La higuera, sombra y figura de la salvación
Por Olga Miranda M
(Segunda parte)
En 2 Reyes 20:5-7 el Señor le dice al profeta Isaías:
5 Vuelve, y di a Ezequías, príncipe de mi pueblo: Así dice Jehová, el Dios de David tu padre: Yo he oído tu oración, y he visto tus lágrimas; he aquí que yo te sano; al tercer día subirás a la casa de Jehová.
6 Y añadiré a tus días quince años, y te libraré a ti y a esta ciudad de mano del rey de Asiria; y ampararé esta ciudad por amor a mí mismo, y por amor a David mi siervo.
7 Y dijo Isaías: Tomad masa de higos. Y tomándola, la pusieron sobre la llaga, y sanó.
¿Qué aprendemos de esto?
En primer lugar, la higuera, Israel, está puesta para salvación. Israel es para la humanidad, para todas las naciones, como una venda sanadora de pasta de higos.
Pero este pueblo no es salvación y bendición sobre la tierra en sí mismo, sino por medio de Aquél que viene de Israel y que se ha convertido en el sacrificio para el mundo: Jesucristo.
Éste ya era el designio de Dios con Abraham, cuando ÉL le dijo al patriarca: “… y serán benditas en ti todas las familias de la tierra” (Gn. 12:3).
Jesús es el Salvador del mundo, pero Él salió del mundo del judaísmo. Esto significa que de Israel, Dios hizo venir, en su hijo Jesucristo, la salvación para el mundo entero.
Los botánicos describen a la higuera de la siguiente forma: Tiene un tronco torcido y corteza brillante. Israel, en sí mismo, es torcido y rebelde, pero es brillante en y a través de Jesús. Por ejemplo, Moisés, en sí mismo, también era torcido. Pero cuando salía de la presencia de Dios: “… la piel de su rostro resplandecía” (Ex. 34:29).
Las ramas se extienden en todas las direcciones y tienen hojas quíntuples. Israel se convirtió en salvación para todas las naciones. Primeramente se proclamó el evangelio en Jerusalén, en Samaria y en Judea, pero luego se extendió- desde Israel (la higuera)-, en todas las direcciones, a todos los pueblos.
Hojas quíntuples: El cinco en la Biblia es el número de la gracia. Una venda quíntuple de higos fue puesta sobre el lugar enfermo en el cuerpo de Ezequías, y él se sanó. Y Jesús tenía cinco heridas, las cuales se convirtieron en salvación para el mundo.
En Isaías 49:3 está escrito: “Y me dijo: Mi siervo eres tú, oh Israel, porque en ti me gloriaré”. Aquí vemos la identificación de Israel con su hijo más importante, Jesucristo. La higuera, Israel, en combinación con Jesús, el Mesías, se convirtió en la salvación del mundo.
La futura salvación de Israel
Vayamos nuevamente al Rey Ezequías, quien ya se enfrentaba a la muerte, pero imploraba con lágrimas, al Señor por su sanidad. (2 Reyes 20: 5-7).
Así como Ezequías, también Israel se encontraba en gran agonía todavía, porque todas las naciones de la tierra se reunirán en Armagedón, en el tiempo de la gran tribulación, y se levantarán contra Israel para destruirlo completamente.
Pero, entonces este pueblo, en agonía, hará como Ezequías y clamará al Señor con sus últimas fuerzas. Dios escuchará su ruego y sanará a su pueblo e Israel otra vez podrá entrar al templo, porque Jesús establecerá el templo del reino milenial. Él vencerá a los enemigos de Israel y protegerá la ciudad de Jerusalén.
La historia de Ezequías combina con las declaraciones de Dios sobre el futuro de Israel y la venida de Jesús. Así, ya podemos ver en la venda de pasta de higos, por la cual fue restaurada la salud de Ezequías, un paralelo con la higuera restaurada de Mateo 24: «De la higuera aprended la parábola…”
No sabemos el tiempo exacto de la venida de Jesús para su iglesia, ni el día de la venida para su pueblo Israel. Pero si vemos en nuestros días la restauración de la higuera: Israel es encaminado hacia su sanidad.
Y el Señor Jesús ha prometido específicamente en Mateo 24: 34-35:
34 De cierto os digo, que no pasará esta generación hasta que todo esto acontezca.
35 El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán.
¡Dios les bendiga!