de polvo.

Un pensamiento cruzó repentinamente por su cabeza. “Yo nunca seguí las palabras de mi padre. No pude darle ni un momento de alegría mientras él estaba vivo, pero al menos esta vez haré su voluntad. Voy a cumplir la promesa que le hice. Ya no me queda nada y ya no tengo nada más qué perder…”

Lentamente subió uno a uno los escalones y se colocó la cuerda en el cuello y entonces pensó: “Ah, si yo tuviese una nueva oportunidad…”

Sin querer pensarlo más, se tiró desde lo alto de los escalones y por unos instantes sintió que la cuerda apretaba su garganta… “Es el fin”, pensó.

Pero el brazo de la horca estaba hueco y se quebró fácilmente con el peso del hombre, que cayó al piso.

Sobre él cayeron joyas: esmeraldas, perlas, rubíes, zafiros y brillantes. Muchos brillantes…

¡La horca estaba llena de piedras preciosas! Entre lo que cayó se encontraba una nota. En ella estaba escrito: “Esta es tu nueva oportunidad. ¡Te amo mucho! Con amor, tu viejo padre.”

¿No te es conocida esta historia? Porque Dios es exactamente así con nosotros.

Cuando nos arrepentimos, podemos ir hasta él. Él nunca nos dejará “colgados”, como sí lo hacen hasta nuestros “mejores amigos”.

En Cristo Jesús siempre hay una nueva oportunidad. ¡Dios te ama, joven! No desperdicies tu vida en cosas inútiles. Cuando la vida parezca ya no tener sentido, recuerda que junto con el perdón de Dios hallarás a sus pies joyas, miles de joyas espirituales y valiosas que le darán un nuevo sentido a tu vida. Que Dios te bendiga.

Publicado en Cristianos Poéticos.

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A la sombra del Eterno

Librero

Tu Padre celestial desea guiarte a remansos de gozo, libertad y perdón. Te grita: ¿Dónde estás? ¿Querrás responderle?

En su libro Al abrigo del Altísimo, Cynthia Helad explora de Dios la incansable y apasionada búsqueda de personas que ama. Escucha Su Palabra y disfruta Su amor, mientras Cynthia te pone 24 dichos del Altísimo. Cada reflexión te llevará a un breve análisis del pasaje, a preguntas que te ayudarán a apropiarte de la Palabra de Dios, y a una breve oración de respuesta.

Estas lecturas bíblicas son para quien tiene poco tiempo, pero mucho deseo de crecer en conocimiento y sabiduría. Que Dios te ponga bajo su abrigo, lugar de refugio y protección, y te revele Su manera de actuar y carácter. Dios anhela que vayas ante Su presencia; quiere saciar tu sed más profunda, satisfacer tus anhelos y llenarte de poder.

Al abrigo del Altísimo, con firmes enseñanzas bíblicas, convincentes argumentos y anécdotas te ayudará a establecer una profunda intimidad con Dios.

Publicado en La Voz del Amado, Año I, Número 8, enero de 2008.

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Nuevo sencillo de Josué del Cid

Para continuar la promoción de su primer álbum, el salmista Josué Del Cid lanza el sencillo «Con nuestra alabanza», un alegre corte pop con un sonido netamente latino, completado con una sección de metales.

«Con nuestra alabanza» fue compuesto por Josué en base a una idea que tuvo durante una gira con Marcos Witt, con quien viaja como tecladista, mientras estaba en el aeropuerto de Santiago en Chile. A pesar de la clara influencia pop en su música, Josué Del Cid disfruta mucho de los ritmos latinos, particularmente las percusiones, de ahí que eligiera fusionar estilos tropicales para este corte. «Lo primero […] fue la línea musical de la introducción, lo cual resonaba en mi mente hasta llegar a casa. Al sentarme en el piano comencé a tocarla y me inspire a componer una canción que fuera de alabanza con sabor o swing latino bien marcado», explica Josué.

Josué Del Cid describe este tema como un salmo moderno. «En los salmos vemos palabras de exaltación a Dios por sus obras, maravillas, y creación. También los salmos nos animan a alabar a Dios con instrumentos, nuestras voces, palmas y danza. De la misma forma, en esta canción incluyo palabras que incitan a las personas a alabar a Dios con alegría y todo su ser», dice Josué.

Lo que distingue a «Con nuestra alabanza» de otros tracks en el álbum debut de Josué Del Cid, «Es el tiempo», fueron los metales en vivo —elemento clave para muchos estilos latinos— que fueron grabados en Venezuela e incorporados posteriormente en la mezcla, que se hizo en Texas. «Con nuestra alabanza» tiene ligeros toques de reggaetón y salsa fusionados de una manera discreta sin perder el sonido pop. Adalberto Betancourt, director musical de la banda de Josué y quien tuvo a su cargo el arreglo de los metales, comenta sobre el sencillo: «Fusiona dos estilos tropicales sin dejar de usar  matices pop, expresando mucha alegría, alabanza y pasión. El arreglar esta canción fue emocionante, porque había que trasmitir mucha fuerza…el tema lo pedía. Era expresar con instrumentos de percusión y trompetas toda la fuerza que significa alabar a Dios».

La motivación del joven salmista de ascendencia salvadoreña para componer y entonar sus canciones no es sólo motivar a que el pueblo de Dios se regocije. «Estoy seguro que le ponemos una sonrisa al Señor y alegramos su corazón al nosotros regocijarnos en él y alabarle con todo nuestro ser », comenta Josué. «Siento que es importante que no se nos olviden nuestras raíces musicales latinas y adaptarlas a nuestras canciones de alabanza de vez en cuando», concluye.

Durante los últimos meses, Josué Del Cid ha viajado por Canadá, Colombia, Venezuela, Bolivia, Argentina, y Brasil, para presentar su música en varios eventos e iglesias. Próximamente hará una visita promocional a Miami para atender a los medios de comunicación durante Expolit y viajará también a diversas ciudades de los Estados Unidos, como parte de la gira «25 Concierto Conmemorativo» de Marcos Witt, al igual que lo hará en Perú.

Fe multiplicada

Assaillant de Tombeaux

Digo, pues, por la gracia que me es dada,
a cada cual que está entre vosotros,
que no tenga más alto concepto de sí que el que debe tener,
sino que piense de sí con cordura,
conforme a la medida de fe que Dios repartió a cada uno.
Romanos 12.3

Cada creyente ha recibido una medida de fe y es responsabilidad de cada uno hacerla crecer.

La fe agrada a Dios, la fe mueve la mano de Dios, la fe trae provisión y hace que milagros sucedan!!.

¿Y qué es la fe? Es la habilidad de creer en Dios y en sus promesas. Es un poder espiritual extraordinario que nos permite vivir y obtener lo que ya Él nos ha otorgado por medio de Jesús.

Ese poder está en nosotros y debemos alimentarlo mediante el conocimiento de la Palabra y activarlo con la acción.

Usted_debe_cuidar _lo_que_oye_porque_lo_que _oiga_se_le_añadirá.

Si usted escucha reportes de temor todo el día, terminará creyendo que el mal puede tocarlo y actuando temerosamente. Ahora, si por el contrario, busca lo que dice Dios acerca del temor (Isaías 54:14-15,17; Salmo 112:7)y deja que esta palabra repercuta más fuerte en su interior de lo que dice el entorno, entonces usted caminará libre porque sabe que su Padre celestial lo está cuidando.

No se permita fracasar. Busque en la Palabra la herencia de bendición que usted tiene: la herencia de salud, de prosperidad de armonía familiar y afirme su corazón en estas verdades. Luego haga crecer su fe por medio de la acción.

Recuerde lo que dijo Jesús:… Si tuviérais fe como un grano de mostaza, podríais decir a este sicómoro: Desarráigate, y plántate en el mar; y os obedecería. (Lucas 17.6)

Él comparó la fe con una semilla y la semilla para que se multiplique hay que sembrarla. Siembre palabras de fe sobre su vida, su familia, su ministerio y camine confiado en esas promesas. Dios no cambia. Verá como cada día su fe crece y levanta su vida a un nivel de éxito y de victoria.

El justo por la fe vivirá.

Oración: Padre gracias, me has dado ese poder espiritual tan grande que es la fe, la haré crecer creyendo a tu Palabra y actuando en ella. Sé que esto te agrada y que me ayudarás en cada paso. Gracias, en el nombre de Jesús. Amén.

Publicado en Cristianos Poéticos.

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México, primer país en adoptar Alerta Amber

Ante la inminente necesidad de que un menor sea recuperado, el primer miércoles de mayo, con sede en el Palacio Postal de la Ciudad de México, entró en vigor la Alerta Amber, la cual tiene el objetivo de responder de manera inmediata en caso de la desaparición de un niño, niña o adolescente.

El sistema de Alerta Amber nació en Estados Unidos y hoy se aplica en diez países, siendo México el primero en América Latina, debido a la unión entre el gobierno federal, los gobiernos estatales y los medios de comunicación.

“La alerta será efectiva en la manera que denuncien la desaparición de los menores, es para que los ciudadanos sean nuestros ojos y oídos, para que las organizaciones de la sociedad civil estén alertas a ello”, advirtió

Margarita Zavala, esposa del Presidente, en presencia del embajador de Estados Unidos en México, Anthony Wayne; la procuradora general de la República, Marisela Morales; la comisionada de la Policía Federal, Maribel Cervantes; el secretario de Comunicaciones y Transportes, Dionisio Pérez Jácome; la procuradora Social, Sara Irene Herrerías, y el subsecretario de Gobernación, Max Alberto Diener Sala.

01 800 00 854 00 es el número para que los padres de familia y/o cualquier adulto denuncien la desaparición de los menores de 18 años preferentemente durante las tres primeras horas del hecho, reportando las señas particulares y todos los datos necesarios para el rescate, como fotografías recientes y huellas digitales.

En su oportunidad, la diputada Rosi Orozco, impulsora del proyecto Alerta Amber junto con el subsecretario Zamora y el entonces secretario Blake, quienes perdieron la vida lamentablemente el pasado 11 de noviembre, dijo “hoy es un gran día para México igual que la semana pasada que se aprobó la Ley General contra la Trata de Personas, la Alerta Amber logrará que se recuperen más rápido y con mayor eficacia los niños, niñas y jóvenes desaparecidos”.

Además, puntualizó, Amber, en conjunto con esa Ley provocarán indudablemente un apoyo incomparable en beneficio de los menores desaparecidos que se encuentran en manos de la delincuencia, así como para los padres de familia que viven una pesadilla mientras están lejos de sus hijos e hijas”.

Pablo advierte contra hombres desordenados

El mensaje de Pablo, el Apóstol de los Gentiles (parte 10)

Juan Elías Vázquez

SEGUNDA EPISTOLA DEL APOSTOL SAN PABLO A LOS TESALONICENSES

CAPITULO 3.

Versículo 1. Por lo demás, hermanos, orad por nosotros, para que la palabra del Señor corra y sea glorificada, así como fue entre vosotros.

Pablo apóstol, comienza este tercer capítulo rogando las oraciones del pueblo, pues su temor más grande es salir reprobado o ser un mal ejemplo. De manera implícita, también, les advierte a los tesalonicenses que hasta ahora él no ha actuado con doblez con el propósito de que los demás actúen rectamente.

Versículo 2. Y para que seamos librados de hombres perversos y malos; porque no es de todos la fe.

La predicación con el ejemplo es fundamental para el siervo de Dios. Es estrictamente necesario que los hijos de Dios no permitan la gestación de males espirituales y que combatan con denuedo la muy probable infección del Cuerpo de Cristo, a través de hombres que sin ningún escrúpulo intentan debilitar las defensas de la verdadera fe.

Versículo 3. Pero fiel es el Señor, que os afirmará y guardará del mal.

La alerta, si bien es precisa, no evidencia alguna fragilidad del poder de Dios. Fiel es el Señor, aunque infieles nosotros, para afirmarnos en la verdad y guardarnos de las asechanzas de la mentira y la maldad en general.

Versículo 4. Y tenemos confianza respecto a vosotros en el Señor, en que hacéis y haréis lo que os he mandado.

No cabe la duda en el corazón de Pablo; el remanente fiel, los verdaderos hijos del Reino, están haciendo y harán lo que conviene a la sana doctrina de Jesucristo.

Versículo 5. Y el Señor encamine vuestros corazones al amor de Dios, y a la paciencia de Cristo.

Versículo 6. Pero os ordenamos, hermanos, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que os apartéis de todo hermano que ande desordenadamente, y no según la enseñanza que recibisteis de nosotros.

La enseñanza del Apóstol trasciende su propio contexto espiritual e histórico. La ordenanza se ha abierto como un abanico que ventila sus aires renovadores hacia la iglesia del pasado, del presente y de la que aún está por venir. “Apártate de las vanas conversaciones que corrompen irremisiblemente la verdad de Cristo”, parece advertir el siervo de Dios. Si la iglesia no hubiera, desde sus más tempranos inicios, conservado la pureza del evangelio, la iglesia ya no existiría. Pablo ordena no andar desordenadamente. Es la potencia de la Palabra, que vence la persistencia de las plagas inducidas por el maligno.

Versículo 7. Porque vosotros mismos sabéis de qué manera debéis imitarnos; pues nosotros no anduvimos desordenadamente entre vosotros.

Pablo ha sido el único cristiano autorizado para decir estas palabras: “Sed imitadores de mí, así como yo de Cristo” (1ª Cor 11:1); “Por tanto, os ruego que me imitéis”, había dicho un poco antes en esa misma Carta (1ª Cor 4:16). Porque el que escucha los engaños y estratagemas propagados por un corazón infectado por el mal, está en grave riesgo de convertirse en hacedor de maldades (3ª Juan 11). No hay otro camino para permanecer en un cristianismo genuino que imitar con toda fidelidad las enseñanzas de Cristo. Por un proceso de imitación, no mecánico sino vivificado por el Espíritu de Dios, el alma se mantiene en una verdad que dinamiza su diario vivir; que lo activa para ser un hombre de verdad, poderoso en la Palabra y un buen árbol que da frutos.

Versículo 8. Ni comimos de balde el pan de nadie, sino que trabajamos con afán y fatiga día y noche, para no ser gravosos a ninguno de vosotros.

Es un tanto difícil de comprender cómo le hacía Pablo para predicar el evangelio con tanta dedicación y a la vez trabajar materialmente para tener el sustento diario. Sabemos que conocía un oficio y que su cuna había sido próspera. No era por tanto un hombre inútil ni desamparado familiarmente. Los pocos ratos durante el día y hasta altas horas de la noche, debieron ser los horarios de trabajo de Pablo. Su talento material, y el espiritual, por supuesto, había sido puesto a los pies de Cristo. Pablo vivía para Cristo, incluso en la carne. Su ejemplo es irreprochable.

Versículo 9. No porque no tuviésemos derecho, sino por daros nosotros mismos un ejemplo para que nos imitaseis.

Además de irreprensible, su testimonio es justo. Porque el obrero digno es de su jornal diario. Pero Pablo no ha deseado bajo ningún concepto significar una carga económica para la iglesia, aunque por ley tuviera derecho a recibir ofrenda. Al apóstol también le concierne dejar un ejemplo de justicia y de ética fraternal. ¡Trabajen en lo material, pues el dinero responde a todo!

Versículo 10. Porque también cuando estábamos con vosotros, os ordenábamos esto: Si alguno no quiere trabajar, tampoco coma.

Fuente medular de la ética paulina, este versículo conmina al trabajo duro y gozoso, no como “sirviendo al ojo” sino al Señor. La razón original de esta sentencia forma parte también importante de los propósitos principales de esta segunda Carta. A Pablo le habían llegado noticias de que un grupo de hombres desordenados había dejado el trabajo con el pretexto de una inminente venida de Cristo. El que no trabaje y ande entrometiéndose en lo ajeno, no le den de comer; que él busque su propio sustento. El siguiente versículo da cuenta puntual de esta preocupación del apóstol:

Versículo 11. Porque oímos que algunos de entre vosotros andan desordenadamente, no trabajando en nada, sino entreteniéndose en lo ajeno.

Versículo 12. A los tales mandamos y exhortamos, por nuestro Señor Jesucristo, que trabajando sosegadamente, coman su propio pan.

El que no trabaje y ande metiéndose en lo ajeno o visitando inoportunamente otras casas, no le den de comer; que él busque su propio sustento.

Versículo 13. Y vosotros, hermanos, no os canséis de hacer el bien.

Pero por ninguna razón, hermanos fieles a Cristo, se cansen de ser generosos.

Versículo 14. Si alguno no obedece a lo que decimos por medio de esta carta, a ése señaladlo, y no os juntéis con él para que se avergüence.

La advertencia va en dos sentidos: Esta Carta es legítima, signada por el apóstol; pero si por alguna circunstancia, a pesar de ser palabra de verdad, no es obedecida: la iglesia tiene la responsabilidad de señalar al tal para que por medio de la vergüenza de su alma proceda al arrepentimiento de su mal acción, y el alma se salve.

Versículo 15. Mas no lo tengáis por enemigo, sino amonestadle como a hermano.

La enseñanza de verdad obra también en justicia. Porque la misión de Jesucristo ha sido y será para vida eterna y no para perdición de los hijos pecadores. La amonestación debe ser clara, pero nunca despojada de la piedad y el amor fraternal.

Versículo 16. Y el mismo Señor de paz os dé siempre paz en toda manera. El Señor sea con todos vosotros.

Seguid la paz con todos; los conflictos entre hermanos minan insidiosamente la Casa.

Versículo 17. La salutación es de mi propia mano, de Pablo, que es el signo en toda carta mía; así escribo.

Pablo no quiere dejar ninguna duda acerca de la autenticidad de esta Carta. Esta forma de “signar” del apóstol caracteriza a sus demás Epístolas, y sirve de criterio irrefutable para afirmar: esta Carta fue escrita por san Pablo.

Versículo 18. La gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con todos vosotros. Amén.

El bendito saludo y despedida cristianos.

 

FIN DE LA SEGUNDA CARTA A LOS TESALONICENSES.

DVD para jóvenes

Música Viva

Para los brothers vanguardistas y exigentes, un DVD con la más explosiva mezcla de rock: Relient K, Kutless, Sanctus real, etc. Los mejores grupos muestran sus más impactantes videos en este DVD. Si no lo adquieres hoy, mañana puede ser demasiado tarde.

(Cada año a partir de 2005 se realiza una recopilación de los mejores videos de los grupos cristianos de mayor éxito, incluyendo la edición de este 2012.)

Publicado en La Voz del Amado, Año I, Número 8, enero de 2008.

Christian rock hits! The videos 2007

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Ritmo con madurez espiritual

Música Viva

En esta producción, Ralphy Rodríguez nos presenta la madurez que ha adquirido, no solamente en lo musical, sino también en su intimidad con Dios.

El estilo pop contemporáneo que le impone a este nuevo álbum marca un antes y un después dentro de su ministerio. «Voy a Ti» definitivamente es un disco que no debe faltar en tu colección.

Publicado en La Voz del Amado, Año I, Número 8, enero de 2008.

 

 

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Las personas enamoradas de Dios, no envejecen nunca

Marbella Caribe

«Tres formas hay de silencio:
el primero es de palabras,
el segundo de deseos
y el tercero de pensamientos.

El primero es perfecto,
más perfecto es el segundo y
perfectísimo el tercero.

En el primero, de palabras, se alcanza la virtud;
en el segundo, de deseos, se consigue la quietud;
en el tercero, de pensamientos, el interior recogimiento.

No hablando, no deseando, ni pensando,
se llega al verdadero y perfecto silencio místico
en el cual habla Dios con el alma;
se comunica y le enseña en su más íntimo fondo
la más perfecta soledad y alta sabiduría».

Aún el necio, cuando calla, es contado por sabio;
El que cierra sus labios es entendido.
Proverbios 17:28

Publicado en Cristianos Poéticos

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