Escudriñando las sendas antiguas en un mundo posmoderno

Linaje Escogido

Aconteció que estando ellos en el campo,
Caín se levantó contra su hermano Abel,
y lo mató. Y el Señor dijo a Caín:
¿Dónde está Abel tu hermano? Y él respondió: No sé.
¿Soy yo acaso guarda de mi hermano?
Y él le dijo: ¿Qué has hecho? La voz de la sangre de tu hermano
clama a mí desde la tierra
(Génesis 4:8-10).

La muerte de Abel clamaba venganza. Más tarde, cuando Dios dio la ley a su pueblo, declaró: “No matarás” (Éxodo 20:13). Jesús recuerda lo que fue dicho a los antiguos (Mateo 5:21-22). En la cruz del Calvario, los hombres dieron muerte al hombre perfecto, a Jesús, el Hijo de Dios. Si la sangre de Abel clamaba venganza, ¿qué terrible juicio reclamará la sangre de Jesús? Pues bien, desengáñese, porque Jesús oró: “Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen” (Lucas 23:34). No pide venganza, sino que implora el perdón para sus verdugos y Dios lo escuchó. La preciosa sangre de Cristo habla “mejor que la de Abel” (Hebreos 12:24). El Señor no pide el juicio; al contrario, ofrece el perdón. ¿Por qué? Porque Jesús nos sustituyó bajo el juicio de Dios. Él se ofreció en sacrificio, pero los hombres son responsables de haberle crucificado. Dios lo castigó en nuestro lugar. Jesús nos amaba tanto que cargó con nuestros pecados. Sólo nos pide una cosa: humildad para aceptar el valor de su sacrificio y reconocer que era necesario.

En estos últimos días mucho se ha hablado de si Jesús es o no Dios; de si era casado y lo que es peor de si tuvo hijos. Amigos, no nos podemos dejar engañar por las cosas que el mundo dice, tampoco tenemos que dejarnos envolver por cualquier cosa que leamos o por una película que veamos. “Porque llegará el día en que la gente no querrá escuchar la buena enseñanza. En cambio, querrá oír enseñanzas diferentes. Por eso buscará maestros que le digan lo que quiere oír. La gente no escuchará la verdadera enseñanza, sino que pondrá atención a toda clase de cuentos.” 2 Tim. 4:3-4 (BLS)

Te animo a que tu no seas de esta clase de gente, que dejándose llevar por la corriente de la opinión pública, pueden negar o dudar que Jesús es Dios. Recuerda que estamos en los últimos tiempos, y la misma Palabra dice que en los últimos tiempos se levantarán falsos profetas y falsas doctrinas “de tal manera que engañarán, si fuere posible, aún a los escogidos”. Mat. 24:24

No te dejes llevar por esto y mantente firme en lo que has creído; recuerda que estamos en la recta final de esta carrera; no desmayes porque Dios está contigo.

¡¡Jesús Nombre sin Igual, Nombre Sobre Todo Nombre!!

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