Escudriñando las sendas antiguas en un mundo posmoderno

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Dios es el aliento de vida

(Segunda parte) 

Por Miguel Miranda Pérez 

“Entonces Jehová Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz aliento de vida, y fue el hombre un ser viviente”. Génesis 2:7 

Cuando el aliento de vida que se convirtió en el espíritu del hombre, entró en contacto con el cuerpo del hombre, Dios puso el espíritu dentro del armazón que es el hombre interior, Zac. 12:1, “… Jehová, que extiende los cielos y funda la tierra, y forma el espíritu del hombre dentro de él”, es decir, le colocó energía, fortaleza, un viento, un soplo, aliento de vida en su nariz derivado de Dios, que depende de Dios, sólo se emplea para indicar la parte inmaterial  de los hombres, o sea, la parte de la inmortalidad, eso no puede morir porque le pertenece a Dios. 

Dios creó el cuerpo del hombre del barro de la tierra amarilla o rojiza, como de los animales, la expresión antromórfica, y le inspiró y le sopló, ese es el aliento en su nariz. 

Isaías 2:22 “Dejaos del hombre, cuyo aliento está en su nariz…” 

Job 33:4 “El espíritu de Dios me hizo. Y el soplo del Omnipotente me dio vida”. 

Por lo tanto, tiene un espíritu inmortal, un espíritu incorpóreo, de modo que el hombre vino a ser un alma viviente. 

Del mismo modo, se nos dice que Dios formó el espíritu del hombre dentro de él, dentro de su naturaleza, con su poder de creación, de donde a Él se le llama Dios de los espíritus, de toda carne. Núm. 16:22. “Ellos se postraron sobre sus rostros, y dijeron: Dios, Dios de los espíritus de toda carne…”. 

El hombre tiene un ruah, palabra que viene del hebreo y significa “espíritu”, y  un pneuma, que viene del griego que significa “aliento” y spiritus del latín que significa “soplar”. Así formó Dios al ser humano y es racional, sin límite, para la constante aplicación de sus capacidades. 

El pneuma es la parte más noble del hombre y ocupa un área más profunda de su ser, el cuerpo es lo más natural, porque está en un contacto con la materia. 

¿Qué es la tricotomía? 

El espíritu humano comprende tres partes, véase 1 Ts. 5:23. “Y el mismo Dios de paz os santifique por completo; y todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, sea guardado irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo”. 

El ruah o pneuma es la parte mediante la cual nos comunicamos con el Dios eterno e infinito, que así podemos percibir y adorar a las tres personas, Padre, Hijo y Espíritu Santo, como nos habla de nuestra relación con Dios, al espíritu se le llama el elemento que tiene conciencia de Dios. 

Primero, la conciencia es el órgano que discierne, distingue lo bueno y lo malo. Sin embargo, no lo hace por medio de la influencia del conocimiento almacenado en la mente, sino con un espontáneo juicio directo. 

A menudo nuestro razonamiento justifica lo que nuestra conciencia juzga. El trabajo de la conciencia es independiente y directo, pues no se somete a las opiniones del exterior. Si el hombre obra mal, la conciencia levantará su voz acusatoria. 

Segundo, la intuición es el órgano sensitivo del ruah y pneuma humano. Es tan diametralmente diferente del sentido físico y del sentido anímico que se le llama intuición. La intuición conlleva, una sensibilidad directa independiente de cualquier influencia exterior. Ese conocimiento que nos llega sin ninguna ayuda del pensamiento de la emoción o la voluntad es intuitivo. “Sabemos” por medio de nuestra intuición, y nuestra mente nos ayuda a “comprender”. Las revelaciones de Dios y todos los movimientos del Espíritu Santo son perceptibles para el creyente a través de la intuición. 

En consecuencia, un creyente debe tener en cuenta estos dos elementos: la voz de la conciencia y la enseñanza de la intuición. 

Tercero, la comunión es la adoración a Dios, los órganos del alma son incompetentes para adorar a Dios. No podemos percibir a Dios con nuestros pensamientos, sentimientos o intenciones, porque únicamente podemos conocerle directamente en nuestro espíritu. Nuestra adoración a Dios y la comunicación de Dios con nosotros se llevan a cabo directamente en el espíritu humano, tiene lugar en “el hombre interior”. 

Así pues, podemos concluir que estos tres elementos de la conciencia, la intuición y comunión están profundamente interrelacionados y funcionan coordinados.  

Conclusión 

Estimados lectores cada uno de nosotros tanto el hombre como la mujer somos instrumentos, siervos de Dios, todos debemos adorar al Padre, al Hijo, y al Espíritu Santo, o sea, la tricotomía divina, con alabanzas y oraciones. Incluidos los niños, los jóvenes y las señoritas debemos orar con el espíritu del hombre porque tiene una naturaleza divina que Dios puso dentro del cuerpo. 

Debemos estar con armonía, con nuestro ser y cuerpo, alma y espíritu para que tengamos una relación y una comunicación con Dios. De esta forma Dios vendrá a vivir en una habitación que es nuestro cuerpo y en nuestro corazón para siempre. 

Evidencias confirman la existencia de Adán y Eva, asegura genetista

Noticia Cristiana

Una renombrada genetista molecular decidió hacer un documental para mostrar la historicidad de Adán y Eva. Para ella, los modernos descubrimientos en genética confirman las enseñanzas de la Biblia, de que todos los humanos descienden de una pareja original.

La doctora Georgia Purdom tiene un doctorado en genética molecular por la Universidad Estatal de Ohio. Ella ha publicado artículos en varias revistas, incluidos el Journal of Neuroscience y el Journal of Bone and Mineral Research.

Además de trabajar como profesora de biología, se ha dedicado a apoyar el ministerio de apologética cristiano Answers in Genesis (Respuestas en el Génesis) .

Purdom ha hecho diferentes conferencias sobre el tema en Estados Unidos, y su último trabajo, ahora disponible en DVD llamado La Genética de Adán y Eva, sigue la perspectiva de la genética y examina el relato del Génesis sobre los orígenes de la humanidad.

“Uno de los mayores debates en el cristianismo se refiere a las primeras dos personas, Adán y Eva, si eran reales o productos de mitos”, escribió Purdom en un artículo reciente.

“Los que afirman que evolucionaron durante millones de años, creen que Adán y Eva, como la Biblia enseña acerca de ellos, no tienen lugar en la historia humana.

“Ellos argumentan que la ciencia de la genética demuestra que no podemos ser descendientes de sólo dos personas. “Muchos cristianos aceptaron esta posición y sugieren que su existencia histórica es irrelevante para el cristianismo y el evangelio”.

Sin embargo, la doctora Purdom argumenta que aceptar la existencia histórica de Adán y Eva es esencial para una adecuada comprensión del Evangelio. “La comprensión de que Adán y Eva eran personas reales ayuda a las personas a que se den cuenta de la necesidad de un salvador, porque fueron ellos los que trajeron el pecado”, explica.

“Jesús es la solución al problema del mal, que comenzó en Génesis 3. Pablo dejó muy clara la conexión en Romanos 5 y 1 Corintios 15”, argumenta.

Para la doctora, los cristianos deben estudiar la información científica para que puedan defender la confiabilidad de la Biblia, comenzando con Génesis. En el documental, ella estudia algunos recientes descubrimientos de la genética, que contribuyen a una mayor comprensión del relato de la creación en la Biblia.

Ella apunta a la investigación del ADN mitocondrial realizado por la genetista Nathaniel Jeanson. “Esto demuestra claramente que el ancestro común de la humanidad de todos nosotros (Eva bíblica) vivió en el periodo bíblico sólo miles de años atrás”.

Para los que piden “pruebas” para contradecir las afirmaciones de los evolucionistas, Purdom aclara que la “genética muestra claramente que los humanos y los chimpancés no comparten un ancestro común. Hay muchas, muchas diferencias en su ADN que socavan completamente la posibilidad de ascendencia compartida”.

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