Escudriñando las sendas antiguas en un mundo posmoderno

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Diputados despenalizan el adulterio

BuenasNoticiasNavidad

Olga Miranda

El pasado 30 de abril, el pleno de la Cámara federal de Diputados despenalizó el adulterio, basándose en el argumento de que era un delito prácticamente imposible de demostrar y con un tratamiento penal divergente en el país.

Fue aprobada en San Lázaro con 301 votos en favor, 31 en contra y ocho abstenciones. La controvertida reforma, que deroga un artículo del Código Penal Federal, fue turnada al Senado.

En tribuna, la diputada Maricela Contreras Julián, del PRD, destacó que se requiere homologar los códigos penales y civiles en los estados, pues actualmente tienen preceptos que afectan de forma directa a las mujeres y en algunos casos solapan la violencia intrafamiliar.

Se argumentó que desde 2004 no se ha condenado a ninguna persona en México por el delito de adulterio, pues los requisitos para que un juez determine o tipifique el delito son prácticamente imposibles de presentar.

Se destaca que en algunas legislaciones de los estados el adulterio es considerado delito; en otras, se le incluye entre las causales de divorcio.

La discusión se centra en que las leyes mexicanas requieren la comprobación del adulterio in fraganti y con escándalo, o en la casa conyugal, lo que es difícil de comprobar. “Difícilmente podríamos considerar algún caso en materia federal, en el que pudiese ser aplicable esa norma”, explica.

El adulterio es la práctica voluntaria de relaciones sexuales entre una persona casada, ya sea mujer u hombre, y otra que no sea su cónyuge.

Publicado en La Voz del Amado, Año 2 Número 12, junio-julio de 2008.

La mitad de la población se siente sola

Protestante Digital

 Si bien vivimos en la llamada “era de la comunicación”, pues nunca antes en la historia habíamos podido tener acceso a comunicarnos de manera tan fácil e inmediata con otras personas incluso en el mundo, sin embargo nunca nos habíamos sentido tan solos.

Prácticamente con un solo click podemos escribir mensajes instantáneos a personas a miles de kilómetros de distancia, o incluso vernos y hablar a tiempo real con algún familiar o amigo a través de Skype. Está claro que el avance agigantado en los últimos años de la tecnología ha provocado que la barrera de la distancia cada vez se vaya difuminando más. Sin embargo, y a pesar de las ventajas que todo esto supone, vivimos en una época en la que la soledad está a la orden del día.

¿Por qué si el objetivo de las nuevas tecnologías es facilitar la comunicación y acercarnos a otros, ocurre prácticamente lo contrario? ¿Por qué podemos comunicarnos con otros prácticamente al instante y acortar el obstáculo de la distancia, pero a la vez nunca nos hemos sentido tan solos?

Esteban Figueirido, presidente del Grupo de Psicólogos Evangélicos en España, explicaba como 20 años atrás la soledad llegaba a afectar entre 20% y 25 % de la población, mientras que actualmente y según algunas encuestas, el porcentaje llega a 50% .

Familias disfuncionales

En una entrevista de Beatriz Garrido, el psicólogo explica que las  familias separadas o divorciadas,  las separaciones conflictivas, la violencia de género dentro de la estructura familiar, todo influye en gran medida en la soledad.

Según el INE, en 2011 en España se produjeron 110 mil 651 disoluciones de matrimonios, 0.3% más que en 2010. Por tipo de ruptura, en este mismo año hubo 103 mil 604 divorcios (0,7% más que el año anterior) y seis mil 915 separaciones.

“Analizando cada caso, observo que esto ha afectado gravemente y agrava el sentimiento de soledad tanto en adultos como en niños”, explica Figueirido.

“Las familias desestructuradas crean un sentimiento muy fuerte de inseguridad. Las parejas que sufren esta rotura suelen acercarse a otras relaciones desde la perspectiva: ‘hoy está conmigo, mañana probablemente no’.”

La peligrosa tercera edad

Desgraciadamente, las personas mayores son quienes probablemente sufren de forma más acusada la soledad de primera mano. “Aunque la soledad afecta a todos los estratos sociales, los ancianos viven de forma especial esta soledad, que se intensifica cuando pierden a su cónyuge”.

Las personas mayores se ven poco a poco condicionadas por la falta de una ocupación laboral, el distanciamiento debido a la independencia de los hijos o la pérdida de las relaciones de amistad o del cónyuge, debido a la edad. Todo esto hace que estas personas sufran más intensamente el sentimiento de aislamiento y soledad.

Rodeados de gente, pero en soledad

La soledad no sólo se manifiesta en el aislamiento. Muchas personas expresan sentirse solas incluso estando rodeadas de gente.

“A veces uno puede vivir muy acompañado, pero sentirse solo. Esta es una realidad que muchos viven cuando la persona que ha sido su compañía durante mucho tiempo ya no está. Tal vez había momentos de estar en silencio, pero sabías que estaba ahí. Cuando ocurren estas pérdidas aumenta mucho el sentimiento de soledad, aunque estén acompañados. Sienten un vacío que llenaba alguien que no está”, explica Figueirido.

Es importante remarcar la diferencia entre estar solo y sentirse solo, ya que mucha gente acompañada puede seguir sintiendo soledad. El problema, por lo tanto, no se basa en la cantidad de personas que tenemos alrededor, sino que ya sea en aislamiento, con un par de personas o rodeado de mucha gente, la persona se sienta acompañada de verdad.

¿Y qué es la soledad?

Figueirido expresa tres definiciones complementarias de lo que realmente significa soledad: Por una parte y en primer lugar es la “carencia voluntaria o involuntaria de compañía”; otra definición es la de “lugar de desierto o tierra no habitada”, y por último podríamos expresarlo como “pesar y melancolía que se siente por la pérdida de otra persona”.

“La soledad no es mala. La dificultad aparece cuando viene sin desearla, cuando alguien necesita otra persona con quien desahogarse o sentirse querido y no la tiene, ahí es cuando esa persona sufre.  Sin embargo otras veces, cuando vivimos hablando con mucha gente, con mucho estrés, y con contacto constante con otros, necesitamos también buscar un momento en el que apartarnos del resto. Esta es una soledad buscada, deseada, y es sana y necesaria.”

Antonio Machado escribió en uno de sus poemas:“¡Oh soledad, mi sola compañía, oh musa del portento, que el vocablo diste a mi voz que nunca te pedía!, responde a mi pregunta: ¿Con quién hablo? Ausente de ruidosa mascarada, divierto mi tristeza sin amigo, contigo, dueña de la faz velada, siempre velada al dialogar conmigo”.

El divulgador Eduard Punset escribió en su blog acerca de este tema: “Los humanos necesitan pertenecer a algo, a un colectivo social, a una manada, les da igual; lo importante es pertenecer. Aunque cueste creerlo,  resulta que lo más importante para los humanos es pertenecer a alguien y, cuando esto falla, cuando no se pertenece a nadie porque a uno no le dejan, cuando a uno lo encierran solo, se asfixia. Lo que no soportamos es la soledad”.

No es bueno que el hombre esté solo

“El deseo del hombre de vivir acompañado puede entenderse desde dos perspectivas: Por un lado la psicológica y por otro, la bíblica”, ya que ambas perspectivas encajan bastante bien, explica Figueirido.

Nuestra naturaleza nos enseña que nacemos para vivir juntos. Somos seres gregarios. “En el libro de Génesis se describe el inicio de la humanidad, cuando Dios expresó: “No es bueno que el hombre esté solo”, sigue explicando el psicólogo.

Precisamente porque somos seres sociales y necesitamos personas con quienes interactuar a lo largo de la vida, es tan doloroso para nosotros tener que experimentar una soledad impuesta, ya que va en contra de nuestra propia naturaleza.

Algunas soluciones 

Algunas de las  soluciones que el psicólogo Esteban Figueirido menciona para combatir con la soledad son:

* Acudir a asociaciones, comunidades o ambientes en los que se permita relacionarse con otras personas, en las que la persona pueda sentirse útil.

* Animales de compañía.  Aunque puede ser una salida superficial, es cierto que ayuda en cierta medida a aquellas personas que padecen soledad.

* Dar una atención especial a esa persona.  Las personas cercanas pueden ayudar mucho a la hora de hacer sentir acompañada y querida a la persona que padece soledad. Apartar un tiempo específico a la semana para poder hacerla sentir especial y acompañada.

Además de todas estas soluciones “superficiales”, Figueirido hace especial énfasis en que la necesidad más profunda del ser humano de sentirse acompañado no puede ser satisfecha por otro ser humano.  “Aunque unos a otros podemos sernos de ayuda, hay un punto, un límite, en el que los demás no pueden comprenderte. Aquí la relación con Dios es imprescindible.”

El psicólogo confiesa que esta perspectiva recibe muchas críticas. Sin embargo, manifiesta su certeza sobre la existencia de una comunicación real hoy en día con Dios: “No sólo supone un desahogo para la persona, donde te puedes expresar con Él con confianza, sino que también hay una respuesta por parte de Dios.  Espero que cualquier persona pueda aceptar el reto de dirigirse a Dios con la realidad de que Él está ahí y puede dar una respuesta a su vida”.

– Vanesa Moreno

Dios odia el divorcio

Isabel Velázquez

Los datos dados a conocer por el INEGI el pasado 14 de febrero, supuesto Día del Amor, indican que en México los matrimonios disminuyeron 1.5 por ciento, mientras que los divorcios aumentaron 3.2 por ciento en 2006, en comparación con el año anterior. Hubo 72 mil 396 separaciones en 2006 y 70 mil 184 en 2005. Lo anterior debería poner en estado de alerta a la sociedad, y en especial al pueblo cristiano, porque se trata de cifras oficiales que no incluyen rupturas de las llamadas uniones libres u otro tipo de convivencia de pareja.

Ilustración: Gregorio

El organismo informó que en 2006, por cada 100 matrimonios hubo 12.3 divorcios; en 2000 la relación fue de 7.4 y en 1971 de 3.2. ¡En seis años creció más el porcentaje de separaciones que en las tres anteriores décadas!

La edad promedio de los hombres al divorciarse fue de 37.6 años y de las mujeres 34.9 años. De las parejas divorciadas en 2006, 49.5% duró de 10 años o más, seguida de quienes estuvieron casados cinco años o menos (31%) y las que permanecieron unidas de seis a nueve años (19.2 por ciento).

Que los matrimonios se disuelven luego de una década de convivencia quiere decir que no buscaron separarse al primer disgusto, aunque al final resultó infructuoso.

¿Divorcio entre cristianos?

No hay cifras oficiales respecto de divorcios entre el pueblo cristiano. Lo que se sabe es que en muchas congregaciones cada vez es más frecuente este problema. ¿Queremos agradar a Dios? En Malaquías capítulo 2, el Espíritu Santo, el autor de la Biblia, especifica: “¿No hizo Él uno, habiendo en Él abundancia de espíritu? ¿Y por qué uno? Porque buscaba una descendencia para Dios. Guardaos, pues, en vuestro espíritu, y no seais desleales con la mujer de vuestra juventud. Porque Jehová el Dios de Israel ha dicho que Él aborrece el repudio, y al que cubre de iniquidad su vestido, dijo Jehová de los Ejércitos. Guardaos, pues, en vuestro espíritu, y no seais desleales”.

El propósito del matrimonio es formar una descendencia, una simiente santa, para apartar entre todas las familias un pueblo santo, adquirido por Dios, donde el divorcio no está entre sus planes.

Dios, en cambio, ha provisto un camino distinto para la humanidad: el amor. Pero no esa clase de amor que se vincula con las relaciones sexuales o la atracción carnal, sino el amor que une: es sufrido, benigno, sin envidia, sin jactancia y sin vanidad. Un amor que no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita y no guarda rencor. Un vínculo matrimonial que todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera y todo lo soporta. Con estas características en el matrimonio, ¿habrá algo que pueda disolverlo?

Publicado en La Voz del Amado, Año I, Número 9, Marzo de 2008 y en la
Edición del Primer Aniversario
(Año 2, Número 11, Mayo de 2008)

¿Y qué hacemos con los hijos?

Juan Elías Vázquez

A esta pluma inútil no deja de impactarle cómo es que alguien que luchó con tanto denuedo para conseguir un gran amor, un mal día decide acabar con él. Cierto que hay matrimonios forzados o arreglados que, por su misma naturaleza, están condenados al fracaso. Pero si uno parte del principio de que las parejas se casan por amor, entonces no es fácil explicarse cómo es que terminan divorciándose.

Lo más preocupante para el pueblo de Dios es constatar que cada vez hay un mayor número de cristianos en proceso de divorcio o, de plano, divorciados. No es que nos escandalicemos –o tal vez sí–, pero hasta hace no mucho tiempo el tema ni siquiera se tocaba entre nosotros. Quizá se ocultaba, no lo sé. A nuestros padres no les resultaba sencillo de ningún modo optar por la separación legal y definitiva. Ese NO recurrente, me podría argüir el amable lector, se debe a que antes guardábamos más las formalidades; éramos más aparentes o hipócritas, si se quiere. Las parejas de “antes” no estaban exentas de problemas graves, sino se resignaban a vivir juntos por temor al qué dirán. Puede ser.

Las causales de divorcio, por lo tanto, se han diversificado y abundado entre los hijos de Dios, lo que de nuevo resulta muy preocupante. Quiere decir que entre los cristianos hay quienes engañan a su pareja, quienes la aborrecen o menosprecian; quienes la golpean o le prohíben ir al templo o cumplir con responsabilidades ministeriales (sobre todo entre los matrimonios mixtos), lo que también representa, por desgracia, un fenómeno cada vez más recurrente y una causal un tanto inédita de divorcio.

Nos quedan, como apéndices mal pegados, las víctimas en segunda instancia de los divorcios. Porque los que primero sufren la asimilación de su nueva identidad civil son los casados-divorciados, luego los hijos, los padres, los hermanos y los hermanos de la congregación. Pero es sobre los hijos donde más se resiente la resaca de un amor fracturado. Esas víctimas en segunda instancia tienen que aprender, incluso, un nuevo lenguaje. Una verborrea que trata de traducir el significado de conceptos tales como pensión alimenticia, custodia compartida o denegada, fines de semana con el padre y otro con un padrastro. Las víctimas tienen que aprender a llorar en silencio o se vuelven expertas en el arte de la negociación, con tal de no recibir palizas, o para obtener dinero para sus gustos o necesidades. Asimismo, a veces desde muy pequeños, los hijos de divorciados deben aprender el oficio de la buena expresión, labor requerida por una caterva de malandrines escolapios que, burlándose, preguntan: “¿por qué tu papá no vive con tu mamá? ¿Están divorciados? ¿Qué es eso?

Antes de tomar la decisión tan temida, piensen en ellos, en los hijos; y si por ahí se acuerdan, hagan un alto en su frenesí destructivo y piensen en aquel amor eterno que se prometieron; en ese cariño que tanto trabajo les costó ganarse; en esa pasión de fuego que, a fuerza de apagar con tantas necedades, está a punto de colarse por el drenaje.

Publicado en La Voz del Amado, Año I, Número 9, Marzo de 2008 y en la
Edición del Primer Aniversario
(Año 2, Número 11, Mayo de 2008)

La familia, amenazada

Asael Velázquez

Como en los días de Noé… En los años más recientes se ha perpetrado un ataque directo y sistemático en contra de la familia, la célula de la sociedad, la institución básica de la transmisión de valores. Mucho de lo podrido en nuestro mundo actual se puede explicar por la ausencia de ética, moral y decencia en los hogares. Y aunque a los cristianos no debiera sorprendernos demasiado la situación –debido a que estos tiempos forman parte de las señales previas al rapto de la Novia–, sí es necesario que las iglesias, en cuanto instituciones sociales, levanten la voz para dejar en claro lo que la Biblia dice, por ejemplo, acerca de la unión entre homosexuales, el aborto, la violencia y el divorcio.

Ilustración: Gregorio

Precisamente, estos asuntos son los actuales dardos de fuego con las cuales el enemigo de nuestras almas pretende atacar a nuestra familia, a nuestras familias cristianas en el Distrito Federal y en su zona conurbada, incluido el oriente del Estado de México.

El pasado 16 de marzo de 2007, el Gobierno del Distrito Federal, encabezado por Marcelo Ebrard, legalizó las así llamadas sociedades de convivencia, reglamento mediante el cual, sólo ese día, 580 parejas de homosexuales formalizaron su unión para formar su propia “familia”.

Desde el lunes 5 de marzo, la Gaceta Oficial del Gobierno del Distrito Federal publicó los 15 artículos de los que consta la Ley de Sociedades de Convivencia, donde se explican los lineamientos para la constitución, modificación, adición, ratificación, registro y terminación de tales uniones.

Con 42 pesos, pagados en cualquier oficina de la Tesorería del GDF, cientos de personas han legalizado esta abominación a los ojos de Dios. “Se casaban y se daban en casamiento”, dijo el Señor al describir los tiempos prediluvianos. Y el diablo ha agregado el resto.

Pero los sodomitas no son los únicos que están de fiesta. La fracción del PRD en la Asamblea Legislativa en la capital de la República ha presentado una iniciativa que, al momento de escribir estas líneas (mayo 2007), tiene todas las probabilidades de ser aprobada por la mayoría de los diputados: la que despenaliza el aborto.

La mujer tiene el derecho de decidir sobre su cuerpo, han argumentado los diputados para obligar al Estado tanto a quitar las penas contra las mujeres que decidan interrumpir el embarazo como a los médicos que los realicen, aunque ignoren el juramento hipocrático de salvar la vida y violen el sexto mandamiento de la ley de Dios.

Y para rematar, desde hace décadas reina la violencia en los hogares, de tal forma que las parejas, incluso las cristianas, han optado por vivir en contra del plan de Dios: la unión libre, los encuentros de ocasión o el divorcio. Vea si no. Según el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI) existen en el país 25 millones de personas solteras, de las cuales, 13 millones son hombres y 12 millones mujeres; y de esos, cinco millones están separados, divorciados o viudos.

En 2002, los matrimonios disminuyeron en casi 49 mil respecto de 2001, mientras que los divorcios aumentaron poco más de 3 mil desde 2000, y más de 23 mil considerando la década de los noventa. De acuerdo con las cifras más recientes del INEGI, el año pasado hubo 60 mil 641 divorcios.

El amor que perdura,
de Robert y Jeannette Lauer

Publicado en La Voz del Amado, Año I, Número 1, mayo de 2007 y en la
Edición del primer aniversario (Año 2, Número 11, mayo de 2008)

Matrimonios a prueba de fuego

NotiPrensa

Se llevará a cabo en Puerto Rico el encuentro Matrimonios a prueba de fuego.

Éste surge, dicen los organizadores, de la necesidad creciente de familias afectadas por la crisis matrimonial que vive el mundo y de la pasión del pastor Rey Matos de restaurar las familias de su isla, Puerto Rico, y de las naciones, una a la vez.

Luego de viajar por el mundo latinoamericano, Matos descubrió que la crisis familiar es un problema muy similar en todos los países. Los casos se asemejan de forma impresionante no importando el nivel socio-económico o el origen nacional de los casados. Buscando soluciones particulares descubre una raíz común: la falta de principios cristianos sólidos de calidad de vida, que tienen el poder de transformar naciones desarrollando una nueva cultura familiar.

Los tres libros que el pastor Matos escribió son producto de sus propias experiencias de vida familiar y matrimonial. Estos son: “Señor, que mis Hijos te Amen”, que trata sobre paternidad e incluye el cómo la salud matrimonial impactará la vida espiritual de los hijos. “La Mujer el Sello de la Creación”, donde comparte una poderosa revelación sobre la mujer para que los hombres aprendan a tratarlas a la altura de esa revelación y para que ellas aprendan a valorarse conforme a esa verdad. Y “Cuando el Sexo no es Suficiente”, herramienta de discipulado para moldear el carácter de aquellos que quieren disfrutar el matrimonio al máximo.

Con más de 30 años de experiencia como pastor y consejero bíblico familiar, Rey Matos se ganó a la audiencia con su sencillez y transparencia. Él hace muy evidentes los principios que enseña al sostenerlos con historias conmovedoras de su testimonio.

Se une a esta conferencia Matrimonios a Prueba de Fuego, Jacobo Ramos, el canta-autor reconocido por sus canciones y libros ”A pesar de la Lluvia” y “Si acaso se me olvida”.  Además se unen el músico y cantante Danilo Montero, la animadora y cantante Jailene Cintrón, la pastora Elizabeth Guidini junto a la extraordinaria comedia musical “El Trío, los Impropios”.

Este año, el octavo del encuentro, se llevará a cabo el fin de semana del 14 de septiembre del 2012 en el Hyatt Cerro Mar Beach Resort en Rio Grande, Puerto Rico. Para más información: http://www.apruebadefuego.com.

Cristianos descafeinados

Félix Martínez García

Dios sólo puede llegar a un mundo
totalmente santo o a un mundo
totalmente corrupto. En el primer caso,
para reinar con poder. En el segundo,
para arrasar y limpiar de toda corrupción…
como en Sodoma y Gomorra

El carácter cosmopolita del cristiano moderno lo lleva a tomar las estadísticas sobre el divorcio como un número más. De igual modo, influenciado por las corrientes humanistas, percibe la existencia del homosexualismo como un elemento propio de los tiempos.

Podemos hablar del homosexualismo como una de las desviaciones en el comportamiento de una parte de la pareja, y que son una de las causantes de la separación.

Enlistar cada una de las causantes y hacer propuestas para su corrección, sería tanto como fijar nuestra atención en un árbol y no en el bosque.

De manera cotidiana, sabemos de la existencia de divorcios, convivimos con la noticia de fracaso de nuestro primo, algún tío, un vecino o alguien más cercano a nuestra esfera familiar, y solemos decir: ¡era de esperarse!

De igual modo, influenciada nuestra fe por doctrinas con carácter humanista, hemos aprendido a tolerar actitudes o preferencias homosexuales; hoy por hoy, el cristiano se urbaniza y se torna en un converso cosmopolita.

La televisión, la radio, el internet, las comunicaciones globales están llevando a ejercer una fe estándar, que se norma por los medios de comunicación, la cultura global y las comodidades que el mercado nos ofrece, sobre todo lo que para la sociedad aparece como “normal”.

El cristiano actual se ha vuelto “light”, ligero, no-grave; y esto lo lleva a ver la práctica del divorcio como una de las bondades de estos tiempos, como un progreso social. Ese tipo de cristiano ya no quiere aprender, sino “desaprende”, desanda el camino.

En la era moderna el cristiano “light” olvida que las enseñanzas universales sólo pueden ser generadas por un ente universal,  por el “Eterno”, y al olvidar sus enseñanzas olvida su origen, y con ello su identidad.

Actualmente, el cristiano “light” aprende a relativizar los estatutos y mandamientos que para nuestra enseñanza fueron escritos, y su fe, la del cristiano “light”, ha mutado.

Hemos aprendido a darle un carácter utilitario y práctico a nuestra fe: ¡Si no fue posible entendernos como pareja… ¿qué mas da?, ¡seamos prácticos! ¡divorciémonos!

La definición mas clara del cristiano “light” es la de un creyente “sin identidad”.

Hoy es cada vez más difícil identificar al pueblo de Dios, y cada vez es más difícil encontrar a quien pertenezca a la Amada del Señor, como suele llamar el Eterno a su Iglesia.

¿Cómo podremos diferenciar al pueblo escogido del gentil? ¿En dónde está la simiente de Abraham? ¿Cuál es el pueblo de linaje escogido, el que pertenece a un real sacerdocio? ¿Cómo diferenciar un pueblo de otro, si ambos de igual modo, como en los días de Noé, se casan y se dan en casamiento, y se les hace tan fácil pasar a ser una más de las estadísticas del divorcio?

Nos hemos constituido en cristianos “light”, y para estar en consonancia con el lenguaje de la mercadotecnia, nos hemos tornado en “cristianos descafeinados”.

¿Cómo entonces podrá el cristiano seguir siendo la sal del mundo?

Cristiano del siglo XXI, ¿puedes responder con sinceridad las siguientes preguntas?:

¿Cual es tu identidad?, ¿de donde vienes?, ¿a dónde vas?

¿Podrás reconsiderar el matrimonio como un puente a la eternidad?

¿Cuáles son los valores que gobiernan tu relación como pareja? ¿Son los del Eterno?

Es prudente recordar la indisolubilidad del matrimonio, porque haciendo esto agradas a Dios y te liberas de la inercia de estos tiempos, sí, tiempos descafeinados.

Publicado en La Voz del Amado, Año I, No. 9, marzo 2008.

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Lo que Dios unió, no lo separe… el adulterio

Olga Miranda

En el principio de la humanidad cuando Dios dio a Eva como compañera de Adán, estableció la institución matrimonial. “Dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y se harán una sola carne”.

Al crear dos sexos distintos, Dios quiso además que el varón y la mujer se complementaran el uno al otro, que se apoyaran, se amaran y contribuyeran a su mutuo crecimiento espiritual.

La institución matrimonial da origen a la familia, no sólo se trata que nazcan hijos, sino que además se requiere del padre y la madre que los trajeron al mundo, para darles cuidado y cariño. Esa unión de personas, la familia, resulta el lugar propicio para la perfección del individuo, ya que ella se origina y crece en el terreno del amor (amor de esposos, de padres a hijos, de hijos a padres y entre hermanos).

Pero, ¿por qué se divorcia la gente? Muchos factores originan la separación en las parejas, una de las causas principales es la infidelidad, la violencia intrafamiliar y los problemas económicos. Jesús habló sobre el divorcio y en Mateo 5:32 dice: “Pero yo les digo que, excepto en caso de infidelidad conyugal, todo el que se divorcia de su esposa, la induce a cometer adulterio, y el que se casa con la divorciada comete adulterio también”.

El hombre o la mujer que se separa de su pareja se olvida del pacto que hizo ante Dios el día que se casaron. El matrimonio es un pacto entre dos personas y Dios. El apóstol Pablo en 1 Corintios 7:10-15 dice: “A los casados les doy la siguiente orden: que la mujer no se separe de su esposo. Sin embargo, si se separa, que no se vuelva a casar; de lo contrario, que se reconcilie con su esposo”.

Causales de divorcio en el Distrito Federal

Según el Código Civil del Distrito Federal, las causales de divorcio son:

– Adulterio debidamente probado de uno de los cónyuges.

– Que la mujer dé a luz, durante el matrimonio, un hijo concebido antes de celebrarse este contrato, y que judicialmente sea declarado ilegítimo.

– La propuesta del marido para prostituir a la mujer.

– La incitación o la violencia hecha por un cónyuge al otro para cometer algún delito, aunque no sea de incontinencia carnal.

– Los actos inmorales ejecutados por el marido o por la mujer con el fin de corromper a los hijos, así como la tolerancia en su corrupción.

– Padecer sífilis, tuberculosis u otra enfermedad crónica o incurable, contagiosa o hereditaria, así como la impotencia incurable.

– Padecer enajenación mental incurable, previa declaración de interdicción que se haga respecto del cónyuge demente.

– La separación de la casa conyugal por más de seis meses sin causa justificada.

– La separación del hogar conyugal originada por una causa que sea bastante para pedir el divorcio, si se prolonga por más de un año sin que el cónyuge que se separó entable la demanda de divorcio.

– La declaración de ausencia legalmente hecha, o la de presunción de muerte, en los casos de excepción en que no se necesita para que se haga ésta que preceda la declaración de ausencia.

– Las amenazas o las injurias graves de un cónyuge para el otro.

– La negativa injustificada de los cónyuges a cumplir con las obligaciones señaladas en el artículo 164, sin que sea necesario agotar previamente los procedimientos tendientes a su cumplimiento, así como el incumplimiento, sin justa causa, por alguno de los cónyuges, de la sentencia ejecutoriada en el caso del artículo 168.

– La acusación calumniosa hecha por un cónyuge contra el otro, por delito que merezca pena mayor de dos años de prisión.

– Haber cometido uno de los cónyuges un delito que no sea político, pero que sea infamante, por el cual tenga que sufrir una pena de prisión mayor de dos años.

– Los hábitos de juego o de embriaguez o el uso indebido y persistente de drogas enervantes, cuando amenazan causar la ruina de la familia, o constituyen un continuo motivo de desavenencia conyugal.

– Cometer un cónyuge contra la persona o los bienes del otro, un acto que sería punible si se tratara de persona extraña, siempre que tal acto tenga señalada en la ley una pena que pase de un año de prisión.

– El mutuo consentimiento.

– La separación de los cónyuges por más de dos años, independientemente del motivo que haya originado la separación, la cual podrá ser invocada por cualquiera de ellos.

– Las conductas de violencia familiar cometidas por uno de los cónyuges contra el otro o hacia los hijos de ambos o de alguno de ellos.

– El incumplimiento injustificado de las determinaciones de las autoridades administrativas o judiciales que se hayan ordenado, tendientes a corregir los actos de violencia familiar hacia el otro cónyuge o los hijos, por el cónyuge obligado a ello.

Publicado en La Voz del Amado, Año I, Número 9, marzo de 2008.

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Dios odia el divorcio

Isabel Velázquez

Ilustración: Gregorio

Los datos oficiales dados a conocer por el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI) el pasado 14 de febrero, considerado como el Día del Amor y la Amistad, indican que en México los matrimonios disminuyeron 1.5 por ciento, mientras que los divorcios aumentaron 3.2 por ciento en 2006, en comparación con el año anterior.

De acuerdo con las estadísticas oficiales de los juzgados civiles del país, durante todo 2006 se registraron 586 mil 978 matrimonios, cifra menor en 1.5 por ciento a los de 2005, cuando sumaron 595 mil 713. En cuanto a los divorcios, se realizaron 72 mil 396 en 2006 y 70 mil 184 en 2005, con un aumento de 3.2 por ciento.

Lo anterior debería poner en estado de alerta a la sociedad, y en especial al pueblo cristiano, porque se trata de cifras oficiales que no incluyen las separaciones de las llamadas uniones libres u otro tipo de convivencia equivalente al matrimonio.

Otros datos oficiales corroboran la tendencia demográfica a evitar el matrimonio a temprana edad y a posponer la llegada de los hijos. Por ejemplo, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo 2007, en México la población de 12 años o más ascendía a 80.5 millones, de los cuales 37.9 millones son hombres y 42.6 millones mujeres. De las personas en este rango de edad, 38 de cada 100 son solteras; 54 viven en pareja –casadas o en unión consensual– y ocho están separadas, divorciadas o viudas.

La población soltera del país se compone por 50.1 por ciento de mujeres y 49.9 por ciento de varones. De las personas solas, 54 por ciento son viudas, 32.5 por ciento separadas y 13.5 por ciento divorciadas.

Otros datos nos dan una idea de lo que pasa en la sociedad mexicana: la edad promedio al momento de contraer matrimonio en los hombres fue de 27.8 años por 25 de las mujeres. En 2006, la tasa bruta de nupcialidad (matrimonios por mil habitantes) en el país fue de 5.6. De cada 100 hombres que se casaron, 96 trabajaban al momento de contraer nupcias; de ellos, 57.2 por ciento era empleado; 14.7 por ciento jornalero o peón y 13 por ciento obrero, entre otros. En contraste, de cada 100 mujeres casadas, 41 trabajaban, en su mayoría como empleadas (77.2 por ciento).

Radiografía del divorcio

Acerca de las separaciones, el organismo informó que en 2006, por cada 100 enlaces realizados en el país hubo 12.3 divorcios; en 2000 la relación fue de 7.4 y en 1971 de 3.2. ¡En seis años creció más el porcentaje de separaciones que en las tres anteriores décadas!

Para 2006, 15 estados superan la proporción nacional. Los que tienen los valores más altos son: Baja California (29.9 divorcios por cada 100 matrimonios), Chihuahua (26.4) y Colima (23.6); en contraste, las de proporciones menores son Oaxaca (2.3), Tlaxcala (2.8) y Guerrero (5.1).

La edad promedio de los hombres al momento de divorciarse fue de 37.6 años y de las mujeres de 34.9 años. Los estados que registran las edades de mayor promedio para ambos sexos son Morelos, con 40.4 años los hombres y 37.2 años las mujeres; el Distrito Federal y San Luis Potosí, ambos con 39.2 y 36.7 años, respectivamente.

De las parejas casadas que se divorciaron en 2006, la unión de casi la mitad tuvo una duración de 10 años o más (49.5 por ciento), seguida de quienes estuvieron casados cinco años o menos (31 por ciento) y las que permanecieron unidas de seis a nueve años (19.2 por ciento).

El anterior dato, de que los matrimonios se disuelven luego de una década de convivencia, debería ponernos a pensar que ellos buscaron no separarse al primer disgusto, sino que procuraron resolver sus diferencias, lo cual al final resultó infructuoso.

De los hombres que se divorciaron, 22.5 por ciento declaró tener secundaria; 19.3 por ciento preparatoria y 19.1 por ciento estudios superiores; en el caso de las mujeres, las proporciones fueron de 23.3 por ciento, 17.8 por ciento y 17.2 por ciento, respectivamente.

¿Divorcio entre cristianos?

No hay cifras oficiales respecto de divorcios entre el pueblo cristiano. Lo que se sabe es que en muchas congregaciones cada vez es más frecuente este problema.

El divorcio se puede definir como la disolución oficial de un pacto establecido ante una autoridad. El fin perseguido es quedar en libertad de los derechos y las obligaciones adquiridas a la firma del contrato conyugal.

De acuerdo con el doctor Salvador Cárdenas, en México no siempre se permitió el divorcio. Durante mucho tiempo habían ciertas circunstancias de índole religioso que imperaban en el contexto social e impedían que el divorcio se pudiera obtener legalmente.

Fue hasta 1870 que se establecieron en el Código Civil las siete causas legales que podrían justificar la procedencia legal del divorcio: el adulterio de alguno de los cónyuges; la propuesta del esposo para prostituir a la esposa; incitación o la violencia hacia alguno de los cónyuges para que éste cometa un delito; la corrupción de la esposa o el marido hacia los hijos; el abandono del domicilio conyugal sin causa justificada; la crueldad y la acusación falsa hecha por un cónyuge hacia el otro.

Algunas de esas causales se han modificado, como el tiempo fijado para el abandono de hogar, y se han agregado otras, como la del mutuo consentimiento y la bigamia.

¿Queremos agradar a Dios?

Es muy conocido el pasaje del Nuevo Testamento en el que los fariseos cuestionan al Señor Jesucristo respecto del divorcio y la respuesta del Hijo de Dios. El plan original del Padre, les dijo, era hacer familias unidas por amor. Varón y hembra los creó. Y los religiosos de aquel tiempo preguntaron: ¿Por qué pues, mandó Moisés  dar carta de divorcio y permitió repudiar a la mujer? El Divino Maestro respondió: Por la dureza de vuestros corazones, mas al principio no fue así.

Pero hay otro pasaje más claro, en cuanto al divorcio. En Malaquías capítulo 2, el Espíritu Santo, el autor de la Biblia, especifica: “¿No hizo Él uno, habiendo en Él abundancia de espíritu? ¿Y por qué uno? Porque buscaba una descendencia para Dios. Guardaos, pues, en vuestro espíritu, y no seas desleales con la mujer de vuestra juventud. Porque Jehová el Dios de Israel ha dicho que Él aborrece el repudio, y al que cubre de iniquidad su vestido, dijo Jehová de los Ejércitos. Guardaos, pues, en vuestro espíritu, y no seais desleales”.

El propósito del matrimonio es formar una descendencia, una simiente santa, cuyo propósito es conformar entre todas las familias un pueblo santo, adquirido por Dios, donde el divorcio no está entre sus planes.

Dios, en cambio, ha provisto un camino distinto para la humanidad: el amor. Pero no esa clase de amor que se vincula con las relaciones sexuales o la atracción carnal, sino el amor que une: es sufrido, benigno, sin envidia, sin jactancia y sin vanidad. Un amor que no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita y no guarda rencor. Un vínculo matrimonial que todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera y todo lo soporta. Con estas características en el matrimonio, ¿habrá algo que pueda disolverlo?

Publicado en La Voz del Amado, Año I, Número 9, marzo de 2008.

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Cáncer en el cuerpo

Editorial

Las cifras oficiales sobre el divorcio son contundentes. En 2006, por cada 100 enlaces realizados en el país hubo 12.3 rupturas del contrato matrimonial; en 2000 la relación fue de 7.4 y en 1971 de 3.2. En seis años creció más el porcentaje de separaciones que en los treinta años anteriores. Esta tendencia, probablemente mundial, nos habla de una sociedad viviendo a contracorriente de la voluntad de Dios.

A los que están fuera, dice el Apóstol de los Gentiles, Dios juzgará. El problema es que este cáncer parece invadir al cuerpo de Cristo. Nadie tiene cifras de cuántos divorcios se han dado entre el pueblo cristiano, pero todos conocemos de algún caso. El plan divino era crear familias estables de donde naciera una simiente santa, un pueblo escogido, real sacerdocio. Sin embargo, muchos matrimonios parecen no entenderlo.

La moda en el mundo es la separación. Si no funciona la relación, intentemos otra. A ver qué sale. Pero el llamado de Dios a su Iglesia es a la fidelidad. Como está escrito en el libro del profeta Oseas: “Te desposaré conmigo para siempre, te desposaré conmigo en justicia, juicio, benignidad y misericordia. Y te desposaré conmigo en fidelidad. Y conocerás a Jehová”.

Publicado en La Voz del Amado, Año I, Número 9, marzo de 2008.

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El matrimonio desde el punto de vista de Dios (segunda parte)

Por Hno. Benjamín Gutiérrez Acevedo

Basado en hechos reales de cientos de millones de parejas a través de los tiempos…

Tijuana, BC.– Es muy común toparse con parejas que se arrepienten de no haber meditado serenamente en qué clase de compañero quería antes de tomar la grave decision de casarse… y sólo vino a destrozar a ambos su vida matrimonial y, de paso, a los hijos cuando los hay.

Cada vez que me entero que algo así sucedió, mi corazón se entristece, primero, porque no supieron escoger; Segundo, porque lo lamentarán toda su vida el no haber esperado con paciencia ese futuro que Dios les había preparado, pues no consultaron cuál era la voluntad del Señor.

Lo crean o no, Dios tiene autoridad sobre la vida sentimental de todos y cada uno de nosotros y, en muchas maneras, nos hace ver y/o pensar que erramos; pero nuestro corazón entenebrecido nos lleva cautivos a la soberbia y la altanería, y ya no vemos sabiamente.

• “LO QUE PASA ES QUE A USTEDES NO LES CAE BIEN MI NOVIO”

•“TÚ SIEMPRE ME DICES DE COSAS, SOLAMENTE PARA QUE ME PELEE CON ÉL”

•“NO ES CIERTO, ES UNA MENTIRA QUE MI NOVIO ANDE CON ESTA, Y AQUELLA Y FULANA Y SUTANA”.

Y por otro lado el novio sufre los mismos ataques.

•¿POR QUE NO QUIERES A MI NOVIA?, ¡NO TE HA HECHO NADA!

•¿ACASO QUIERES QUE LA OLVIDE?, ¿PARA QUE?, ¡VAMOS, DÍMELO!

•“NO, NO VOY A DEJARLA SOLAMENTE PORQUE TÚ LO DICES”

Este tipo de situaciones son muy comunes para aferrarse a alguien de quien no conocen mucho y, por lo tanto, es una manera de ganar terreno para que una de las parejas salga beneficiada.

• “¿LO VES?, ¡TE DIJE QUE TU FAMILIA NO ME QUERIA, ME ABORRECEN SOLAMENTE PORQUE TE AMO!”

• “NO TE PREOCUPES MI AMOR, ¡CASÉMONOS AHORITA MISMO PARA DARLES EN LA TORRE!”

• “TENÍA RAZON, EN TU CASA NO ME TRAGAN, ¿TE VIENES CONMIGO, O TE QUEDAS SIN MI?”

Cuánta razón tienen los padres al tratar de cuidarnos, solamente que en ocasiones, ellos tampoco saben muy bien lo que nos conviene a nosotros, sino sólo DIOS.

Y viene el otro lado de la moneda.

• “¡ÁNDALE M’HIJA(O), CÁSATE PRONTO, O TE LO(A) VAN A GANAR!, MIRA QUE ANDAN TRAS DE EL (ELLA) DOS QUE TRES.”

• “¿QUÉ PASÓ M’HIJO(A)?, ¡CASI SE TE VA EL TREN Y YO YA QUIERO NIETOS!”

• “¡CÓMO DE QUE NO!, ¡USTED SE CASA!, NO ME VA A HACER QUEDAR MAL”

Pensar así para lograr el matrimonio de un hijo o hija con la persona que uno quiere o cree que es lo mejor para él o ella es algo descabellado, pero más descabellado aún es dejarse llevar por ese tipo de consejos, dadas las circunstancias en las que se pueda encontrar la pareja.

Una decisión apresurada rompe totalmente con la felicidad de la pareja desde antes de que ésta comience a vivir su vida en union; sí, así es, y así lo será, porque la cabeza revoltosa no puede pensar, solamente actúa por instinto, sin darle un sólo segundo al razonamiento futuro; sin embargo, con la cabeza fría pueden tomarse mejores decisiones y se moldean las ideas que salen del corazón.

Es por esto que los padres sabios les aconsejan a sus hijos pensar detenidamente las decisiones que se deben tomar.

Jueces 14:2 Reina-Valera Antigua “…Y su padre y su madre le dijeron: ¿No hay mujer entre las hijas de tus hermanos, ni en todo mi pueblo, para que vayas tú a tomar mujer de los Filisteos incircuncisos..?

Samsón tuvo la oportunidad de meditar muy bien las cosas antes de tomar la decisión de tomar como mujer a esta joven filistea, lo que a la larga le traería problemas a su vida.

Otro gran consejo, según el enfoque de la Palabra de Dios, lo da el apóstol Pablo acerca de las jovencitas que no se han casado:

1 Corintios 7:7-9, 36-38 Reina-Valera Antigua “Quisiera más bien que todos los hombres fuesen como yo: empero cada uno tiene su propio don de Dios; uno a la verdad así, y otro así. Digo pues a los solteros y a las viudas, que bueno les es si se quedaren como yo. Y si no tienen don de continencia, cásense; que mejor es casarse que quemarse. Mas, si a alguno parece cosa fea en su hija virgen, que pase ya de edad, y que así conviene que se haga, haga lo que quisiere, no peca; cásese. Pero el que está firme en su corazón, y no tiene necesidad, sino que tiene libertad de su voluntad, y determinó en su corazón esto, el guardar su hija virgen, bien hace. Así que, el que la da en casamiento, bien hace; y el que no la da en casamiento, hace mejor.

Para algunas personas les parece desagradable el no contraer nupcias, pero es todo lo contrario, en verdad, un sinfín de problemas y angustias se pueden evitar y la total libertad de servir al Señor con todo su corazón está delante de ellos(as), si así lo dispusieren en su corazón.

1 Corintios 7:23-35, 39,40 Reina-Valera Antigua “Por precio sois comprados; no os hagáis siervos de los hombres. Cada uno, hermanos, en lo que es llamado, en esto se quede para con Dios. Empero de las vírgenes no tengo mandamiento del Señor; mas doy mi parecer, como quien ha alcanzado misericordia del Señor para ser fiel. Tengo, pues, esto por bueno a causa de la necesidad que apremia, que bueno es al hombre estarse así. ¿Estás ligado á mujer? no procures soltarte. ¿Estáis suelto de mujer? no procures mujer. Mas también si tomares mujer, no pecaste; y si la doncella se casare, no pecó: pero aflicción de carne tendrán los tales; mas yo os dejo. Esto empero digo, hermanos, que el tiempo es corto: lo que resta es, que los que tienen mujeres sean como los que no las tienen, Y los que lloran, como los que no lloran; y los que se huelgan, como los que no se huelgan; y los que compran, como los que no poseen; Y los que usan de este mundo, como los que no usan: porque la apariencia de este mundo se pasa. Quisiera, pues, que estuvieseis sin congoja. El soltero tiene cuidado de las cosas que son del Señor, cómo ha de agradar al Señor: Empero el que se casó tiene cuidado de las cosas que son del mundo, cómo ha de agradar a su mujer. Hay asimismo diferencia entre la casada y la doncella: la doncella tiene cuidado de las cosas del Señor, para ser santa así en el cuerpo como en el espíritu: mas la casada tiene cuidado de las cosas del mundo, cómo ha de agradar a su marido. Esto empero digo para vuestro provecho; no para echaros lazo, sino para lo honesto y decente, y para que sin impedimento os lleguéis al Señor. La mujer casada está atada a la ley, mientras vive su marido; mas si su marido muriere, libre es: cásese con quien quisiere, con tal que sea en el Señor. Empero más venturosa será si se quedare así, según mi consejo; y pienso que también yo tengo Espíritu de Dios.”

Así que mejor es pensar, y pensar muy bien las cosas de tal manera que si tú requieres unir tu vida a un varón o varona que no conoce al Señor y por consecuencia no tiene el temor de Dios, que vendrá a hacer de ti una vida miserable e insoportable, momento a momento, por el resto de tus días, hasta que digas.

Eclesiastés 12:1 Reina-Valera Antigua “…No tengo en ellos contentamiento;”

2 Corintios 6:14-18 Reina-Valera Antigua “No os juntéis en yugo desigual con los infieles: porque ¿qué compañía tienes la justicia con la injusticia? ¿Y qué comunión la luz con las tinieblas?, ¿Y qué concordia Cristo con Belial? ¿O qué parte el fiel con el infiel? ¿Y qué concierto el templo de Dios con los ídolos? porque vosotros sois el templo del Dios viviente, como Dios dijo: Habitaré y andaré en ellos; y seré el Dios de ellos, y ellos serán mi pueblo. Por lo cual Salid de en medio de ellos, y apartaos, dice el Señor, Y no toquéis lo inmundo; Y yo os recibiré, Y seré a vosotros Padre, Y vosotros me seréis a mí hijos é hijas, dice el Señor Todopoderoso.

Porque el mirar la belleza de la carne, la altura del cuerpo o la simpatía de los ojos, y la dulzura de los labios es una trampa mortal, tal cual el lazo del cazador al ave del cielo.

Empero así les avisamos a los jóvenes que deseen buscar pareja para contraer nupcias, de acuerdo a lo corporal y no de acuerdo a lo que busca Dios para su bien espiritual.

Eclesiastés 12:1,8 Reina-Valera Antigua “Y ACUÉRDATE de tu Criador en los días de tu juventud, antes que vengan los malos días, y lleguen los años, de los cuales digas, No tengo en ellos contentamiento;… Vanidad de vanidades, dijo el Predicador, todo vanidad.

Proverbios 2:1-7, 16-19 Reina-Valera Antigua “HIJO mío, si tomares mis palabras, Y mis mandamientos guardares dentro de ti, Haciendo estar atento tu oído a la sabiduría; Si inclinares tu corazón a la prudencia; Si clamares a la inteligencia, Y a la prudencia dieres tu voz; Si como a la plata la buscares, Y la escudriñares como á tesoros; Entonces entenderás el temor de Jehová, Y hallarás el conocimiento de Dios. Porque Jehová da la sabiduría, Y de su boca viene el conocimiento y la inteligencia. El provee de sólida sabiduría a los rectos: Es escudo a los que caminan rectamente. Para librarte de la mujer extraña, De la ajena que halaga con sus palabras; Que desampara el príncipe de su mocedad, Y se olvida del pacto de su Dios. Por lo cual su casa está inclinada á la muerte, Y sus veredas hacia los muertos: Todos los que a ella entraren, no volverán, Ni tomarán las veredas de la vida.

Porque sabios consejos son de Dios nuestro Padre que nos instruye para que sepamos escoger con grande inteligencia a la pareja ya sea varón o varona, porque si todo varón joven decidiere tomar mujer de las hijas de los gentiles, entonces las hijas de Dios no tendrían más remedio que tomar varón de los hijos de los gentiles. Puesto que los jóvenes espirituales no pusieron atención en las jóvenes espirituales; y eso es un grave problema.

Por otro lado creo yo que este problema tiene su raíz en los dirigentes eclesiásticos y en los padres de familia quienes quieren lo mejor para ellos, pero, al mismo tiempo, no les dejan socializar con los jóvenes de su mismo circulo social-espiritual, por lo que sus mismos hijos se apartan de la comunión atrayéndoles las amistades del exterior de la familia de la iglesia.

Siendo fascinados por las cosas, palabras y todo lo que ven (no habiendo sido completamente instruidos) acerca de todo esto con anterioridad.

No acuso a nadie, sino que quisiera poner al tanto por los que aún se encuentran en la delicia de la soltería de tal modo que no se pierda de la presencia de Dios.

Proverbios 5:1-8, 20-23 Reina-Valera Antigua “HIJO mío, está atento a mi sabiduría, y a mi inteligencia inclina tu oído; Para que guardes consejo, Y tus labios conserven la ciencia. Porque los labios de la extraña destilan miel, Y su paladar es más blando que el aceite; Mas su fin es amargo como el ajenjo, Agudo como cuchillo de dos filos. Sus pies descienden á la muerte; Sus pasos sustentan el sepulcro: Sus caminos son inestables; no los conocerás, Si no considerares el camino de vida. Ahora pues, hijos, oídme, Y no os apartéis de las razones de mi boca. Aleja de ella tu camino, Y no te acerques á la puerta de su casa;

¿Y por qué, hijo mío, andarás ciego con la ajena, Y abrazarás el seno de la extraña? Pues que los caminos del hombre están ante los ojos de Jehová, Y él considera todas sus veredas. Prenderán al impío sus propias iniquidades, Y detenido será con las cuerdas de su pecado. El morirá por falta de corrección; Y errará por la grandeza de su locura.

Antes que permanezca firme en el seno de la iglesia, y que se una en yugo igual en santo y legítimo matrimonio, para que su matrimonio sea santo, bendecido y agradable delante de Dios.

Proverbios 5:15-19 Reina-Valera Antigua “Bebe el agua de tu cisterna, Y los raudales de tu pozo. Derrámense por de fuera tus fuentes, En las plazas los ríos de aguas. Sean para ti solo, Y no para los extraños contigo. Sea bendito tu manantial; Y alégrate con la mujer de tu mocedad. Como cierva amada y graciosa corza, Sus pechos te satisfagan en todo tiempo; Y en su amor recréate siempre.

Y con este texto damos fin a este estudio, a Dios gracias, que nos permite no regresar a nuestra antigua manera de vivir, sino que habiendo hecho la voluntad del Señor vamos adelante buscando solamente la felicidad matrimonial, que es la imagen de Cristo con la Iglesia.

Hebreos 13:4 Reina-Valera Antigua “Honroso es en todos el matrimonio, y el lecho sin mancilla; mas a los fornicarios y a los adúlteros juzgará Dios.”

Dios los bendiga y los guarde en su Santo y Bendito Nombre

elenfoquededios@hotmail.com

El matrimonio desde el punto de vista de Dios (primera parte)

Hno. Benjamín Gutiérrez Acevedo

Basado en hechos reales de cientos de millones de parejas a través de los tiempos…

Tijuana, BC.- El matrimonio es una relación amorosa de pareja hombre-mujer que fue instituida por Dios desde el comienzo de la humanidad. Sin esta institución, nada es normal y natural, creó Dios al hombre con cuerpo masculino y a la mujer con cuerpo femenino para satisfacción mutua.

“Y puso Adam nombres a toda bestia y ave de los cielos y a todo animal del campo: mas para Adam no halló ayuda que estuviese idónea para él. Y Jehová Dios hizo caer sueño sobre Adam, y se quedó dormido: entonces tomó una de sus costillas, y cerró la carne en su lugar; Y de la costilla que Jehová Dios tomó del hombre, hizo una mujer, y trájola al hombre. Y dijo Adam: Esto es ahora hueso de mis huesos, y carne de mi carne: ésta será llamada varona, porque del varón fue tomada.” Génesis 2:20-23 Reina-Valera Antigua

Esta institución que inicio Dios, ha sido dispuesta para la procreación de la humanidad, es decir para la multiplicación de la raza humana sobre la tierra desde el primer hombre hasta el día de hoy y, por lo consiguiente, para la satisfacción mutua de pareja en el orden natural según Dios, ya sea sentimental, emocional y/o sexual.

A partir de aquel día, una mayor cantidad de personas se casan y se dan en casamiento como es natural; siendo libres, quieren ser cónyugues.

Una de las preguntas que mucha gente se hace, pero que no quiere responderse o no ha abierto los ojos para responderse a sí mismo es esta: ¿Por qué me fue o me ha ido o me va mal en mi matrimonio?

¿Pero por que muchas parejas de novios no se hacen esta pregunta antes de llegar al altar?

¿Me vendrá bien mi matrimonio?, ¿sabré escoger bien a mi pareja?

Lo cierto es que la mayor cantidad de matrimonios viejos, maduros ó jóvenes y que apenas comienzan, no se dispusieron a solicitar una pareja especialmente hecha para él o ella.

El juez, ministro, sacerdote y/o pastor que oficia un acto matrimonial siempre dirá estas palabras: “Y lo que Dios unió, no lo separe el hombre”.

¿No les parece controversial que muchas parejas que toman los votos matrimoniales delante de Dios y delante de un juez calificado tienden a tener problemas con sus respectivas parejas, a no mucho tiempo de estar casados?

Y cuando los problemas se agravan demasiado, comienzan a recordar su vida de soltería y dan la culpabilidad al carácter ajeno, familia ajena, y un sinfín de pretextos, para luego llegar a una errónea conclusión de “si yo hubiera sabido que realmente eras así, mejor no me caso”.

¡Tonterías personales!

La palabra de Dios nos muestra que todo lo que tenemos es porque lo hemos pedido, sí. Si nuestra vida matrimonial es rosas y miel, es porque así lo hemos solicitado; pero si no, es por que solicitamos lo contrario.

¿Quieren saber cómo es esto? Pues bien, para que un hombre o una mujer piense en la vida matrimonial, ya deberá estar preparado(a) para la total comunión con una pareja de carácter totalmente desconocido, sí, así es.

Porque los novios solamente se declara amores, dulzura, promesas, ilusiones y, además, sólo por el hecho de tratar de conseguir su objetivo; ¡Llegar al matrimonio!

Sin imaginarse que después de salir del jardín de su casa con maletas listas, le espera un largo andar por la vida, en un sendero lleno de espinas, piedras, lodo y posiblemente malos olores (a veces en sentido figurado), aunque claro que dice la gente: “Donde hay amor, todo se soporta”, y efectivamente, todo se soporta, pero, ¿es agradable?, ¿es bueno vivir así?, ¿tener una comunión en medio de pobreza, pleitos, celos y situaciones desagradables a cada momento, solo porque hay amor y todo lo soporta?

Me parece muy difícil la vida de las parejas que atraviesan por este tipo de situaciones.

Pero, entonces, ¿cómo evitar todo esto?, ¿dónde comenzó a faltar el respeto?, ¿en qué momento se acabó el amor y entro la altanería, la falta de confianza, el rencor, la altivez, para volverse ese matrimonio tan cruel, amargo y doloroso?

Dios se los contestara por medio de su Palabra Santa.

Jueces 14:1-3 Reina-Valera Antigua “Y descendiendo Samsón a Timnah, vio en Timnah una mujer de las hijas de los Filisteos. Y subió, y declarólo a su padre y á su madre, diciendo: Yo he visto en Timnah una mujer de las hijas de los Filisteos: ruégoos que me la toméis por mujer. Y su padre y su madre le dijeron: ¿No hay mujer entre las hijas de tus hermanos, ni en todo mi pueblo, para que vayas tú a tomar mujer de los filisteos incircuncisos? Y Samsón respondió a su padre: Tómamela por mujer, porque ésta agradó á mis ojos.”

Más adelante muestra cómo Samsón entrega a esta su primer mujer por problemas que suceden, y todo por esto: “porque ésta agradó a mis ojos”.

Cuando dos jóvenes se atraen, lo primero que ven para gustarse son sus ojos, porque ellos reflejan sus sentimientos, aunque debo decirles que hablando de sentimientos, hay una gran variedad de ellos; pero Dios conoce los corazones (y a los padres de éstos también). Siento mucho si los ofendo, pero esto es para nuestra enseñanza.

Cuando una pareja de novios no quiere ver más allá que lo carnal de su novio(a), está enceguecido como Samsón; es decir, que lo más importante, lo cual ve Dios; éstos se niegan a ver.

1 Samuel 13:14 Reina-Valera Antigua “Mas ahora tu reino no será durable: Jehová se ha buscado varón según su corazón, al cual Jehová ha mandado que sea capitán sobre su pueblo, por cuanto tú no has guardado lo que Jehová te mandó.”

[Un varón conforme al corazón de Dios]

Esto es lo que debe pedir cada jovencita cuando su mente piense en el matrimonio, no estar buscando de aquí para allá o, peor aún: aceptando a cuanto muchacho se le presente con pretensiones, para experimentar a ver cuál pareja sea perfecta para el matrimonio.

De esta manera, no mirando la belleza del rostro, la altura del cuerpo, la calidad de la ropa o lo que heredara de sus padres, si no contemplando lo siguiente:

En su hablar: la dulce sinceridad de sus palabras.

En su actuar: la firme honestidad.

En sus manos: las marcas del arduo trabajo material.

En su mirar: la falta de morbosidad hacia los demás.

En sus pies: la fortaleza del caminar conforme a la Palabra de Dios.

En sus rodillas: el callo por el tiempo a la presencia de Dios.

En su decisión: la convicción de un Dios verdadero.

En su saludo: la alegría inmensurable de la bendición del Señor.

En su oración: el agradecimiento de corazón al Todopoderoso.

En su pecho: un escudo dispuesto a defender lo suyo, por amor verdadero según la fe de Dios.

En sus labios: el nombre de Jesucristo.

En su corazón: el tesoro más grande, la Palabra de Dios.

En su mente: la obediencia sincera de nuestro Señor Jesucristo.

Estas son algunas de las características que debe tener un verdadero pretendiente.

Si no es así, les aconsejo señoritas que lo piensen cien y una veces antes de tomar una decisión que afectará toda su vida espiritual.

1 Samuel 16:6-7 Reina-Valera Antigua “Y aconteció que como ellos vinieron, él (el profeta Samuel) vio á Eliab, y dijo: De cierto delante de Jehová está su ungido. Y Jehová respondió á Samuel: No mires a su parecer ni a lo grande de su estatura, porque yo lo desecho; porque Jehová mira no lo que el hombre mira; pues que el hombre mira lo que está delante de sus ojos, mas Jehová mira el corazón.”

Isaí, padre de David, tenía varios hijos varones, por lo cual David era el último y por eso le consideraban no tan importante.

Mas la sabiduría de Dios, que sabe escoger perfectamente a los suyos, es para un propósito grande, y ¿qué tan grande en estos días que un alma no se pierda sólo por malas decisiones?

La familia, amenazada/La familia

Por Azael Velázquez

Como en los días de Noé … En los años mas recientes se ha perpetrado un ataque directo y sistemático en contra de la familia, la célula de la sociedad, la institución básica de la transmisión de valores. Mucho de lo podrido en nuestro mundo actual se puede explicar por la ausencia de ética, moral y decencia. Y aunque a los cristianos no debiera sorprendernos demasiado la situación debido a que estos tiempos forman parte de las señales previas al rapto de la Novia-, sí es necesario que las iglesias, en cuanto instituciones sociales, levanten la voz para dejar en claro lo que la Biblia dice, por ejemplo, acerca de la unión entre homosexuales, el aborto, la violencia y el divorcio.

Precisamente, estos asuntos son los actuales dardos de fuego con los cuales el enemigo de nuestras almas pretende atacar a nuestra familia, a nuestras familias cristianas en el Distrito Federal y en su zona conurbada, que incluye el oriente del Estado de México.

El pasado 16 de marzo de 2007, el Gobierno del Distrito Federal, encabezado por Marcelo Ebrard Casaubon, legalizó las así llamadas sociedades de convivencia, reglamento mediante el cual, sólo ese día, 580 parejas de homosexuales formalizaron su unión para formar su propia «familia».

Desde el lunes 5 de marzo (2007), la Gaceta Oficial del Gobierno del Distrito Federal publicó los 15 artículos de los que consta la Ley de Sociedades de Convivencia, donde se explican los lineamientos para la constitución, modificación, adición, ratificación, registro y terminación de tales uniones. Con 42 pesos, pagados en cualquier oficina de la Tesorería del GDF, cientos de personas han legalizado esta abominación a los ojos de Dios. «Se casaban y se daban en casamiento», dijo el Señor al describir los tiempos prediluvianos. Y el diablo ha agregado el resto.

Pero los sodomitas no son los únicos que están de fiesta. La fracción del PRD en la Asamblea Legislativa en la capital de la República ha presentado una iniciativa que, al momento de escribir estas líneas, tiene todas las probabilidades de ser aprobada por la mayoría de los diputados: la que despenaliza el aborto.

La mujer tiene el derecho de decidir sobre su cuerpo, han argumentado los diputados para obligar al Estado tanto a quitar las penas contra las mujeres que decidan interrumpir el embarazo así como a los médicos que lo lleven a cabo, violando el juramenta hipocrático de salvar la vida y violando el sexto mandamiento de la ley de Dios.

Y para rematar, desde hace décadas reina la violencia en los hogares, de tal forma que las parejas, incluso las cristianas, han optado por vivir en contra del plan de Dios: la unión libre, los encuentros de ocasión o el divorcio. Vea si no. Según el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (lNEGI) existen en el país 25 millones de personas solteras, de las cuales, 13 millones son hombres y 12 millones mujeres; y de esos, cinco millones estan separados, divorciados o viudos.

En 2002, los matrimonios disminuyeron en casi 49 mil respecto de 2001, mientras que los divorcios aumentaron poco más de 3 mil desde el 2000, y más de 23 mil respecto de la década de los noventa. De acuerdo con las cifras más recientes del INEGI, el año pasado hubo 60 mil 641 divorcios.

Publicado en La Voz del Amado, Año I, No. 1 Mayo 2007